“Ni el movimiento sindical en su conjunto, ni más concretamente el PIT-CNT, son de carácter marxista”, aseguró el secretario general de la central sindical, Marcelo Abdala, en respuesta a una columna de opinión escrita por el ex presidente y actual senador del Partido Colorado (PC), Julio María Sanguinetti, en la que afirma que “nuestro mundo sindical [...] sigue siendo marxista e invoca constantemente su concepción clasista”.

“El movimiento sindical es un movimiento verdaderamente de masas. En el PIT-CNT no sólo coexisten todas las ramas del quehacer económico, sino también todas las variantes ideológicas del concierto nacional. Es la unidad en la diversidad más amplia, que no tiene definición partidista ni adopta 'oficialmente' la ideología marxista”, afirma Abdala en una carta que difundió este sábado.

El secretario general del PIT-CNT destaca que en otros países “hay tantas centrales sindicales como corrientes ideológicas”, algo que debilita la lucha de los trabajadores, un fenómeno que no pasa en Uruguay. “Obviamente que el Dr. Sanguinetti sabe bien que los que sí somos marxistas confesos, no queremos esto para Uruguay. A veces, tanto por 'derecha, como por izquierda', aparecen planteos de división, la unidad nos hace fuertes”, escribió.

En la nota editorial, publicada en el Correo de los viernes y titulada “Un mes”, Sanguinetti reflexiona sobre las acciones del gobierno ante la pandemia provocada por el nuevo coronavirus. Asegura que la central sindical con su “concepción clasista, debe entender que todo ha de manejarse dentro de los estrictos parámetros de la legalidad y la economía de mercado que son la esencia de la vituperada 'sociedad burguesa'”.

“Sanguinetti es certero, cuando habla de la concepción clasista del movimiento sindical”, contesta Abdala. “Sindicatos definidos como la unión libre y voluntaria para la defensa integral del interés de clase de las trabajadoras y trabajadores. Por eso estamos muy activos a la hora de defender el trabajo y el salario en el plano reivindicativo, pero también cuando pensamos un programa desarrollado por y para las grandes mayorías del pueblo, mientras intentamos avanzar -como reza nuestro estatuto- hacia una sociedad sin explotados ni explotadores. Luchamos por aumentos de salarios y, si es necesario, desarrollamos como en 1973, una huelga general en defensa de la democracia. El PIT-CNT no tiene partido, pero no es apolítico”, afirma.

Además Abdala señala que, contrario a lo que asegura el senador, la actitud de los sindicalistas ante la pandemia es de responsabilidad con la sociedad, “defender la salud pública; aconsejar y actuar para que los trabajadores y sus familias actúen con la responsabilidad del caso, quedándose en casa en la medida de lo posible, siendo vigilantes del cumplimiento de los protocolos sanitarios en cada lugar de trabajo que aún mantiene actividad”.

Sanguinetti también reprocha a que el PIT-CNT haya convocado un caceroleo: “La oposición sindical y política, por su parte, no le dieron un día de tregua al gobierno. Hasta cayeron en el uso lamentable del caceroleo, históricamente ligado a la lucha contra la dictadura, para sustentar indefinidos reclamos. Nada faltó”.

En tanto, Abdala dice que “hasta ahora no se nos ha respondido ni un solo planteo de la plataforma del PIT-CNT ni de la Intersocial. Tampoco a nuestra propuesta de desarrollar un diálogo nacional para construir soluciones”, y adelanta que el miércoles que viene tendrán una reunión con el Poder Ejecutivo en la que la central desarrollará sus planteos.

“Algunos sectores desarrollan una campaña intensa que pretende aislar al PIT-CNT, y no es una campaña de debate por lo alto, que sería muy bienvenida, es una campaña de estigmatización, falsedades e insultos a los militantes sindicales. Tal vez porque para alguien está siendo conveniente encontrar un enemigo interno al que atacar si finalmente se viene el ajuste salvaje y/o las cosas no salen bien. En nuestro país hay una clase trabajadora de cara a las necesidades de las grandes mayorías, esta clase trabajadora seguirá actuando con esa cabeza” concluye la carta.