Jorge Basso, ministro de Salud Pública, y el subsecretario de la cartera, Jorge Quian, recorrieron ayer las zonas inundadas por las fuertes lluvias de la semana pasada en Florida y Durazno. El jerarca destacó en declaraciones a la prensa que a nivel sanitario existe “el enorme desafío de disminuir los riesgos de enfermedades de transmisión hídrica, muchas veces vinculados con problemas de higiene”. De allí el énfasis que hace el ministerio en el acceso al agua segura, al lavado de manos y al control de los alimentos que se otorgan en los campamentos. También señaló el trabajo que se hace desde la prevención ante estas situaciones con medidas como la vacuna antigripal.
A medida que los centros coordinadores de emergencia establezcan que es seguro regresar, comenzará “un nuevo escenario, que también va a ser monitoreado como corresponde porque aparecen otros riesgos que deben cubrirse”, detalló Basso. En particular se pide prestar atención a la infraestructura de la vivienda, las conexiones eléctricas y la limpieza de las partes inundadas, porque las enfermedades se generan por la contaminación en paredes o muebles de los hogares. En su recorrida por Flores visitó la policlínica y la plaza de deportes donde están instaladas las carpas de los desplazados por las lluvias; en Durazno también conversó con los evacuados que están en el campamento.