Luego de que el gobierno anunciara la sanción al comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, por sus declaraciones contra el proyecto de reforma de la Caja Militar y sus críticas al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, los principales líderes del Partido Nacional (PN) no tardaron en salir a cuestionar la disposición presidencial.

Desde el sector Todos, liderado por Luis Lacalle Pou, retrucaron que Manini Ríos simplemente dijo la verdad, y que eso no tiene nada de malo. Así lo expresó en Twitter el senador Álvaro Delgado, quien señaló que “el gobierno sanciona a Manini Ríos por decir la verdad sobre los perjuicios de esta reforma de la Caja Militar. ¡Castigan la discrepancia!”. El líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, calificó en su cuenta de “improcedente” la amonestación, y apuntó que se trata de un “intento de disciplinamiento” de las “voces discordes” y que lo que en realidad se busca es el “escarnio con finalidad política”. El intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, escribió en la misma red social que irá a recibir a Manini Ríos en el aeropuerto, cuando regrese de su misión oficial en México, “con la misma actitud” que lo hizo cuando Wilson Ferreira Aldunate volvió del exilio.

Sin embargo, no todos los blancos compartieron estas críticas. La agrupación Los Jóvenes Blancos, de la lista 430 del PN, apoyaron la sanción de arresto a rigor por 30 días y exhortaron a sus correligionarios y al oficialismo a “comprometerse con la defensa acérrima de la forma republicana de gobierno”. Recordaron, además, que “el mando superior de las Fuerzas Armadas” le corresponde al presidente de la República. Con una frase de Ferreira Aldunate, optaron por cerrar el comunicado: “Porque se defiende al Estado y su gobierno, sea del partido que fuere, estamos dispuestos a proporcionarles todos los medios que legítimamente requiera para una defensa con eficacia”.

La voz discordante

Fernanda Sfeir tiene 21 años, vive en San José y cuenta, con orgullo, que milita en la orgánica blanca desde que tiene 15 años. Como integrante de la agrupación Los Jóvenes Blancos, comenta que le “sorprendió” que el comunicado llamara tanto la atención. Lo que generó ruido, dice, fue que los jóvenes de un partido actuaran de manera independiente: “Si no funciona así en el resto de los espacios, hay algo para corregir”.

Si bien la agrupación respalda al diputado Pablo Iturralde, Sfeir recalca que tienen sus “propias ideas” y “criterios” a la hora de analizar la realidad. “Si somos así es porque nos fomentaron esa independencia y ese pensamiento crítico”, dice, aunque reconoce que esto no sucede de la misma manera en todos los sectores del PN. La joven blanca dejó en claro que no se trata de un respaldo a Tabaré Vázquez ni al Frente Amplio (FA), simplemente la agrupación considera que “cuando las cosas se hacen mal hay que criticarlas, y somos los primeros en hacerlo, pero cuando se hacen bien hay que salir a respaldarlas”.

Rodrigo Torrecilla tiene 24 años y hace siete que es integrante del PN. Para él, la agrupación Los Jóvenes Blancos, a la que pertenece, es un “espacio muy autónomo. Tenemos independencia y podemos ser críticos hacia afuera y hacia adentro”. Cuenta que unos 80 jóvenes integran la agrupación, con edades de entre 16 y 30 años, diversas formaciones y ocupaciones, y entendieron que “tenían la responsabilidad” de salir a expresar su postura.

Alineados

Los jóvenes de otros sectores no comparten la sanción impuesta a Manini Ríos. Aparicio Saravia, integrante de la juventud de Por la Patria, liderada por Jorge Larrañaga, dijo que “mira con buenos ojos” el comunicado de la “gurisada” de la lista 430, porque demuestra que tienen “autonomía” y “no se ven rehenes” de lo que opinan los dirigentes mayores. Si bien recalca que su agrupación no se pronunció al respecto, a título personal puntualiza que tiene “discrepancias con la sanción”. Para él, en el afán del FA de estar “constantemente denigrando a las Fuerzas Armadas, la sanción que puso el presidente Vázquez fue con el fin de exponer públicamente a Manini Ríos” y, en ese sentido, considera que hubiera sido “más digno” que lo destituyera. Martín Álvarez, coordinador de los jóvenes del sector Todos, bloque encabezado por Luis Lacalle Pou, agrega que ellos, puntualmente, respetan lo expresado por sus pares de la agrupación Los Jóvenes Blancos, y agrega que no han tomado posición pero, a su juicio, nadie discute sobre el “fondo” sino sobre “la forma”. Para él, es incuestionable que Vázquez es el que manda a las Fuerzas Armadas, y, en ese rol, tiene la “potestad” de tomar esta decisión, pero considera que “no ameritaba ponerle una sanción” por sus dichos.

Antes que nada se definen como “profundamente wilsonistas”. Ese legado, que trasciende épocas, explicó Torrecilla, estuvo presente en el debate que dieron antes de publicar el comunicado. “Como jóvenes wilsonistas, sentimos de alguna manera –sin dramatizarlo, pero sin quitarle trascendencia– que una institución pisó a la otra y se extralimitó”. Más allá de las diferencias con el FA, agrega, los jóvenes de la agrupación “sentimos que era importante que el sistema político diera un mensaje de que existe un respaldo a las instituciones”.

