Los números de la economía argentina están lejos de ser auspiciosos. El martes, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos informó que la inflación acumuló un 11,8% durante el primer trimestre del año y que en los últimos 12 meses llegó a acumular un 55%. Ante esta situación, el gobierno argentino anunció un combo de medidas con el objetivo de intentar paliar el aumento de precios.

El presidente Mauricio Macri selló un acuerdo con 16 empresas para mantener los precios de 64 productos básicos por seis meses, entre los que se encuentran la leche, la yerba, el azúcar, la polenta, entre otros. Además, el gobierno alcanzó un acuerdo con las empresas frigoríficas para que estas vendan 120.000 kilos por semana de los cortes de carne más consumidos por los argentinos, a un precio de 149 pesos el kilo en el Mercado Central. También se anunciaron planes para regular la situación financiera de pequeñas y medianas empresas y extender los plazos de pago de deuda. Asimismo, el gobierno aseguró que no habrá aumento de tarifas de luz, gas y transporte público durante este año.

La economista y directora del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (Universidad de la República), Gabriela Mordecki, dijo a la diaria que la realidad de Argentina es “mucho más compleja” que los datos de su inflación. “La inflación es un síntoma de los terribles desequilibrios que hay dentro de la economía, que vienen desde hace años, y que el gobierno de Macri, a pesar de haber tomado diversas medidas, no ha logrado controlarlo, más bien todo lo contrario”.

El préstamo del Fondo Monetario Internacional, la situación del dólar, la falta de confianza en la moneda local son algunos de los elementos que hay que tener en cuenta a la hora de analizar la inflación actual del país vecino. Uno de los impactos más directos de la presión inflacionaria es la suba del dólar en Argentina. Sin embargo, la economista relativizó su impacto en el tipo de cambio uruguayo, ya que el Banco Central del Uruguay interviene para evitar la volatilidad y las subas y caídas excesivas. Sobre el plan de congelamiento de precios, Mordecki se mostró cautelosa al hablar sobre su posible impacto en la mejora de la economía argentina: “Se trata de un compromiso y depende de la voluntad que haya de cumplir su resultado final”.

En cuanto a las posibles repercusiones en Uruguay, la economista planteó que pueden ser múltiples. Hubo 30% menos de turistas esta temporada y mientras continúe la crisis económica en el país vecino es probable que continúe la baja de turistas argentinos. “No son buenas noticias para nosotros. Los ingresos reales con esa inflación van a ser muy restringidos y si bien hay gente que tiene recursos y puede continuar viniendo a Uruguay, el argentino medio no lo va a vivir de la misma manera”, explicó Mordecki, y añadió que el país tendrá que buscar otros mecanismos para estimular el turismo. “Es cierto que el turismo ha crecido fuera de la región, pero todavía los argentinos representan más de 60% de los turistas”. Mordecki explicó que la venta de bienes a Argentina es muy reducida, casi nula, por lo que el intercambio comercial es poco y, por tanto, el impacto en esta área es reducido.

Otra de las eventuales repercusiones que observa la economista es que los inversionistas esperen a invertir hasta que se “acomoden las cosas”. Estos “saltos”, explicó, hacen que los fondos potencialmente destinados a la inversión se trasladen a la especulación. “La inestabilidad e incertidumbre siempre son malas noticias aunque no haya un vínculo directo. Los impactos indirectos pesan, y pesan mucho, nuestra economía viene enlenteciéndose y precisamos medidas que nos tiren para adelante. Sólo con la demanda interna Uruguay puede crecer un año o dos, pero eso se va agotando”.