Lo primero que se le vino a la mente a la senadora frenteamplista Mónica Xavier al opinar sobre los cuestionamientos de USU fue la idea de “la máquina del fango”, un concepto acuñado por el escritor italiano Umberto Eco para describir la forma de deslegitimar a alguien sembrando sospechas sobre sus acciones. Las medias verdades o las verdades dichas de tal forma que son falsas, a juicio de Xavier, son un mecanismo bastante en boga en estos tiempos, y considera que es necesario apelar a la “responsabilidad de todos” para poder desarmar este tipo de afirmaciones. “Me parece que pretender degradar la gestión de un gobierno a través de la crítica a las instituciones, a los procedimientos o a los técnicos es irresponsable”, sentencia la senadora.
Xavier recalca que estos cuestionamientos traen aparejados otros planteamientos vinculados a la antipolítica, una actitud que en su opinión es “peligrosa”, porque deslegitima la política y la democracia. “Puedo entender críticas corporativas, reivindicaciones de diversos sectores; lo que no creo es que este tipo de cuestionamientos sean válidos para hacer reclamos. Me parece que es profundamente equivocado y me pregunto qué tiene que ver esto [la medición de la pobreza] con la intención de un país productivo, competitivo, que se supone que propone este sector”, recalca.
Marcelo Nougué, integrante de USU, relata que en la proclama del acto del 23 de enero plantearon la necesidad de “mejorar” las estadísticas públicas. También plantearon “sincerar” los datos que se publican y mejorar el “rigor técnico”. Nougué cuenta que las autoridades manifestaron que sus planteos eran “infantiles” o “infundados” y, ante ese escenario, se propusieron hacer una campaña en redes sociales, publicando una placa por día con “microdatos” de la Encuesta Continua de Hogares, para mostrar que están “hablando con fundamentos”. “No lo hacemos porque queremos destruir las instituciones, lo hacemos porque creemos que hay que tener políticas públicas acordes”, dijo.
Una de las placas que lanzaron la semana pasada se titula “Curiosidades del INE”. Allí sostienen que el Instituto Nacional de Estadística (INE) estimaba 9,5% de los hogares bajo la línea de pobreza en 2011, y el censo realizado ese mismo año registró 23% de hogares “sin elementos básicos para calefaccionar el hogar, sin agua caliente en el baño y sin heladera”. El afiche concluye: “Porque no es lo mismo tener una carencia que otra. ¿Se puede no ser considerado pobre y no tener estos elementos básicos de ‘confort’ en el hogar?”.
“Lo que hacemos es difundir datos oficiales, que salen del propio INE, tratando de mostrar inconsistencias que son complejas a la hora de poder evaluar los niveles de indigencia, pobreza, desempleo. Lo que estamos mostrando públicamente es que hay cuestiones dentro de estos datos oficiales que están afectando el resultado final. A nosotros lo que nos preocupa es que si Uruguay no tiene buenas estadísticas es difícil que se puedan hacer políticas acordes a estos indicadores”, dice Nougué. El vocero de USU entiende que no es una forma de “desacreditar” al gobierno, sino que es una oportunidad para “corregir” las cosas. “Si hay algo que está mal, hay que decirlo. En el mediano y largo plazo la credibilidad se verá afectada en la medida en que se compruebe que los indicadores que estamos dando a nivel internacional no condicen con la realidad. Transformarnos en negadores de la realidad no nos hace más creíbles”, sostiene.
“Decir que hay que sincerar las cifras es insinuar que deliberadamente se están calculando en forma errónea los indicadores, es un acto que atenta contra un activo del país y difama a los funcionarios que trabajan en el INE. Es desconocer, por un lado, cómo se calculan esas cifras y, por otro, la historia y trayectoria de la institución. Estos dichos no son admisibles, ya que lo único que generan es daño y llevan a transitar por un camino que es muy difícil desandar”, respondieron a la diaria desde el INE. Desde el organismo explicaron que tanto las decisiones que toma en los cálculos de indicadores como en los métodos de relevamiento de la información se “basan en definiciones metodológicas” recomendadas por organismos internacionales y “estandarizadas”.