En las opiniones de los líderes blancos, entiende Torrecilla, se coló el argumento de la libertad de expresión, que “confunde” y no es pertinente para este caso, porque si bien Manini Ríos tiene “todo el derecho como ciudadano a expresar su opinión, el problema es que ocupa un cargo y tiene determinados deberes que limitan su conducta”. Para la agrupación, el comandante en jefe del Ejército “lesionó” los límites establecidos por las instituciones. En definitiva, se trató de un hecho político y es “ahí donde está el problema, porque como comandante en jefe no puede generar ningún tipo de hecho político”, explica.

La posición de la agrupación no es mayoritaria dentro del partido, y lo saben. “Obviamente nuestra opinión no es hegemónica dentro del PN. Tenemos discrepancias y creo que nos haría muy mal ser un bloque monolítico”, agrega el joven blanco. Tanto Torrecilla como Sfeir repiten que el PN “es un partido de hombres y mujeres libres”, y eso, dicen, les da la posibilidad de salir a marcar su posición, aunque no sea la que predomine entre sus correligionarios.

Ganar espacio en la interna todavía es dificultoso para estos jóvenes. Para Torrecilla, muchas veces la juventud queda “encorsetada” en lo que decide la dirigencia política y eso, entiende, fue lo que sucedió en esta ocasión con las otras juventudes blancas. Los lineamientos de los líderes “a veces limitan un poco la actividad que la juventud termina teniendo”. La declaración, agrega, muestra que “podemos tener autonomía y voz propia, ajena a la de la dirigencia”.

Sin embargo, estos jóvenes también remarcan ciertas victorias. El puntapié inicial, cuenta Sfeir, fueron las primeras elecciones de jóvenes, en 2007, en las que se instaló la idea de que este evento era “relevante para el futuro del partido”. El aumento de la participación de los jóvenes es destacado como otro logro: en las últimas elecciones, en setiembre del año pasado, votaron 68.000 jóvenes. “Los jóvenes deben tener un rol mucho más activo; no alcanza sólo con opinar, tenemos que poder ocupar lugares en la dirigencia del PN”, sentencia Sfeir. Su agrupación, que apoya al grupo de intendentes Mejor País, liderado por el precandidato e intendente de Maldonado Enrique Antía, logró conquistar su lugar en el Ejecutivo del sector: participan cuatro jóvenes, con voz y voto. “Estamos empezando por casa. Tenemos que estar presentes en los ámbitos en los que se toman las decisiones”, agrega Sfeir.

Pertenecer a este movimiento nacional tampoco les impide expresarse sobre los comentarios que no comparten. Sobre los dichos de Botana, uno de los intendentes de Mejor País, Torrecilla acota que el intendente blanco tiene “una manera muy particular de hacer política”, y destaca que si bien es un “referente en lo personal” , y un “buen norte” para los que hacen política, “se cae de maduro que no compartimos absolutamente nada de lo que dijo” en su Twitter, y agrega que, aunque lo respetan muchísimo, tienen “serias discrepancias” con su comentario.

Para Torrecilla, las instituciones siempre están por encima de la política y son la garantía de los “más débiles”. “Wilson siempre conseguía las soluciones del respeto irrestricto a las instituciones. Eso se enmarca dentro del progresismo y por eso nos gusta decir que nos sentimos profundamente progresistas como wilsonistas”, dice Torrecilla, y agrega que se consideran progresistas “en el sentido de alcanzar más derechos individuales, más libertades, en las que cada uno pueda expresar lo que es y lo que quiere ser. Todo esto tiene que ver con las garantías de las instituciones fuertes. Por eso salimos con estas declaraciones; no te voy a decir que hubo una lesión institucional, pero sí hubo una extralimitación institucional”.

Ferreira Aldunate, explica Torrecilla, decía que era “muy mezquino medir las cuestiones del país y del Estado en relación a los costos políticos que podés llegar a tener. Más allá de que el FA pueda llegar a usar electoral o políticamente nuestra postura sobre la sanción, creemos que hay un bien mayor, que es el cuidado y la defensa de las conquistas institucionales. Sabíamos que iba a tener repercusión dentro de nuestro partido, porque ya habían salido públicamente varios referentes a marcar su posición, y no era precisamente en esta línea, pero sentimos que lo teníamos que hacer”. Y concluye: “Cuando me preguntás qué es el wilsonismo, es eso: hacer las cosas sin medir el costo político”.

Marcan la cancha

La Corriente Gremial Universitaria (CGU) tiene en sus filas a muchos jóvenes blancos. Con las elecciones del rectorado aproximándose, los militantes estudiantiles se reunieron con ambos candidatos, Rodrigo Arim y Roberto Markarian. Según lo comentado por los candidatos en estas reuniones, la elección parece estar muy reñida. La CGU tiene diez integrantes en la Asamblea General del Claustro –el órgano que elige al rector, compuesto por 112 ageceístas– y cuatro representantes afines, que en la elección pasada coordinaron con la CGU y actuaron en bloque. Los votos que tiene la CGU, por tanto, podrían definir quién será el rector. El lunes la corriente se reunirá para fijar los criterios con los que van a definir a quién apoyarán. Por el momento no tienen una definición, por lo que es probable que, en la primera votación, el 26 de setiembre, la CGU no vote a ninguno de los dos.

.