Tras 25 años sin debates televisados, los uruguayos pudieron ver esta semana un intercambio entre presidenciables. Los protagonistas fueron los candidatos del Frente Amplio (FA), Daniel Martínez, y del Partido Nacional (PN), Luis Lacalle Pou.

Durante la noche del martes no hubo grandes sorpresas ni improvisaciones. Mientras Lacalle Pou centró su discurso en criticar al gobierno oficialista –“el FA incumplió promesas, y por ende no es creíble”–, Martínez hizo énfasis en resaltar los aciertos en las tres últimas administraciones –rematando su exposición con el eslogan “hechos, no palabras”–. ¿Qué aciertos y pasos en falsos tuvieron los candidatos? ¿Cómo incide el debate del martes de noche en el electorado? ¿Incide?

El sociólogo y director de Factum, Eduardo Bottinelli, piensa que ambos tuvieron fortalezas y debilidades y ninguno se despegó “sustancialmente” del otro. “Si se hila fino, podría decirse que Martínez tuvo un discurso más profundo, pero no tan bien ejecutado; mientras que Lacalle no tuvo tanto orden en el discurso, y sin embargo ejecutó mejor, sobre todo en los dos primeros bloques, luego se desgastó”.

En la misma línea opina Rafael Porzecanski, director de opinión pública y estudios sociales de Opción Consultores, quien sostiene que fue un “debate bastante parejo, donde en ambos se notó bastante la tensión, en el caso de Martínez, por ejemplo, en la dicción, y de Lacalle Pou en la expresión facial”.

Tanto Porzecanski como Bottinelli coinciden en que la incidencia del debate en el electorado no es grande, pero puede llegar a ser decisiva. “La incidencia directa de cambio de preferencias de un bloque al otro probablemente será mínima, para empezar porque las identidades de bloque en Uruguay están bastante firmes. Sin embargo, que el debate genere un traspaso de 1% o 2% de los votantes sería un efecto importante. Si se piensa en el balotaje, por ejemplo, cada 1% que un candidato pierde y que el otro suma, vale doble”, evaluó el director de Opción Consultores.

Bottinelli, por su parte, cree que el debate quizás fue “sobredimensionado” porque, si bien es un “hecho político” trascendente por lo que significa en una campaña, sobre todo porque hace un cuarto de siglo que no se realizaba, no es “un hecho que en sí mismo determine el voto de un conjunto cuantitativamente relevante de la población, sino más bien todo lo contrario, es un segmento minoritario, muy menor, aunque quizás pueda ser decisivo”.

En el último tramo

A menos de un mes de las elecciones de octubre, los presidenciables ajustan sus campañas para reducir los márgenes de error. A pesar de que el FA está en un proceso de “reactivación y motivación” de sus estructuras, Bottinelli opina que no sucede lo mismo con el candidato oficialista. Para el director de Factum, Martínez, como candidato, no ha logrado transmitir en “términos personales una impronta presidencial”, por lo que es “trascendente, y en parte es el giro que viene dando, apoyarse fuertemente en el FA”.

Porzecanski también observa que el FA ha ido “entrando en calor” en el correr de las últimas semanas y también bajó los “decibeles” de los problemas internos. “Ha logrado zurcir varios de sus diferendos internos en pos de un objetivo en común”, dice, y agrega: “Creo que es acertada la analogía de Agustín Canzani sobre el FA como un elefante al que le cuesta moverse pero que una vez en movimiento se hace sentir en la opinión pública”.

Las movilizaciones del FA pueden repercutir desde el punto de vista emocional a los ex frenteamplistas. Sin embargo, Bottinelli sostiene que no es claro si le dará el tiempo para llegar a movilizar esa clase de voto, y remarcó que lo que todavía no se observa es que “el FA se esté dirigiendo a los lugares donde ha perdido electorado, como el interior, las clases bajas y aquellos menos interesados en la política; ahí todavía tiene bastante por hacer en el tiempo que le queda”.

En el caso del PN, Bottinelli recuerda que venía en un proceso “muy fuerte” de cara a las elecciones internas, como ha sucedido en las últimas elecciones, pero por diversas razones luego de junio no ha “logrado consolidar el crecimiento”. A pesar de ser el principal partido de oposición, no ha conseguido “erigirse con un potencial de votación similar al de las elecciones pasadas”. La principal dificultad de la campaña del PN es que es “demasiado amistosa” con el resto de la oposición y eso no le permite “despegarse” de los otros, pero por otro lado si se distancia demasiado, los otros partidos podrían “pasarle factura de cara a la segunda vuelta presidencial, donde sin dudas necesitará conformar una coalición de gobierno muy rápidamente”, advierte Bottinelli.

Pros y contras

El politólogo Eduardo Bottinelli habló sobre los aciertos y errores en lo que va de esta campaña.

Daniel Martínez
* Aciertos: “Haberse plegado al FA y sus colores. Luego de un proceso de alejamiento ahora vuelve a apoyarse en la estructura frenteamplista”.
* Errores: “Tiene problemas de comunicación recurrentes y ha desperdiciado algunas oportunidades en ese sentido. La poca cantidad de entrevistas periodísticas que está dando reflejan cierta debilidad que tiene como candidato”.

