Liderazgo. Esa es la palabra que no termina de adecuarse a la actualidad política que vive el Partido Colorado, y que si en tres años no se resuelve puede terminar de hundir al principal socio de la coalición.

Desde las elecciones de 2000 el partido que más ha gobernado en la historia del país no alcanza ni a 20% del electorado, y sus actuales sectores, Ciudadanos y Batllistas, fueron comandados en 2019 por personas que no estarán en competencia las próximas elecciones: el excanciller Ernesto Talvi ya se retiró de la actividad política y el expresidente Julio María Sanguinetti llegaría a las próximas elecciones con 88 años. A su vez, si bien los colorados son el socio principal del Partido Nacional en la coalición de gobierno, la gestión de Luis Lacalle Pou se ha caracterizado por una fuerte impronta presidencialista, a lo que se suma que las figuras coloradas en el gabinete no se encuentran entre los ministerios más visibles: Ganadería, Turismo y el novel Ambiente.

Con este contexto, los resultados de una encuesta realizada por Opción Consultores y difundida en la penúltima semana de abril no asombran: el exsenador Pedro Bordaberry, a pesar de estar alejado actualmente de la actividad política, es quien recoge más simpatía entre figuras coloradas (saldo de +8) y el más conocido del partido: apenas 8% de los encuestados no sabe quién es. En la misma encuesta aparecían Germán Cardoso y Adrián Peña con resultados menos auspiciosos, además del presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva, y el abogado y exedil capitalino Andrés Ojeda.

Discreción extrema

El problema es que Bordaberry no ha mostrado intenciones manifiestas de volver a la política, y quienes más lo conocen lo ven cómodo en su rol de asesor externo de Montevideo City Torque. “Él está pasando un tremendo momento en la actividad privada, está feliz y en realidad no hay señal alguna, ni tampoco aborda nunca el tema, de pensar en un escenario de retorno”, dijo a la diaria una de las figuras más cercanas, Germán Coutinho, actual senador que fue compañero de fórmula de Bordaberry en 2014.

Pero esto no necesariamente es una mala noticia para quienes buscan su vuelta: sus más allegados cuentan que el exsenador es una persona que no sólo calcula de forma extrema sus movimientos, sino que es muy reservada a la hora de comunicarlos. Por ejemplo, en el invierno de 2019, luego de que Talvi ganara las elecciones internas, la noticia de que Bordaberry evaluaba volver al Senado se dio a conocer tras hacerse pública una encuesta de la consultora Equipos en la que preguntaba hasta si su cambio de opinión sería “aceptable”; el entonces senador había anunciado en 2017 que se retiraría de la actividad política al terminar aquella legislatura. Luego de que circulara la noticia, tanto Sanguinetti como Talvi hicieron público su interés en que Bordaberry no encabezara la lista al Senado y luego Bordaberry dijo que le habían “cortado el brazo”.

Lo cierto es que hoy ni sus seguidores más cercanos saben qué será del futuro del exsenador, pero en algo concuerdan todos: no existe ningún motivo para que Bordaberry vuelva en el corto plazo. “No necesita posicionarse mucho tiempo antes. ¿Qué necesidad tiene de exponerse hoy?”, dijo un dirigente de su círculo cercano, que contó que al exsenador “la política le gusta más que el dulce de leche”.

Y es que a pesar de estar alejado de la actividad política, Bordaberry no elude pronunciarse en varios temas del país, con una postura de neto apoyo al gobierno de Luis Lacalle Pou: el 29 de abril compartió en Twitter una publicación del presidente con un video de su última conferencia en la Torre Ejecutiva, en la que habló de la libertad responsable; el año pasado, en pleno debate de la ley de urgente consideración, se expresó a favor de derogar el monopolio de ANCAP criticando a quienes en el Partido Colorado no estaban dispuestos a apoyarla, y el 26 de abril publicó una encuesta en el diario El País en la que criticó a quienes “integrando el oficialismo multicolor, se empiezan a desmarcar del gobierno”.

