Este artículo fue publicado originalmente el 15 de octubre de 2009. Pocas días antes de las elecciones presidenciales, generamos este intercambio entre el entonces secretario de la Juventud del Partido Socialista, Nicolás Nuñez, y Guillermo Chifflet, que unos meses antes había renunciado al Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio (FA).

Para el ex diputado Guillermo Chifflet, Tabaré Vázquez “tiene menos formación que otros dirigentes del FA”, “está ganado por el personalismo” y “no es un modelo de pensamiento socialista”, mientras que Mujica “a veces pesa demasiado sin quererlo”, y “no basta” con que promueva “un cambio profundo”. En tanto, para el secretario general de la juventud del Partido Socialista (PS), Nicolás Núñez, Mujica “va a seguir la línea de Tabaré” aunque haya diferencias en la forma de ejercer el liderazgo. “[Vázquez] representa al uruguayo que todos queremos ser. Y capaz que Mujica representa más al uruguayo que somos”, opinó.

Chifflet (82 años) y Núñez (25) iniciaron su trabajo político en contextos bien diferentes. Pero los dos pertenecen al mismo partido y tienen algunas cosas en común: se criaron en el Cerro, fueron a la escuela Checoslovaquia y simpatizan con Rampla Juniors.

Chifflet pidió la afiliación al PS con siete años, en tiempos de las guerras Civil Española y de Abisinia (hoy Etiopía), y llegó a integrar un comité de niños por la República Española, que recolectaba libros infantiles para enviar a la península. Recuerda haber visto a Emilio Frugoni en las calles Grecia y Prusia, frente a un grupo de personas, hablando contra la dictadura de Gabriel Terra en 1933. Entre la tradición obrera del Cerro y las rondas de vecinos, muchos de ellos inmigrantes, que seguían por la radio las noticias que llegaban del Viejo Mundo, Chifflet rápidamente se incorporó a la actividad política, y nunca la abandonó. En 1962 fue electo como secretario general por el Congreso del PS, pero renunció porque entendía que ese cargo debía ocuparlo un trabajador. Hoy no es tan estricto. “Con ser socialista basta”, dice.

Núñez empezó a militar a finales de 2000. Su familia siempre estuvo vinculada al Movimiento Socialista Emilio Frugoni, que integra el Espacio 90. Comenzó con un grupo de teatro independiente del Florencio Sánchez que recorría barrios de Montevideo con la cantata Santa María de Iquique, de los Kilapayún, y luego pasó a militar en el gremio del Liceo 11, que fue ocupado cuando se votaba el presupuesto quinquenal del ex presidente Jorge Batlle. Ingresó al PS cuando el secretario general era Manuel Laguarda y Chifflet era legislador. “En estos nueve años hubo un recambio importante pero tengo la suerte de compartir el espacio de militancia con compañeros que son históricos del partido y de los que uno aprende”, asegura.

¿Cómo definirían ser de izquierda?

Nicolás Núñez (NN): Es pensar en términos de justicia e igualdad. El gobierno usó mucho la palabra “equidad”. Pasa por tener claro qué intereses defender, porque tratar igual al diferente es profundizar las diferencias. Frugoni hablaba de que el liberalismo político era bueno, y de que, sin embargo, el económico defiende las libertades individuales en perjuicio de las grandes mayorías.

Guillermo Chifflet (GCH): Significa actuar con desprendimiento y ayudar con su acción a formar hombres mejores. Frugoni también se sentía representante de una clase y tomaba posición. No decía, como suelen hacerlo Danilo Astori y Tabaré Vázquez, que hay que estar por encima de las clases y representar a todos. ¿Se puede representar igual a los banqueros que a los trabajadores? Eso no es posible, la historia lo desmiente. En su primer discurso parlamentario, Frugoni se presentó como portavoz de la clase obrera, y en cada intervención hablaba del socialismo. Hacía prédica socialista. En el caso del PS noto que tiene poca presencia y hace pocos planteamientos a fondo, teóricos o doctrinarios. Se lo dije a Lalo [Fernández, actual secretario general del PS] hace poco.

Seguramente, el MPP sea otra vez mayoría en el FA. ¿Cómo impacta eso en la configuración interna?

GCH: Son realidades que, sin dudas, tienen su peso, pero hay que recordar que el Movimiento de Liberación Nacional surgió del PS. Raúl Sendic fue al norte enviado por el partido a organizar remolacheros. El antecedente había sido Orosmín Leguizamón, un compañero muy luchador que murió luego en un accidente y que había organizado a los arroceros en Treinta y Tres. El PS sacó todo, ha sido un gran semillero, hasta de cosas horribles, como el MUSP [Movimiento Unificado Socialista Proletario].

