El presidente de la Gremial Única del Taxi, Óscar Dourado, aseguró que él y los otros 12 productores rurales que protagonizaron una maniobra de abigeato de casi 300 vacas en el departamento de Rocha fueron “engañados, estafados y perjudicados”. Además, sostuvo que él nunca vio las 38 vacas que compró, con asesoramiento de un escritorio rural, y que en realidad pertenecían a otro productor. Dourado afirmó que las caravanas electrónicas de los animales fueron controladas al llegar por un trabajador de su establecimiento y este tampoco se percató de la ilegalidad de la maniobra, ya que el estafador había colocado caravanas falsas en los animales.

“Yo no puedo reclamar a quienes me asesoraron equivocadamente porque fueron engañados también. Esto fue un engaño hecho por un profesional”, afirmó Dourado este viernes durante una conferencia en su casa, acompañado por sus hijos y su esposa. Dijo que no va a demandar al escritorio que lo asesoró en la compra del ganado, que le devolvió la totalidad del dinero de la compra; él, por su parte, a su vez retribuyó al productor robado, incluso con “un sobreprecio” que este le solicitó.

“La compra la hicimos en la forma habitual que se hace a 365 kilómetros de distancia: se me propuso el ganado, establecieron un precio, lo acepté, pagué la comisión al escritorio rural, hice un giro bancario para el pago de la totalidad, se recibió el ganado y se controló que el número de las caravanas fuera el correcto”, sostuvo. Además, afirmó que compró el ganado “a un precio justo, el que establecía el mercado en octubre de 2018. No fue a un precio abusivo o espurio”.

Por otra parte, opinó que “no sería justo decir que el error fue de la persona que recibió el ganado” porque, explicó, hoy en la actividad ganadera hay dos controles de trazabilidad: el viejo, que es el de la marca de fuego, y el nuevo, que es el de las caravanas electrónicas. Afirmó que “todos los productores” confían en el segundo método y que “el 100% del ganado se comercializa con la lectura de caravanas en todas las ferias rurales y en todas las pantallas y remates de este país”. Añadió que muchas veces los productores no marcan su ganado y que en caso de que sí lo hagan los compradores no se fijan en ellas. A pesar de estos dichos, en noviembre de este año el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Enzo Benech, instó a los productores a seguir usando la marca, ya que, recordó, “es la que aseguró la propiedad del ganado”.

Según dijo, muchos de los productores implicados en esta maniobra vendieron su ganado a frigoríficos “solamente con la lectura de la caravana, que es lo que se controla a la llegada”. En estos casos, sostuvo, también fueron engañados los que realizan los controles en dichos establecimientos, aunque se trata de “gente que tiene pericia y que sabe de eso”. Dourado agregó que todos los productores implicados en la maniobra resolvieron devolver el ganado o el dinero “inmediatamente” al saber que ese ganado le pertenecía a otro productor.

“Yo estaba en Montevideo cuando llegó ese ganado al establecimiento y el que lo controló fue un trabajador, un hombre de bien, un caballero al cual debo toda mi confianza. Si él se equivocó sé que no fue de mala fe, y si él se equivocó yo debo asumir la responsabilidad, como lo hago en este caso”, manifestó. “Todos estos productores fuimos engañados, estafados y perjudicados. Primero lo fue a quien se lo robó, pero a todos se nos engañó y se nos perjudicó, en lo económico y también en lo familiar, que no tiene reparación”, sentenció.