Este escenario ilusiona a sus seguidores. “La aspiración de todos los que creímos en Pedro sigue vigente”, dice la exdiputada Graciela Matiaude, que dijo estar “esperando una señal” de su parte. “Estamos todos ansiosos de que vuelva; le va a hacer bien a la democracia y al partido”, agregó.

En tanto, el subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Minería, Walter Verri, dijo que “sería muy bueno para el Partido Colorado que Bordaberry volviera a la actividad política” y expresó que “cuanto más sectores y más candidatos, mejor”. También el actual diputado Gustavo Zubía se mostró a favor de su retorno, pero acotó que no es el momento para definir si se comprometería a apoyarlo.

En tanto, otros dirigentes, como Coutinho y el actual subdirector de Industria del Ministerio de Industria, Energía y Minería, Fitzgerald Cantero, admiten que no existe certeza ni señal alguna que permita interpretar esa decisión. “No veo que haya ningún indicio ni ningún ambiente”, dice el actual senador.

Coutinho, Cantero, Matiaude, Verri, Cardoso y algunos otros dirigentes, como la exdiputada Susana Montaner, son algunos de los dirigentes más cercanos a Bordaberry, que fueron pilares del sector que lideraba, Vamos Uruguay, y que según fuentes del partido no dudarían en apoyarlo en su vuelta. “En la interna sería un pesado y no sería fácil enfrentarse a él. Ha sido exitoso en todos los lugares donde ha estado: el Ministerio de Turismo, el Parlamento, la Asociación Uruguaya de Fútbol y Torque”, comentó un exdirigente de Vamos Uruguay.

La posible competencia

Pero en el Partido Colorado, si bien nadie dice estar en contra de su vuelta, no todos están dispuestos a apoyarlo. “Si me decís, yo deseo que vuelva. Le puede hacer bien al partido tener sectores fuertes, y ni que hablar que es una persona muy fuerte y si puede encarnar una corriente del partido me parece fantástico. Creo que es el sentir del partido, independientemente de si lo vamos a acompañar o no. En nuestro caso, claramente hemos cultivado otro perfil”, dice el diputado Felipe Schipani, uno de los referentes de Ciudadanos, el sector otrora liderado por Talvi. Este perfil, agrega, es “más de centro” y a su vez constituye “una propuesta renovadora y batllista”.

En tanto, otro de los referentes del sector, el ministro de Ambiente, Adrián Peña, dijo en una entrevista con la diaria publicada el lunes que no criticaría a Bordaberry por cambiar de opinión y que él es “hincha” de que vuelva a un rol activo en la política, pero dejó claro, con una analogía futbolística, que a su juicio su posición actual es confusa: “Hoy lo veo más como el Loco [Sebastián] Abreu, que no sabés si es jugador, técnico o panelista de un programa”.

Si bien la orgánica de Ciudadanos viene funcionando de forma aceitada, tras la salida de Talvi el sector no ha desarrollado un liderazgo claro. En sus filas el nombre que suena con más fuerza como posible candidato es el del presidente del Codicen, Robert Silva, del que se destaca su “visibilidad y su capacidad de conducción”, aunque por el momento no se ha manejado su postulación en ningún ámbito formal. En el sector no creen que él tenga entre sus prioridades ser candidato, pero sí advierten que es una figura “interesante, con proyección y llegada”, y que si bien es parte de Ciudadanos, tiene muchos años de militancia en el partido y cuenta con simpatía de todos los sectores.

Silva contó con el respaldo de los dos sectores mayoritarios del partido para completar la fórmula presidencial de 2019 junto a Talvi. En la reciente encuesta de Opción Consultores dentro del Partido Colorado se ubicó segundo, con 23% de simpatía, 16% de antipatía (saldo de +7) y una postura neutra de 12%. Pero a diferencia de Bordaberry, que apenas 8% de los encuestados dijeron no conocerlo, en el actual presidente del Codicen esta cifra se eleva a 45%.