¿Es posible pensar el futuro sin convocar el pasado? ¿Sin hurgar en los rincones de la memoria en busca de aquello que nos define y proyecta?

La periodista mexicana Daniela Rea imagina el futuro del periodismo como una respuesta al griterío, al alineamiento automático; lo piensa como un silencio de manos extendidas, que habilite a escuchar a otros y a otras, que no les tema a las contradicciones, a la duda. Así lo entendió cuando entrevistó a asesinos y torturadores para el libro La tropa. Por qué mata un soldado, que escribió junto a Pablo Ferri y Mónica González. Daniela Rea vive en un país de 90.000 desaparecidos. En una mesa redonda realizada ayer en el marco de la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin) organizada por el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), conectó sus vivencias con el futuro de su oficio.

“Yo llegué a ese libro con mucha furia y con un ánimo de hacer justicia por las personas que habían sido víctimas de su violencia. Y cuando los empezamos a escuchar y a entender que esta decisión de ser soldados no era tan libre y que respondía también a un cúmulo de violencias estructurales que habían vivido en sus historias, y cuando en algún momento nos encontramos riéndonos abajo de un árbol en prisión hablando de reggae, o sobre el gusto de que los hijos sean felices, pues ahí toda mi intención se quiebra y se confronta, porque empiezo a sentir cierto entendimiento o cercanía con estas personas que habían hecho cosas terribles”, relata. Entonces la furia se fue convirtiendo en otra cosa, y la pregunta de por qué mata un soldado, cambió por otra: cuando una persona mata, ¿qué se ha muerto antes, qué le han matado a esa persona? Y un libro que pretendía acusar y señalar, terminó con la pregunta de cómo acabar con la violencia. El periodismo, para Daniela Rea, es generar también esos espacios de silencio que permitan que nazca la palabra y la escucha.

La periodista chilena Mónica González dice que el blanco de los periodistas, el enemigo principal, son los asesinos. Y que no sólo es asesino quien ejecuta, sino también quienes muchas veces no se ensucian las manos: las grandes corporaciones. Dice que los periodistas defendemos la vida frente a la maquinaria de la muerte. Lo dice casi 30 años después de entrevistar durante tres días al soldado que asesinó y desapareció a sus amigos en la dictadura de Augusto Pinochet. De escucharlo contar durante tres días cómo había asesinado a algunos de sus amigos. “Yo tenía ganas de apretarle el pescuezo, pero al momento me di cuenta de que era una pieza viviente de la justicia, que algún día él iba a declarar en el juzgado”, cuenta. Y dice que no cree que nadie nazca para ser asesino.

“Hay una máquina de guerra en cada país que los corruptos, a veces los que nunca se ensucian las manos, echan a andar para defender sus intereses, y convierten a hijos de buenos campesinos, a jóvenes buenos, que tienen hambre, que quieren ser felices, procrear, hacer el amor y tener hijos, en torturadores, en violadores”, sostiene.

Cristian Alarcón, periodista fundador de Revista Anfibia y del sitio Cosecha Roja, es el director de un proyecto que nucleó a 15 jefes (directores, editores) de medios de América Latina y España, entre ellos a Daniela Rea como periodista autora de uno de los ensayos, y a Mónica González como jurado que ofició en la selección. Se trató de un proceso de formación de dos años en el marco de la denominada Beca Cosecha Anfibia, en el que participaron 11 países, y que culminó con la redacción de 15 ensayos sobre el futuro del periodismo, editados por la Universidad Nacional de San Martín. Se buscó llegar al lugar de la toma de decisiones, determinar “cómo construimos las agendas en América Latina, y cómo llegamos a alimentarnos en la búsqueda de puntos de vista no sólo novedosos sino que tengan un deseo de transformación”, explicó Alarcón.

Consideró que las carreras periodísticas en muchos casos “adolecen de una falta de relación con el pensamiento crítico, porque son cada vez más instrumentales. Tenemos herramientas, hay una profusión enorme de talleres y cursos, pero lo cierto es que en general se trata de formatos, de modos”, al tiempo que se “corta la relación con el pensamiento”.

El libro describe un problema fundamental, advirtió Alarcón, y es que hoy “muchos de los que hacemos periodismo, hacemos medios”. Al tiempo que el mercado laboral se retrae, que el modelo de negocios cambia, se buscan proyectos nuevos, salidas colectivas, periodismo transnacional. “No nos podemos concebir sólo como periodistas, ser periodista hoy es ser un actor político y cultural complejo, un gestor que así como se alimenta del arte y de los algoritmos, entiende la lógica de la tecnología”, remarcó Alarcón.

Para González, Futuro imperfecto es “un libro para devorarlo, en el que no hay certezas sino fundamentalmente preguntas”. En un contexto en el que “reina la oscuridad, hay que estar alerta de cuándo se empieza a armar esa máquina de muerte, cuándo se empieza a desencadenar, para alertar a la población, para detenerla”. Piensa que ante la oscuridad, el periodismo “se yergue como un muro, que se sostiene solamente porque nosotros estamos de la mano”.

Amenazas a periodistas y libertad de prensa

La Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación se realizó esta semana en Canelones, organizada por IPYS. El país recibió a periodistas y a personas vinculadas a los medios de toda América Latina.

En la actividad de inauguración de la Colpin, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, agradeció a los y las periodistas “que dedican tiempo y en algunos casos arriesgan su vida e integridad para investigar”. Sostuvo que la situación de la prensa en Uruguay “no es comparable con los ataques” que sufren los periodistas en otros países, “pero tampoco estamos exentos de problemas, debates e incluso amenazas a la prensa, no sólo por parte de decisiones de los poderes del Estado”. “También vemos con preocupación la presencia del crimen organizado que dos por tres amenaza a un periodista. Hay que reconocer que en Uruguay estos episodios no pasan desapercibidos, ni dejan de debatirse abiertamente los actos que pueden devenir en censura, opacidad, hostigamiento a los medios de comunicación y a las y los periodistas. Y muchas veces los errores se corrigen de este modo, a través del debate, o porque en otros casos la Justicia otorga garantías a quienes son denunciados”, destacó el intendente.

Finalmente, concluyó que el periodismo de investigación “juega un rol clave en el combate de los abusos de cualquier agente estatal, los actos de corrupción y también al crimen organizado”.