El intendente de Montevideo y precandidato a la Presidencia por el Frente Amplio, Daniel Martínez, recorrió este viernes el Complejo Quevedo, en Jardines del Hipódromo, cuatro meses después de que se detuviera y apresara a los integrantes de un clan familiar que había tomado el control del complejo para construir un “fortín” de narcotráfico. Para esto extorsionaban y desalojaban familias e instalaron un sistema de control basado en guardias armados, 36 cámaras de videovigilancia y un muro perimetral construido sin autorización.
Hoy quedan cinco apartamentos vacíos donde otrora operaba el clan Figueroa y la Intendencia de Montevideo trabaja en su recuperación, para posteriormente entregarlos a nuevas familias. “La misión de la Intendencia es reconstruir el espacio público”, dijo Martínez, mientras recorría el complejo acompañado de su equipo de trabajo, algunos vecinos y las miradas de otros que sólo se asomaban a las ventanas.
“No sabíamos que iba a venir”, comentó una vecina, que resaltó lo “positivísimo” de la visita del intendente, pero señaló que si se hubieran enterado antes habrían preparado algunos planteos. “A veces vienen los familiares de los que vendían droga acá. Y se siente como esa presencia invasora”, aseguró, con el asentimiento de otra presente, mientras Martínez conversaba con un grupo a un par de metros.
“En esta casa”, señaló, “era donde funcionaba la boca de venta de cocaína y pasta base. Acá va a venir a vivir gente que se integre en paz, tolerancia y convivencia”, aseguró el intendente, quien explicó que la intervención que realizó el Ministerio del Interior en el Complejo Quevedo es similar a las efectuadas en Unidad Misiones, en Casavalle, y en el Complejo Talca de Las Piedras. La intervención del Ministerio se complementa con el trabajo de otros organismos del Estado, que deben “reconstruir” lo que el miedo dejó: la falta de confianza en lo público.
En este sentido se manifestó el sociólogo y director de Convivencia del Ministerio del Interior, Gustavo Leal,quien afirmó que algunos de los vecinos del Complejo padecen “una especie de síndrome de Estocolmo”, debido a que el proceso de dominación vivido durante el mandato de los Figueroa en algún punto les generó un sentimiento de seguridad que hoy no tienen. “Hay una duda que se termina cuando hay confianza en lo público”, sostiene, y para ello se necesita la intervención de la Intendencia y otros organismos que le den continuidad. “Hoy les estamos dando la señal de que el Estado no se va y de que es intolerable que ocurran estas cosas”.
Entonando la retirada
La mañana del ingeniero no terminó en Jardines del Hipódromo. Luego de conversar con los vecinos, entrar a los apartamentos vacíos y subirse a los techos para ver el trabajo de los albañiles, Martínez se dirigió al oeste de la capital, a la obra de ensanche y repavimentación de Camino Cibils entre Carlos María Ramírez y la Ruta 1.
Según el director de Vialidad de la comuna, Sergio Michelena, aunque la obra -que comenzó en noviembre- tiene un plazo de ejecución de 380 días laborales, debido a las lluvias intensas que se registraron en los primeros días del año se prevé que finalice a mediados de 2021. Además, apuntó que en este momento se están realizando las obras pluviales para evitar inundaciones, que son muy comunes y motivo de preocupación en la zona.
Consultado por su retiro del cargo actual para dedicarse a la campaña política de cara a las elecciones nacionales, Martínez dijo que no tiene el asunto resuelto pero que “tal vez sea un poco antes de lo que había dicho”. La última vez que fue consultado afirmó que dejaría la Intendencia tres meses antes de las elecciones. “No va a ser dentro de mucho, porque está bravo hacer las dos cosas juntas”, declaró.