“Tal vez debería volver la dictadura otra vez, para que los sabandijas se terminen de una vez”. La frase es de Felipe Bruno, el presidente de la Junta Departamental de Tacuarembó, que en radio Zorrilla de San Martín dijo, además, que “la gente está pidiendo a gritos que alguien ponga orden”. Bruno integra el Partido Nacional (PN), es parte del sector Todos, y en julio asumió la presidencia de la Junta Departamental tras un acuerdo interpartidario. Si bien en sus dichos el edil se refería al gobierno nacional y al Frente Amplio (FA), sus declaraciones fueron horas después de que la prensa local difundiera que Bruno debe a la comuna, por la contribución inmobiliaria de dos padrones, 460.000 dólares. La noticia surgió después de que la intendencia, encabezada por el también nacionalista Eber da Rosa, divulgara la información en una resolución. Dirigentes del FA cuestionaron los dichos de Bruno y la difusión de las declaraciones motivó que la presidenta del directorio nacionalista, Beatriz Argimón, lo llamara para pedirle que se retractara públicamente. Tras la llamada, Bruno explicó sus declaraciones en medios locales y envió una carta al directorio blanco que se analizará en la sesión del lunes; en ella asegura que la entrevista coincidió con un “estado de bronca e impotencia” generado tras la difusión de los datos de su deuda con la comuna, y explica que, sobre uno de los padrones, “recién me entero de que la deuda está a mi nombre, porque lo vendí en la década de los 80”. Sobre el otro padrón dice que dejó de pagar “porque está en litigio por temas hereditarios”. Luego explica que descargó “al aire” su “bronca contra el Frente Amplio y sus numerosos casos de corrupción”, entre los que menciona que el presidente Tabaré Vázquez “dice con total desparpajo que el vicepresidente cuando presidía ANCAP actuó con total honestidad”. “En ese estado de apasionamiento es que digo textualmente” la frase del comienzo de esta nota. En ese punto intenta explicar sus dichos: “En realidad en ningún momento es mi deseo que regrese la dictadura a este país, lo que quise decir, y deseo aclararlo especialmente, es que es tan grande el grado de impunidad que ha logrado el Frente Amplio en su gobierno que parece que solamente una fuerza superior como la de un gobierno de facto podría poner freno a esta corrupción y al estado de inseguridad en que vivimos los ciudadanos honestos de este país. Transcurridos los días y ya con la cabeza más fría es que me doy cuenta de que el ejemplo no fue el más feliz, y que en realidad esas palabras tomadas fuera del contexto pueden dar a entender que estoy pidiendo el regreso de la dictadura... Nada más alejado de la realidad”.

Bruno menciona que durante la dictadura participó en actividades clandestinas, que estuvo detenido varias veces y que, ya en democracia, cuando fue elegido diputado, votó en contra de la Ley de Caducidad, pese a lo que pregonaba Wilson Ferreira Aldunate, y militó a favor del voto verde de cara al referéndum de 1989. “No puede entonces atribuírseme ni por asomo un cambio de postura tan radical como para pedir que este enemigo que tanto combatí sea ahora la solución a nuestros problemas”, resume. Termina la carta pidiendo “las disculpas correspondientes para el caso que este pequeño incidente haya podido de alguna manera empañar la imagen del partido”.

En tanto, el jueves, en la sesión de la Junta Departamental, a la que Bruno no concurrió, la bancada de ediles del FA pidió la renuncia del presidente. “Hoy, en conocimiento de esta situación [como moroso de la intendencia], entendemos poco ético estar presidiendo el organismo de contralor del Ejecutivo departamental, con el cual está hace más de 20 años en una situación de moroso contumaz”, señala una declaración de la Mesa Política del FA que los ediles leyeron en sala. El FA considera que otros de los dichos de Bruno ameritan que la Justicia intervenga de oficio, ya que el edil dijo que algunos “se han llevado la intendencia para la casa”. “Escandalosamente graves son también sus declaraciones respecto a su añoranza por el retorno de la dictadura, teniendo tan frescas las heridas de muerte, desaparición y tortura que sufrió nuestro pueblo todo, entendiendo que quien piensa de esta manera no debe permanecer al frente de un organismo democrático”, añade la declaración del FA que finaliza exigiendo la renuncia de Bruno “por el bien del órgano legislativo y del sistema democrático en nuestro país”.

Lío sanducero

El 2 de agosto, la edila del Partido Nacional de Paysandú Gabriela Gómez elevó una moción a la Junta Departamental para exponer sobre los “55 años del primer golpe tupamaro”. En la exposición de motivos argumentó que en 1963 “un grupo de tupamaros [...] robó y mató gente e hizo que el país se tornara un caos”. Eso, según Gómez, “desencadenó en la dictadura militar”.

Criticó al Frente Amplio (FA) por contar “la historia a su manera” y aseguró que, por ese motivo, “muchas personas no saben cuál ha sido la realidad”. Agregó que el país, “gobernado por algunos tupamaros”, se está “levantando en armas nuevamente”, y concluyó: “No más violencia, no más robos, no más cajeros explotados, no más muertes de gente inocente como pasó hace 55 años”.

La bancada de ediles del FA publicó ayer un comunicado en el que rechazan los comentarios de la edila y sostienen que “agravia” y “falta a la verdad” de una forma “malintencionada y servil”.