Los partidos más pequeños se preparan para participar en la competencia electoral. La necesidad de instalar nuevos temas en la agenda parlamentaria, atraer a los desencantados y construir una alternativa a la actual oferta partidaria son algunas de las motivaciones que tienen en común los cuatro partidos más pequeños que buscan disputar su lugar en los próximos comicios.
Con propuestas muy diferentes entre sí, el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI), el Partido de los Trabajadores (PT), el Partido Digital (PD) y el Partido Verde Animalista (PVA) comparten el desafío de abrirse camino en el menú electoral y lograr la representación parlamentaria.
PERI: “Militares a la calle, pero para cuestiones puntuales”
Con la experiencia de haber participado en las últimas elecciones, en las que su partido cosechó unos 17.000 votos, el principal referente del PERI, César Vega, se muestra confiado en poder conseguir una banca parlamentaria. De hecho, Vega se imagina cuál será el rol del PERI en ese eventual escenario: “No creo que presentemos muchos proyectos, porque al chico no lo dejan presentar mucha cosa”, dice, pero también adelanta que analizarán proyecto por proyecto y si es bueno, independientemente de quién lo presente, lo acompañarán. También tienen definido dar su voto para instalar todas las comisiones investigadoras que se propongan, “cosa que no hizo Unidad Popular y que para mí está mal”, acota.
“Creo que tenemos que ser libres de poder hacer lo que se nos ocurra con cada proyecto, para mí es un error armar un contrato vinculante cada cinco años”, recalca Vega, y adelanta que en el caso de que exista segunda vuelta, el PERI votará anulado.
Vega, que fue precandidato del PERI en las elecciones pasadas, cuenta que militó en el Frente Amplio (FA) de 1983 a 2006, pero decidió dar un paso al costado después del anuncio del gobierno de la instalación de plantas de celulosa. Si bien considera que “la división de izquierda y derecha perdió un poco el sentido”, define al PERI como un partido de centroizquierda.
Hay varios temas que preocupan a este partido, entre ellos, obviamente, el cuidado del medioambiente. “Estamos usando químicos que contaminan la tierra y el agua. Las empresas siguen contaminando el ambiente con el argumento de que dan trabajo, pero ese no es un argumento válido”. Vega, por otra parte, insiste en retomar una idea que planteó durante la última campaña: Uruguay tiene que dejar de importar ajo, empezar a cultivarlo y así generar puestos de trabajo. Lo mismo, dice, se puede hacer con el tomate perita, el durazno en almíbar, la papa y la yerba. Su idea, añade, no sólo se puede aplicar a la industria del agro, también a la textil: “Los calzoncillos y los sombreros se pueden producir en el país, pero para eso hay que bajar el costo del país”.
Por otro lado, el líder del PERI ve con muy buenos ojos al movimiento Un Solo Uruguay. “Es como el movimiento de los chalecos amarillos en Francia. La gente protesta cuando considera que el Estado lo está avasallando y me parece muy bien que si existe un sector que se siente así, proteste. Es una protesta ordenada, pacífica, nadie les puede endilgar que se tapan la cara”. Dice que ese “entrevero” de gente se parece a la “caballada” contra el presidente colorado, Jorge Batlle, realizada en 2002, en la que él participó. “Se hizo un acto cerquita del Obelisco y, en ese caso, al FA le simpatizó”.
En materia de seguridad, Vega insiste en que se gasta mucho dinero pero no se ven los resultados. “Nosotros no tenemos problema de sacar a los militares a la calle, pero tiene que ser para cuestiones puntuales”, dice, y explica que, por ejemplo, se podría poner un jeep militar frente a los cajeros automáticos durante toda la noche hasta que se terminen de entintar todos los billetes. Otra posible función que se les podría dar a las Fuerzas Armadas, dice Vega, es el cuidado de las playas. “Yo cuando era chico veía a los marinos en la playa, y ahora no tengo miedo de verlos. Nosotros no queremos al militar en el batallón, queremos que salga a trabajar afuera”. “No le veo nada de malo”, enfatiza, y aclara que esa propuesta la lanzó durante las elecciones pasadas. De todos modos, plantea que la idea no es sacar a los militares “a diestra y siniestra”, y por eso está en contra de la reforma constitucional propuesta por el precandidato nacionalista Jorge Larrañaga.