En cuanto a los cuestionamientos sobre la medición de la pobreza, el organismo explicó que la pobreza y la indigencia se calculan por el método del ingreso. El método, agregan, se “define como objetivo (no se define a partir de la autopercepción de las personas), absoluto (son pobres los hogares o personas que no pueden asegurase un consumo de bienes considerados fundamentales, independiente del nivel de vida de los grupos más favorecidos) e indirecto (relaciona el bienestar con la posibilidad de realizar consumo)”. Asimismo, añadieron que este cálculo se realiza aplicando la metodología FGT (Foster, Greer y Thorbecke), de “reconocimiento y uso internacional”, la cual ha sido utilizada por el organismo desde el año 1996.
Xavier agrega que si existiera en algún ámbito del Estado algún tipo de error, habría que fundamentar lo que se denuncia, “porque si no, se convierte en un tiro por elevación, y eso es peligroso”. Para la senadora, es importante insistir en que el país necesita una campaña electoral “limpia”, de “intercambio de ideas” y que el fenómeno de las noticias falsas no está muy lejos de Uruguay; ya se puede observar en los países vecinos. “Uno siempre piensa que acá nunca va a ocurrir, pero estas cosas forman parte de la globalización. Cuando lo vimos en Medio Oriente, era muy lejano; cuando lo vimos con el brexit, nos sorprendió, y ahora lo vimos en Brasil. El fenómeno está cerca. Ojalá podamos quedarnos con la confrontación de ideas para encontrar las mejores propuestas del país”, resalta.
En la misma línea opinó el senador del Partido Independiente Pablo Mieres, quien entiende que es “totalmente equivocado” discutir sobre cifras oficiales. “Si hay algo que nos distingue como país es la confiabilidad de los datos”, recalca, y añade que se puede discutir sobre metodología o sobre si puede existir otra manera de medir, pero lo que no se puede poner en cuestión es la “seriedad de los técnicos, de las distintas oficinas del Estado”. En su opinión, por ejemplo, incorporar el aporte del Fondo Nacional de Salud como parte de los ingresos no es la mejor alternativa: “Eso puede ser discutible, pero es un camino equivocado discutir si las cifras son correctas o no”, sostiene. El senador resalta que Uruguay tiene una larga historia con indicadores que son confiables –“y no me refiero sólo a la época del Frente Amplio, también en la época de los blancos y colorados los datos fueron confiables”–, por eso entiende que este debate lleva a un “terreno que no deberíamos transitar”.
Lo que más le preocupa a Mieres es que se intenta “afectar la credibilidad” del Estado, que va más allá del gobierno. Las cifras, explica, son del Estado y las seguirán produciendo los técnicos del INE y el Banco Central. Si bien comparte algunos de los reclamos de USU respecto de la competitividad, el desempleo, el gasto público, Mieres opina que lanzando esta campaña “se equivocan”.
El senador, en una columna de opinión publicada el 12 de febrero en Montevideo Portal, reafirma que el sistema de indicadores es lo que permite generar una “base de referencia sólida” para poder dar el debate político. “En definitiva, lo que importa es que nuestro aparato de información pública es confiable y este patrimonio lo tenemos que preservar y proteger”, dice en la columna.
La preocupación del senador surgió a raíz del discurso que USU realizó este año en el acto en Durazno: “Nos pareció preocupante que, por primera vez desde un espacio social, en oportunidad del acto de Un Solo Uruguay, se haya levantado una voz poniendo en ‘tela de juicio’ la veracidad o confiabilidad de las estadísticas públicas”, afirma en la nota. El senador insiste en que es un “grave error” del movimiento “pretender dudar” de la información pública, y si bien sostiene que los “reclamos” del movimiento “tienen mucho fundamento”, advierte que no es “correcta” la estrategia de cuestionar las cifras como parte de una crítica hacia el gobierno. Mieres también sostiene en su columna de opinión que incluso las cifras oficiales ratifican los reclamos del movimiento por mayor “competitividad” y la necesidad de “reducir el gasto público”. Finalmente, el senador plantea que en un año electoral se vuelve necesario mantener un “nivel elevado” de debate y que para ello la “confiabilidad de los datos” tiene que estar arriba de la mesa.
