Danilo Astori concedió una extensa entrevista para el número 100 de la revista Lento, que edita mensualmente la diaria, en la que conversa sobre su trayectoria y sus ideas. En el encuentro, además, el exvicepresidente y líder de Asamblea Uruguay habló de algunos temas de coyuntura, como la situación del Frente Amplio (FA), las alianzas que prepara su sector y el fenómeno político de Chile.
Consultado acerca del debilitamiento del ala socialdemócrata en la coalición de izquierda, Astori respondió que “en un análisis autocrítico, hay que aceptar esa afirmación”. “Una de las deudoras de esta tarea no realizada es el ala moderada, sin ninguna duda, que a veces por cuestiones menores de rivalidades pequeñas, de egolatrías más pequeñas aún, de falta de generosidad, no ha sabido sumar por encima de las apetencias personales y sectoriales. No hemos sabido hacerlo y ahora está planteado el desafío”, afirmó.
En ese sentido, sostuvo que se está buscando coordinar acciones entre sectores del FA, como el Nuevo Espacio, el grupo de Daisy Tourné, Plataforma, y el sector que él mismo lidera. “Estamos tratando de iniciar un proceso de acumulación que luego se haga más amplio, pero para que sea más amplio hay que superar las cosas menores. Hasta ahora hemos perdido la batalla con las cosas menores. Hay que dar vuelta ese partido”, dijo Astori.
Atomización del Frente Amplio
El ministro de Economía y Finanzas durante las administraciones de Tabaré Vázquez también se refirió a lo que ve como problemas de todo el FA. “Hoy el FA está bastante más lejos que en sus primeras épocas de lo que podríamos llamar la generosidad política. El Frente nace con mucha generosidad entre los compañeros. Además de aquella mirada estratégica y de aquella responsabilidad que siempre sintió [Liber] Seregni, la conformación fundacional del FA es una conformación generosa, en la que se hace lugar al compañero o a la compañera, se le tiene en cuenta en sus opiniones, se tiene un sentido propio y cabal de la acumulación de fuerzas. Eso lo veo muy frágil en la época actual. Creo que hoy hay poca generosidad”, dijo.
Específicamente, Astori se refirió al panorama hacia 2024 y al desempeño del FA como oposición. “Hay una predominancia muy grande de la lucha por candidaturas y cargos –muy temprana lucha, además–, lo que dificulta algo fundamental que necesitamos después de 15 años de gobierno, que es una línea de oposición coherente. Fuerte, como debe ser toda oposición, pero al mismo tiempo profunda, rigurosa, estudiosa. No encontramos en este momento la línea más conveniente para ser oposición. Naturalmente, el gobierno ayuda a que estemos haciendo las cosas mal; muchas veces se dice que un buen gobierno necesita una buena oposición. Creo también que una buena oposición necesita un buen gobierno, y hoy no tenemos ni una cosa ni la otra, lamentablemente. Me parece que hemos perdido algunas de aquellas cualidades de la fundación. Naturalmente el tiempo pasa y la gestión desgasta, pero tendríamos que ser conscientes de esa autocrítica, que tiene varios niveles. Tiene un perfil organizativo: el FA necesita modificar su estructura organizativa. Y tiene un perfil ideológico: obviamente, la realidad de hoy es totalmente distinta de la de otros tiempos y va cambiando a una velocidad impresionante”.
Precandidaturas que complican
Específicamente, Astori se refirió a la interferencia entre competencia interna y renovación: “Hay todavía demasiados compañeros que creen que la renovación es asegurarse un puesto para las próximas elecciones y, sobre todo, la candidatura presidencial. Hay una contienda clarísima que afecta a muchos compañeros, y eso nos saca un poco fuera de algo que es fundamental y que es el número uno de la renovación: la renovación de ideas”.
La proliferación de pequeños grupos dentro de la coalición de izquierda es otro de los temas que preocupan a Astori: “La atomización que el FA está sufriendo sólo se explica por temas electorales. Hay una especie de manejo de la ingeniería electoral que se ha transformado en una de las piezas fundamentales del funcionamiento político-electoral del FA. Eso no puede ocurrir. El FA no merece terminar con decenas de grupos que lo único que van a celebrar después es una banca en el Parlamento, pero que no van a aportar lo que el FA tiene que aportar como fuerza de oposición. Y eso está pasando hoy. Está ocurriendo la desacumulación de aquello con lo que nació el FA”.
La atomización, para Astori, tiene consecuencias en la falta de coordinación para trabajar como una oposición coherente: “El FA declara sobre todo lo que pasa afuera, y a veces sobre algunas cosas que pasan adentro también. Hay una especie de declaracionismo que es una dificultad para vencer el dogmatismo ideológico, porque en el declaracionismo va todo aquello que resulta difícil de entender en una fuerza como el FA”.
“Examinen incluso el FA de hace diez años o 15 años: era distinto de este. Se estaba atomizando, pero tenía mucho menos atomización que ahora. He visto a gente que sale a colocar bancas para las próximas elecciones a cambio del apoyo a una lista que nadie conoce. Esto ha venido creciendo, al punto tal que es una vergüenza en algunos casos mirar lo que pasa desde este punto de vista en sectores de la izquierda”, dijo, y agregó: “Es un fenómeno que no está quieto, y no podemos pagarlo a un precio tan caro como el deterioro del FA. Tenemos que salvar de estos problemas al partido al que pertenecemos, del que somos parte, al que llevamos en el corazón, al único que podríamos tener como partido para trabajar”.
Definiciones sobre la región
Respecto de la actitud de algunos sectores del FA en relación con los gobiernos de Nicaragua y Venezuela, Astori fue directo: “No podemos seguir apoyando a [Nicolás] Maduro. Es absolutamente insólito que el FA, teniendo la historia que tiene, teniendo los padres que tiene, esté apoyando una dictadura como la de Venezuela. Hay dogmatismo”.
En cuanto al actual proceso político de Chile, Astori afirmó que “es algo nuevo”, que “está rechazando las propuestas tradicionales de izquierda y derecha”, y dijo que “puede haber una reiteración de situaciones de este tipo en otros países de América Latina”. “Sin perjuicio de que Chile tiene sus características propias y los demás países también tienen sus características propias, hay en el mundo fenómenos nuevos, entre los cuales está la peste esta que nos está flagelando, que están cambiando la vida de todos y que influyen sobre toda la sociedad, en la economía, la educación, la política, la seguridad pública. Y tenemos que estudiar ese fenómeno, porque está naciendo ahora. El resultado de la elección de los representantes para hacer una nueva constitución es impresionante, es otro Chile totalmente diferente del que conocimos hasta hace muy poco. Esto hay que seguirlo, hay que estudiarlo. Tenemos que estar preparándonos para novedades importantes bastante cercanas”, dijo.
El número especial de Lento con la entrevista completa se pondrá en circulación el próximo fin de semana.