NN: No les temo a las mayorías democráticas, y creo que la democracia del FA controla ciertas cuestiones. Además las coyunturas cambian, y por más que por primera vez un grupo repita como fuerza mayoritaria, el FA no tiene una historia tan extensa. Tener la mayoría implica, además, actuar con responsabilidad y abriendo la cancha. Creo que el PS, cuando le tocó ser mayoría, actuó a la altura de las circunstancias. Éste sería el segundo período del MPP como mayoría, así que calculo que si no aprendieron en el primero ahora tendrán la oportunidad.

¿Qué diferencias visualizan entre el gobierno de Vázquez y uno de Mujica?

GCH: Tabaré Vázquez tiene menos formación que otros militantes o dirigentes del FA, y en el fondo está ganado por el personalismo, que viene del hecho de que todo el mundo lo reconoce y lo acepta, en su profesión de oncólogo y por virtudes, como su capacidad y serenidad. Pero me parece que no acepta demasiado que le lleven la contra y eso no es bueno. Mujica a veces pesa demasiado sin quererlo, porque él lo dice y tiene toda la prensa, porque para un periodista lo que Pepe dice es nota.

NN: En materia de plataforma de gobierno, Mujica va a seguir la línea de Tabaré. Porque el que va a seguir en el gobierno es el FA, y el programa claramente representa una continuación de esta administración. La diferencia más sustancial tal vez sea de liderazgo. Tabaré es el modelo del uruguayo perfecto, nacido en un barrio trabajador, que se forma en la Universidad y que todo lo que toca lo convierte en oro. Fue presidente de Progreso y lo sacó campeón uruguayo. Es un modelo de movilidad social y representa al uruguayo que todos queremos ser. Y capaz que Mujica representa más al uruguayo que somos. Pero los dos terminan llegando con la misma capacidad para manejar un gobierno y liderar equipos.

¿Hay que reformular el rol del Congreso del FA?

GCH: Soy partidario de los congresos como un ámbito de discusión e intercambio entre militantes, y no como un encuentro de opiniones predeterminadas. Antes, en el caso del PS, teníamos un organismo intermedio que era el Comité Ejecutivo ampliado, integrado por delegados que los centros elegían en cada barrio o zona, y era muy útil. Cada centro hacía su deliberación y se llegaba al comité con posiciones ya discutidas en las bases. Daniel Díaz Maynard, que estuvo en varios partidos, decía que no había partido más democrático que el socialista, y creo que es verdad. Porque si comparamos con los partidos tradicionales, es evidente que en los honorables directorios las honorables bases no pueden opinar. Zelmar Michelini decía que no se podía imaginar un FA en el gobierno sin movilización y pueblo en la calle, y es una gran verdad.

NN: El FA es una herramienta compleja, y creo que hay que fortalecer más la pata de las bases, y los sectores tienen que facilitar su participación. A partir del próximo año hay que discutir cómo preparamos la estructura para esta etapa. Esta estructura fue efectiva para pelear contra la dictadura y generar acumulación de fuerzas. Pero a la hora de gobernar mostró falencias, por ejemplo en cómo se informa a la gente sobre lo que se está haciendo. Una fuerza política que se presenta como “de cambio” no puede tenerle miedo a sus propios cambios. El frenteamplista común, de la calle, acepta y promueve los cambios sin problemas.

¿El PS se mantiene fiel a sus postulados históricos, como el anticapitalismo y el antiimperialismo?

GCH: Creo que tenemos déficit de preparación de los militantes. No tiene por qué ser una preparación dogmática, sino ideas que se discutan. Eso no se está haciendo y es negativo. La cantidad ha disminuido un poco la calidad de la militancia, y si no se prepara eso, un buen día te das cuenta de que hay gente que estaba en el PS porque tenía el carné, nada más, pero no era mentalmente socialista. Antes había muchos cursos de preparación que veo que se han descuidado un poco ahora. Incluso había cursos de oratoria.

NN: Cuando entrás a militar a la juventud, hay que hacer un curso que se llama “Las señas de identidad del partido”. Nuestra declaración de principios nos brinda cinco señas de identidad: anticapitalista, pluralista, democrática, antiimperialista y revolucionaria. También nos interesa mucho, y más en el tiempo en que nos tocó vivir, la formación de cuadros de gobierno, y en eso el PS tiene una fuerte tradición. De hecho, este gobierno ha sabido nutrirse de cuadros del partido de suma importancia.

¿Cómo ven la interna del PS?

