La semana pasada, el Ministerio del Interior (MI) puso en marcha un servicio de chequeo de noticias referidas a la seguridad pública, al que se puede acceder a través de diversos canales. Entre estos se destaca un número de Whatsapp, red social por la que se propagan rumores con gran rapidez y alcance.

El spot del MI muestra a una persona que recibe un mensaje en su teléfono y está a punto de reenviarlo, pero en el último instante cambia de opinión y lo envía a la Línea Verde para verificarlo. “El primer servicio oficial para prevenir y contrarrestar la información dudosa que circula en redes”, remata el locutor.

“El primer impulso que uno tiene cuando recibe una noticia de esas es bienintencionado: compartirlo para que otros estén advertidos de un problema. Lo que nosotros buscamos es que esa información se chequee. Si cada cual es responsable, se pueden cortar esas cadenas que generan alarma pública. Ahora nosotros ofrecemos una herramienta que permite hacerlo”, dice Fernando Gil, director de la Unidad de Comunicación (Unicom) del ministerio.

La idea surgió tras una visita del director de la Policía Nacional, el comisario retirado Mario Layera, a sus colegas en la ciudad de Milán (Italia), donde la Policía Postal, encargada de delitos informáticos, presta un servicio similar desde enero de este año.

Para ello, la Policía uruguaya cuenta con herramientas de diverso tipo: desde el chequeo en un buscador como Google hasta el registro de denuncias en comisaría o la consulta al sistema de videovigilancia.

Desde la Unicom se venía constatando la necesidad de contar con una herramienta de este tipo. Gil recuerda varios casos en los que su oficina debió desmentir noticias que causaban alarma. Por ejemplo, cuando en julio de 2016 en pocas horas se esparció el rumor de que una muchacha había sido contaminada con burundanga en un ómnibus de Cutcsa. La empresa llegó a emitir un comunicado, que inmediatamente fue difundido en la web de un diario de alcance nacional, mientras Gil buscaba desesperadamente contactar a su directiva. Cuando lo logró, se comprobó que los supuestos videos que registraban el ataque a la muchacha no existían –el ómnibus tenía un desperfecto en su cámara–, y luego el sistema de videovigilancia policial sobre la avenida 18 de Julio mostró que la presunta víctima y sus atacantes se habían bajado en paradas distintas.

La comisaria mayor Ana Sosa, directora del Centro de Comando Unificado (CCU), donde funcionan la Línea Verde y también las áreas de videovigilancia, el 911 y la Dirección de Monitoreo Electrónico, recuerda que el año pasado corrió la noticia de que había un auto de vidrios ahumados que había secuestrado a un escolar en la zona del Cerro. La noticia resultó ser falsa, pero cuando se salió a desmentirla ya se habían generado varios incidentes, incluido un corte de rutas. Si se hubiera podido chequear la información con la Línea Verde cuando el rumor se estaba iniciando, tal vez se hubiera podido haber evitado la alarma social.

En caso de que, tras llegar la consulta a la Línea Verde, la noticia resulte ser falsa, la Policía emitirá un comunicado. En caso de que se trate de un delito real y no denunciado, se activarán los protocolos de emergencia del CCU para actuar en el caso.

Broma cero

Uno de los cometidos secundarios de la Línea Verde es descongestionar a la línea 911. En la jerga policial, se les dice “llamadas residuales” a las que llegan al teléfono de emergencia para hacer bromas o denuncias falsas; aproximadamente 10% de esas “residuales” son consultas como las que atenderá la Línea Verde.

La Línea Verde ha estado bastante ocupada desde su lanzamiento, el viernes 24 de agosto. Ese mismo día, afirma Sosa, empezó a atender consultas: “Muchas resultaron ser información falsa. Hubo una denuncia de que había una información falsa sobre una persona en Facebook. La persona radicó la denuncia en la comisaría, hubo una investigación. Ya la desmentimos y emitimos un comunicado, pero no podemos aportar más información porque la denuncia ya está judicializada”. Casos como este, en los que se constata un delito, se envían a la dirección policial o a la fiscalía correspondientes.

Gil cree que “en la medida en que haya instrumentos para hacer más confiables las redes, la gente va a confiar en ellas. No va a estar difundiendo una mentira, y nosotros ofrecemos la posibilidad de chequearlo. Cada persona individual, así como cada medio de comunicación, gana confianza si lo que transmite es verdadero”.

En cuanto al poder disuasorio de la Línea Verde, Gil opina que “el que quiera generar miedo o confundir tal vez lo seguirá haciendo, pero esto va camino a convertirse en un delito. Va a haber que legislar para que las redes sean elementos difusores de seguridad y no de miedo e incertidumbre en este mundo interconectado. Estamos viviendo un cambio de época con un potencial maravilloso, pero también hay aspectos negativos que cada uno puede contribuir a mejorar”.

Para el director de comunicación existen personas que se dedican a adaptar noticias o rumores generados en otras partes de la región –a veces es evidente que proceden de otra parte por su lenguaje– para hacerlas pasar por sucesos locales y actuales. Se trata de lo que en otras partes se conoce como hoax, bulos o simplemente noticias falsas.

Gil es enfático en cuanto al alcance de la Línea Verde: se tratará solamente de aclarar, y eventualmente de desmentir, noticias en redes que atañen a la seguridad pública.

La semana pasada el diputado nacionalista Rodrigo Goñi señaló, según recogió El País, que “hay que separar la paja del trigo. Una cosa es analizar las noticias que pongan en riesgo la seguridad ciudadana o la involucren, y otra cosa muy distinta es analizar información general o vinculada a denuncias de carácter político y social”.

Gil afirma que no será así. “No somos una policía de redes. Esto es voluntario. Vos tenés el derecho de compartir en una red lo que quieras. Acá te ofrecemos la opción de que verifiques, de que chequees. Nosotros vamos a hacerlo, a través de un simple googleo o, si el caso es complejo, consultando a la policía de la región o de otras partes. Y ahí vamos a dar una respuesta oficial, chequeada. Y si no podemos, vamos a investigar. Pero cada cual es dueño de compartir lo que quiere”.

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