Aunque sostiene que no comparte las propuestas de la campaña “Vivir sin miedo” de Larrañaga, Vega coincide en que se tendría que habilitar la cadena perpetua, pero precisa que “sólo para algunos casos muy especiales”: “La violación de un niño, eso es perpetua; los niños son sagrados. Larrañaga dice que es revisable, pero todo es revisable, porque nosotros dentro de 30 años vamos a estar muertos. Yo lo que digo es que hay que dar señales muy claras”, concluye. También propone que se le aplique una sanción “más grande” a los policías si ingresan celulares o drogas a la cárcel: “Esa persona tiene que ser castigada con una pena mayor a cualquier otra, porque es un profesional”.
PD: “Una ideología dinámica”
Justin Graside es uno de los principales referentes del novel Partido Digital. Cuenta que a fines de 2013 empezaron a ver la movida del Partido de la Red, en Argentina, y quisieron hacer algo parecido en Uruguay. Como estaban muy cerca de las elecciones, decidieron esperar. En diciembre del año pasado, se inscribieron en la Corte Electoral para poder competir en las próximas elecciones.
Graside dice que el PD presenta una “ideología dinámica”, ya que en algunos casos va a estar votando más a la derecha y en otros más a la izquierda. El objetivo central, dice, es ingresar al Parlamento. “Después veremos si con una, dos o tres bancas. Eso lo decidirá la gente”, acota. Si bien evalúa que es “súper desafiante” ingresar a la cámara baja, se muestra confiado en lograrlo porque entiende que las condiciones están dadas. Graside cree que existe un “gran descontento” y que eso marca también una mayor “volatilidad” en el electorado. En ese marco, tener un representante que “vote siempre según lo que dice la gente en internet es un cambio muy interesante” en el sistema de partidos, acota.
Graside visualiza que su partido puede llegar a jugar un rol muy importante en el Parlamento: “Cuando un proyecto de ley esté bastante polarizado y se estén pelando por el voto 50, me parece que puede tener un impacto tremendo que ese voto lo defina la gente”. A eso apuntan en estas elecciones, dice Graside. “Nosotros queremos ser la mano de la gente ahí adentro y representarla realmente día a día”. Para él, la ciudadanía actualmente “regala” su voto cada cinco años pensando que los legisladores van a representarlos, pero muchas veces eso no sucede. “Queremos que entren todos al Parlamento y creo que el PD lo permitiría”.
Graside aclara que no reniegan del vínculo “cara a cara”, pero considera que la forma de participación tradicional en política deja a mucha gente “valiosa” afuera. “Siempre pienso en las personas que saben de tecnología, de medioambiente o del futuro del trabajo, y la gran mayoría no está en política porque no tiene tiempo”. Así, lo que se proponen es que su partido sea un nexo entre lo que las personas votan en la web y lo que sucede en el Parlamento. “Lo que hace el partido es bajar esa barrera de participación y permitir que cualquiera, desde su celular, pueda proponer una idea. Yo no creo que quede nadie afuera, sino que va a acercar a todita esa gente que hoy no está participando activamente en política”.
Sobre la fórmula presidencial, Graside cuenta que todavía no la tienen definida porque antes quieren elaborar el programa. Dice que las líneas programáticas las va a decidir “la gente”, pero que tampoco va a ser todo sometido a un “plebiscito constante”. Graside militó en la lista 400 del Partido Nacional (PN), en Durazno, hasta 2012. “Aprendí mucho sobre lo que hay que hacer, pero mucho más de lo que no hay que hacer, por eso me fui. Conocí a mucha gente valiosa, pero no veía en el PN, así como en ninguno de los otros partidos, un lugar para ejecutar ideas nuevas”. Asegura que dentro del PD hay integrantes que estuvieron en todos los partidos y dice que eso es algo muy bueno, porque a veces se dan discusiones con “visiones muy polarizantes”, que “se cierran con un: ‘Ok, abramos el debate y que decida la gente’”.
PT: “La participación en las elecciones está subordinada a la movilización popular”
Las primeras elecciones en las que participó el PT fueron en 1984 y, desde ese entonces, nunca logró tener representación parlamentaria. De todos modos, en los últimos tres comicios el PT fue creciendo en votos: en 2004 obtuvo 513 votos, y en 2014, 3.218.
Fue el único partido que tuvo una fórmula paritaria en las últimas elecciones y tiene esa “voluntad” para estas elecciones, pero va a depender del proceso de discusión, cuenta Rafael Fernández, una de las caras más visibles del PT. Para esta instancia se proponen crear un polo obrero y socialista, y para eso apuntan a abrir la discusión a otros sectores de izquierda, al movimiento estudiantil y a trabajadores, con el objetivo de “construir una alternativa”.
