El pasado lunes terminó la gestión de Gabriela Fulco al frente del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa). En su lugar asumió Rosanna de Olivera, de Cabildo Abierto (CA).

El día del cambio de gestión hubo una movilización de funcionarios en la sede del Inisa en el barrio Ciudad Vieja, para reclamar por el accionar de la Dirección de Salud, a cargo de José Luis Priore, ante la aparición de un caso positivo de covid-19 en un médico del sistema. Se entiende que no se tomaron las medidas preventivas necesarias y que la salud de los funcionarios estuvo -y está- expuesta.

Al día siguiente hubo un intento de fuga en el centro de preegreso. Cinco adolescentes intentaron fugarse, pero no lograron cruzar el perímetro.

El jueves, en horas de la tarde, hubo un motín en el Centro Desafío. Allí se priva de libertad a los adolescentes varones de 13 a 15 años.

Según fuentes del Inisa, “estaban armados con puntas de fabricación casera, quemaron colchones, hicieron destrozos varios y agredieron a los funcionarios”.

En la semana también hubo incidentes en el Centro de Ingreso, Estudio, Diagnóstico y Derivación (CIEDD) que funciona en el Complejo Belloni. Allí cumplen prisión preventiva los adolescentes que tienen medidas cautelares.

Producto de la emergencia sanitaria, que se suma a una práctica común en el sistema penal adolescente, hay muchos funcionarios con certificación médica.