En la misma vereda
El diputado nacionalista Pablo Abdala hizo hincapié en que cree en la “honestidad” del INE y el manejo de datos que hace, así como en las cifras que se publican. Además, recalcó que los datos son “objetivos” y que hay que ser muy “cuidadosos” al hablar del manejo estadístico del Estado. Lo que sí plantea es que en los últimos años hubo algunos “cambios metodológicos” para medir algunas cosas, por ejemplo, sostiene que los parámetros para considerar a una persona ocupada o desocupada se modificaron. “Se empezó a considerar que una persona estaba ocupada cuando había trabajado la semana anterior, o sea, determinadas formas de subempleo, de trabajo precario, que antes no se consideraban”, ilustró.
Otra de las mediciones que el diputado considera que es necesario modificar es la que refiere a la pobreza. “Si bien la medición es honesta, la seguimos midiendo de forma unidimensional, asociada a un sólo factor, que es el ingreso. Todos los organismos internacionales, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, exhortan a una medición multidimensional de la pobreza”. De todos modos, el legislador sostiene que las cifras siempre han sido un “activo que el país ha tenido en cuanto a la seriedad”, y apuntó que si se argumenta que hay “manipulación de la medición de estadísticas” vinculadas a la pobreza, “después queda todo cuestionado: la medición de la inflación, el déficit fiscal, el desempleo”.
El economista y precandidato colorado Ernesto Talvi recalca que cree en la “integridad” de las instituciones y confía en la “buena fe” de quienes trabajan con los números oficiales. Si bien considera que las cifras son “confiables”, también opina que en ocasiones hay “un manejo oportunista de los datos”. Puso como ejemplo la afirmación del presidente Tabaré Vázquez en el Consejo de Ministros en Pueblo Centenario, Durazno, sobre la cantidad de nuevas empresas y empresas que cierran. “Es cierto que abrieron más empresas que las que cerraron en los últimos años, tal como él lo afirmó, pero lo que el presidente no dijo es que al mismo tiempo se perdieron miles de empleos. Eso se da porque mientras que las que abrieron son unipersonales, las que cierran son las que generan más de 90% del empleo”, acota.
Sobre el planteo de USU de que las cifras oficiales no “reflejan la realidad”, el precandidato colorado remarca que las estadísticas nacionales son por definición “abstracciones” que promedian muchas realidades. “Es natural que no reflejen completamente la realidad en casos particulares, pero confiamos en que en general son informativas sobre las tendencias en distintas áreas”, subraya.
Un parate
La directora del INE, Laura Nalbarte, dijo, el 10 de febrero en una entrevista de El Observador, que los cuestionamientos de USU le cayeron “muy mal”. Recordó que en la campaña anterior se intentó “desacreditar” al organismo cuando el intendente Carlos Enciso (Partido Nacional) planteó que “se habían maquillado los datos sobre el desempleo”. “Me cayó mal porque el INE es una institución pública cuya producción es un bien público, es un activo del país y es desconocer, sin fundamentos, lo que es la historia, la trayectoria y, a su vez, también difamar a los funcionarios que trabajan”, acotó.
También recordó cuando la diputada nacionalista Gloria Rodríguez sostuvo que “no le cerraban las estadísticas de pobreza porque veía más pobres” en las calles. “Sin lugar a dudas una es una cuestión o discusión metodológica, podemos discrepar metodológicamente, puede no gustar el método que se utiliza para medir la pobreza, esa es una discusión que podemos dar en todos los ámbitos. Otra cosa es decir que no son sinceras las cifras, es muy distinto”, sentenció en esa entrevista. La economista planteó, por ejemplo, que el INE está analizando junto con otros organismos construir una medición que abarque la “pobreza multidimensional”, en la que se incluyan las “características de la vivienda, la salud, la educación” más el método del ingreso del hogar que se utiliza en la actualidad.