El PT se define como un partido revolucionario y socialista de orientación trotskista. Apuntan en particular a conseguir el voto de los trabajadores, y sostienen que “la participación en las elecciones está subordinada a la movilización popular”, dice Fernández, que agrega que la “solución” no se da porque el PT ocupe alguna banca en el Parlamento, sino porque esas bancas estén “al servicio de la movilización popular”. Para él, el Parlamento es como “una caja de resonancia al servicio del pueblo y no al revés”.
Fernández advierte que las patronales intentarán aumentar la edad de jubilación, y eso va a obligar al movimiento obrero a salir a defender sus conquistas. En materia de educación, considera que el objetivo del 6% del PIB para la educación es, incluso, bastante “limitado” en relación a las necesidades que existen, pero cree que tiene que ser el piso sobre el cual debería avanzar el gobierno. También entiende que hay que repensar la autonomía en la educación, porque en el caso de la ANEP se puede ver que “claramente está subordinada al gobierno”, donde las instancias de deliberación y discusión de los docentes quedan “totalmente relegadas”.
Para Fernández existe una “pauperización gigantesca” de los sectores de los trabajadores, y “ni hablar de los que no tienen acceso al trabajo en esta sociedad que se descompone”. Para él, el gobierno intenta copiar cada vez más el modelo norteamericano de seguridad, y eso ha generado que las cárceles “se llenen de gente pobre”. “No pasa por seguir aumentando el gasto en represión, sino por gastar en los aspectos que hacen a las condiciones de vida populares, que eviten la degradación social”.
Sobre el voto del PT en un eventual balotaje, Fernández dice que en las últimas elecciones en Brasil el PT hizo campaña contra Jair Bolsonaro y llamó a votar a Fernando Haddad, pero en este caso, si la elección se dirime entre Daniel Martínez y Luis Lacalle Pou “no tengo duda de que votaríamos en blanco, porque ninguno de los dos nos abre una salida”, puntualizó.
PVA: “A los políticos no les interesan los animales porque no votan”
Un grupo de varios escindidos del PERI decidieron crear este año el Partido Verde Animalista (PVA).
Su principal referente, Leonel García, cuenta que “hay de todo”: animalistas, ecologistas y rescatistas de animales. Él, por ejemplo, está muy interesado en el cuidado del medioambiente y siempre que puede rescata a los perros en la calle. A García no le gusta que se los “encasille” como de derecha o izquierda, prefiere que se los ubique en el “centro”. Lo que los mueve, dice, es el “sentido común, la conciencia ecológica, la empatía hacia a los animales”.
La principal diferencia con el PERI, cuenta García, es que no son ni radicales ni intransigentes. “Vamos por el camino del sentido común y no del fanatismo de ningún tipo, ni siquiera de algunos animalistas”. Decidieron crear un partido porque ninguna de las agrupaciones políticas existentes “se ha ocupado realmente de los problemas del medioambiente ni de los temas ambientalistas”. “A los políticos no les interesan los animales porque no votan”, reflexiona.
García dice que el partido tiene muchos puntos en común con los planteos del director de El Bocón, Jorge Bonica, líder del Movimiento Basta Ya, que integra el Partido de la Gente. “Nos parece que hay que cortar los privilegios a los políticos, los sueldos, los viajes, el nepotismo”, acota. Entre sus líneas programáticas, el partido tiene como eje el cuidado del medioambiente: se opone al fracking, a los transgénicos y al uso de los químicos sintéticos. Su idea, dice, es “darle voz” y “visibilidad” a todos los ciudadanos que estén sensibilizados por estos temas a través de la presencia del partido en el Parlamento.
Además del énfasis en los temas ecológicos, esta agrupación considera que es clave luchar por el cuidado de los animales. Por eso, está en contra de que se habilite la tracción a sangre en ciudades de más de 5.000 habitantes, así como de las carreras de galgos. García aclara que no son “ni radicales ni intransigentes”, porque entienden que a todo eso hay que “derribarlo con educación, más que oponerse”.
En materia de seguridad, el partido entiende que los “delincuentes están en las calles y pensamos que tienen que estar presos”. García lamentó que se haya cambiado el Código del Proceso Penal, y se refirió al reciente caso de abigeato en Rocha: “Si sos delincuente, te agarran y salís como [Óscar] Dourado. Hay justicia para pobres y para ricos”. Entonces, dice García, lo primero es que la Justicia empiece a “funcionar bien” y lo segundo es “profesionalizar a la Policía”.