Luis Lacalle Pou
* Aciertos: “Haber conformado inmediatamente la fórmula presidencial le ha evitado desgastes internos, por lo que ha fluido la interna del PN durante esta competencia. Desde el lado de la campaña hacia afuera, parece un acierto haberse posicionado como líder de la oposición desde un comienzo y coronado con el debate, que más allá de cómo le fue (no cometió errores importantes) lo posiciona como el desafiante, el candidato de la oposición”.
* Errores: “Sin dudas el más marcado fue el discurso en la B’nai B’rith cuando mencionó que la falta de alternancia era una dictadura. Más allá del contenido específico, da muestras de debilidad cuando sale del discurso armado y busca trascender al eslogan de campaña o las propuestas del programa específicamente. Al igual que Martínez, la poca cantidad de entrevistas periodísticas que está dando reflejan cierta debilidad que tiene como candidato”.

Porzecanski sostiene que si bien el PN sufrió luego de las internas una caída en intención de voto de unos seis puntos, no puede sacarse la conclusión rápida de que responde a “errores de campaña”, pues también se debe a las “fortalezas competitivas que han mostrado otros competidores”. “Lacalle Pou ha hecho una campaña claramente basada en la estrategia de no confrontación con ninguno de sus eventuales socios de un eventual gobierno a su cargo, lo cual luce razonable teniendo en cuenta que ni bien culminada la elección de octubre, si pasara al balotaje como contendiente de la oposición, deberá proyectar la imagen de una oposición unida y de un posible gobierno de coalición compacto y confiable”, afirma.

El tercero en discordia

El colorado Ernesto Talvi ganó en las elecciones internas con una diferencia mucho mayor a la que pronosticaban las encuestas: el economista obtuvo 53,8% de los votos y su principal contrincante, el ex presidente Julio María Sanguinetti, obtuvo 32,8%. En el comienzo de la segunda parte de la campaña hacia octubre, con una mayor visibilidad, el candidato colorado empezó a hacer hincapié en que ahora es una “carrera de a tres”, e incluso llegó a decir que el Partido Colorado no era más un “perrito faldero” del PN.

Bottinelli considera que el economista perdió “un poco el rumbo” que tuvo hasta julio. “Mientras su discurso era mucho más contemplativo con el PN y una alianza electoral o una coalición de gobierno, luego de haber tenido un crecimiento pos internas dio un viraje en su vínculo con el PN”, explica. A su juicio, Talvi no ha salido del “todo bien” en su crítica por la exclusión del debate presidencial, porque “si bien la protesta es legítima, las formas no han sido las mejores”.

De alguna manera, el cambio discursivo del economista lo recoloca en el mismo lugar que al comienzo de la campaña: “Talvi ha cambiado su posicionamiento, ubicándose más próximo a la derecha, y una fuerte crítica al tamaño del Estado que lo sitúa en un lugar en que estaba a principio de año, pero que había logrado reposicionar”, explicó Bottinelli.

Para Porzecanski la pregunta no es por qué Talvi está bajando en la intención de votos de las últimas encuestas, sino por qué el Partido Colorado (PC) trepó en julio hasta su mayor nivel de intención de voto en las últimas dos décadas (llegando a 19%). “Ahí evidentemente hubo un ‘efecto internas’ que favoreció a Talvi, probablemente como parte de su triunfo inesperado, por lo holgado, frente a un peso pesado como Sanguinetti. Fue sin dudas la tendencia más impactante de la interna y lo que lo colocó en un lugar muy favorable de altísima visibilidad”. Sin embargo, el sociólogo explica que en esa instancia se sumó el “voto débil” que, una vez pasado el efecto internas, volvió a otras opciones o al grupo de los indefinidos.

Si bien considera que el PC actual tiene un buen nivel de fidelización de sus votantes de 2014, “cayó su capacidad de captación de votantes de otras opciones”. También evaluó que en esta baja puede haber incidido “la fuerte confrontación que desde el FA se decidió realizar con Talvi entre agosto y setiembre, probablemente como estrategia de neutralización de sus posibilidades de acceder a un balotaje”, opinó Porzecanski.

La segunda vuelta

Hasta ahora, la mayoría de las encuestas de intención de voto muestran que en un escenario de balotaje, el candidato del oficialismo, Daniel Martínez, perdería frente al candidato nacionalista Luis Lacalle Pou o el colorado Ernesto Talvi.

Consultados los especialistas sobre si hoy ganaría Lacalle Pou en el balotaje, Bottinelli dijo que las chances son “parejas” en este momento, y agregó que lo que suceda en las elecciones de octubre va a ser “trascendental” para la segunda vuelta, es decir, cuánto vota el FA y cuánto vota cada partido de la oposición. “El bloque opositor no es lo mismo con [Guido] Manini que sin Manini, por ejemplo. La fuerza con la que Lacalle salga de la elección también puede ser un factor decisivo, no es lo mismo un PN más cercano al 20% que más cercano al 30%, porque eso le da una fuerza propia”.

Porzecanski, en cambio, dijo que hoy Lacalle Pou tiene “ventaja por fuera del margen de error sobre Martínez”. De todos modos, precisó que las elecciones no son el próximo domingo y “mucho menos el balotaje, para el cual también inciden los resultados de octubre”. A su vez, explicó que lo que se puede concluir de los escenarios de balotaje presentados es que “el FA ingresa a la recta final en desventaja a diferencia de ciclos anteriores, pero es una desventaja abierta y que puede modificarse en el curso de la campaña”.

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