Este sábado, en la rambla de Kibón se realizó el festejo del Partido Nacional (PN) por el triunfo de Luis Lacalle Pou en las elecciones nacionales. Como sucedió durante la campaña, en el escenario, además de la fórmula electa, estuvieron presentes los líderes de los otros partidos de la coalición: Edgardo Novick del Partido de la Gente; Pablo Mieres del Partido Independiente; Ernesto Talvi del Partido Colorado y Guido Manini Ríos de Cabildo Abierto. Además subieron Lorena Ponce de León, futura primera dama, y los tres hijos de la pareja.

No hubo grandes sorpresas ni anuncios en el discurso de Lacalle Pou, pero sí hizo referencia a la elección del 24 de noviembre, día en el que el ex candidato del Frente Amplio (FA), Daniel Martínez, no dio por perdida la elección por la escasa diferencia de votos.

“El 24 había un resultado que no se podía dar vuelta nunca, todos lo sabíamos, pero Loli (Ponce de León) insiste mucho con que por algo pasan las cosas, y cuál fue la señal que ustedes le dieron al Uruguay y al mundo, que podíamos estar cuatro días con esta democracia sólida esperando los resultados. No saben los orgulloso que me hacen sentir, eso es lo que tenemos que cuidar”, dijo Lacalle Pou.

Además, aseguró que ese domingo “masticamos el freno” y este viernes -día en el que estaban previstos los festejos pero se debieron suspender por mal tiempo- “quise venir” porque “ustedes son la razón de mi vida”. “Toda esa pasión es la que nos tiene que obligar a la prudencia y a la paciencia, somos hombres y mujeres de paz y unión, por eso el mensaje que tenemos que dar es que en este proceso que empieza a partir el 1° de marzo no puede ser cambiar a una mitad del país por la otra, tenemos que unir a la sociedad”, dijo.

En por lo menos cuatro oportunidades el presidente electo tuvo que parar su discurso porque varias personas se sintieron mal y necesitaron la asistencia de un médico. “Tendría que traer acá a un ministro de Salud Pública”, dijo la cuarta vez que alguien se desmayó.

Después, dos banderas del FA aparecieron entre la multitud. “Todos saludemos al ciudadano frentista que nos vino a acompañar”, dijo y opinó que será la foto que se robe las portadas de los medios, algo que aseguró que “está bien”.

Sobre la relaciones internacionales dijo que en algunas situaciones del exterior “no tenemos arte y parte” pero “no podemos vivir del mal ajeno, necesitamos una región fuerte con buenos gobiernos que se lleven bien entre ellos, no importa la ideología. En las relaciones exteriores no les vamos a hacer sentir vergüenza, a los dictadores le vamos a decir dictadores, no les vamos a buscar la vuelta”, sostuvo.

Con relación a la seguridad pública reiteró que combatirá la impunidad y la delincuencia “sea del tipo que sea”. “Este presidente va a estar al mando de la seguridad pública de los próximos cinco años”, afirmó.

Sobre el final de acto dijo que “el presidente de la República no es ni más ni menos que el empleado más importante de todos ustedes” y declaró ser “un hombre feliz” que se puede dedicar “a la tarea más importante que es cuidar a mi país”. “Espero estar a la altura de la circunstancia, espero estar bien asesorado y acompañado, espero ser un presidente que acepte las críticas y que esté entre la gente en los próximos cinco años”.

Antes de que Lacalle Pou hablara, la vicepresidenta electa, Beatriz Argimón, dio un breve discurso en el que reafirmó que seguirá trabajando por la igualdad de género. “Mi compromiso por el ejercicio auténtico de nuestros derechos sigue firme”, aseguró.