NN: La departamental de Canelones tenía una mesa, con una frase de Frugoni que decía: “Las discusiones que tenéis merecerán el rigor histórico del momento”. Y para mí el PS se enrosca mucho en esas discusiones, y creo que hace bien. A veces pasa que el efecto Rial se ha instalado, y se consume mucho eso de aquel que se peló con fulano, y todo eso. Y muchas veces la síntesis de la discusión queda en un segundo plano.

GCH: En la historia del PS hubo rupturas y separaciones. José Pedro Cardozo, que era psiquiatra, analizaba esas situaciones y llegó a la conclusión de que ocurrían por falta de discusión. Hay que buscar denominadores comunes entre las posiciones, que permitan seguir hacia adelante sin dividir, sin perjuicio de que queden distintas tendencias dentro de una fuerza política.

Guillermo lo dijo

"Una máquina de conseguir cargos". "Decir eso es un disparate, un horror. No es verdad. Yo no tenía ningún cargo en ese momento; si no, le hubiera mandado la renuncia. Lamenté no tener un cargo. Me parece que esas cosas no se pueden hacer, son falsas generalizaciones. Conozco un montón de compañeros del PS que tienen la principal virtud de un revolucionario, que es el desprendimiento. Es una salvajada de esas que suele decir Mujica sin mucha responsabilidad, porque es un agravio muy grande. Yo lo llamé a Lalo y le dije si querían contestarle. Y no querían darle importancia al asunto".

Tabaré. "Es un poco una creación del PS. Soy testigo de cuando José Pedro Cardozo y otros, en una reunión en Casa del Pueblo, le pidieron que se incorporara a la política, y él no quería, porque estaba metido en la oncología, su vocación. Le insistieron mucho y al final aceptó. Si ahora tuviera que citar a un gobernante socialista, no citaría a Tabaré Vázquez. Tabaré Vázquez es un progresista, es un hombre que perfectamente puede pasar por cristiano o por cualquiera de esas corrientes que integran el FA, pero no es un modelo de pensamiento socialista".

Autocrítica. "Una vez dialogaban Lenin y un camarada de apellido Beloj, quien le preguntó cuál era el peor enemigo de la revolución, y Lenin le respondió que era decirle amén a todo. Y eso es verdad, en todas las cosas. Las organizaciones verticales terminan anuladas, porque allí no existe la democracia interna y las posibilidades de aportes".

Posibilidades históricas. "El gobierno del FA no ha sido de cambios profundos. Ha sido de cambios a la uruguaya, y eso, de repente, no está mal. Pero todos queríamos un poco más y la militancia aspiraba a una transformación más profunda. Y no se pudo porque faltó participación y movilización del pueblo en la calle. Igual sigue pasando que el FA convoca y va todo el mundo, pero cuidado con desperdiciar eso".

Nicolás lo dijo

Socialistas en el gobierno. "El PS se ha convertido en el equipo de Tabaré Vázquez, y en los lugares más urticantes, como Ricardo Prato en la Dirección de Aduanas, Álvaro García en el Ministerio de Economía, o el Ministerio del Interior, desde el primer momento con José Díaz y después con Daisy Tourné. En los lugares más calientes siempre ha estado un compañero del PS".

Progresismo. "El plan estratégico del PS para transformar Uruguay incluye la construcción de hegemonía junto con fuerzas progresistas. Nuestro documento Democracia sobre nuevas bases claramente habla de la acumulación a partir de un bloque popular y progresista que defienda los intereses de la clase trabajadora".

Redes frenteamplistas. "Después de la elección hay que pensar cómo se incorpora toda esa gente a la estructura, sin marcarles la cancha. Desde las estructuras se critica a las redes por puro desconocimiento de cómo se genera este fenómeno. Los foros de debate virtuales de muchas de estas convocatorias tienen un contenido político de un altísimo nivel".

JSU. "Cuando llegué a la secretaría general de la JSU [Juventud Socialista del Uruguay] comprendí que gobernar y liderar no quiere decir decirle que sí a todo. Tengo muchos no y muy pocos sí, y tengo que saber direccionarlos".

Radicales y 26 de Marzo. "No estuvieron a la altura de las circunstancias. Todos hicimos sacrificios en este gobierno para no renunciar a principios. Un ejemplo claro es Guillermo, pero él no fue al PS a decir que había que irse del gobierno o del FA. Porque somos conscientes de nuestra responsabilidad de llevar adelante los cambios. Para mí el 26 se fue de mambo, y creo que dentro del FA hay sectores que también son radicales en sus planteos y que son mucho más serios que el 26 de Marzo, como el Partido Comunista".