Eran las seis de la tarde y desde la peatonal Sarandí se escuchaba el ruido de los altavoces de una manifestación y el sonido de las vuvuzelas alterando la dinámica sonora habitual de un viernes por la noche en la plaza Independencia.

En las redes sociales se había convocado a una manifestación por las personas que fallecieron a causa de la covid-19, pero al mismo tiempo la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam) reclamaban por los préstamos de las cooperativas que cumplieron los requisitos, pero aún no obtuvieron el dinero. Fueron los cooperativistas los que hicieron más ruido, los que llevaron más gente; pero las flores, los mensajes de despedida y un cartel que decía “Basta de muertes evitables” los pusieron las personas autoconvocadas.

“Me sumo a esta causa porque hay familias destrozadas, en mi caso perdí a mi tía. Mis primas no pueden con el dolor que tienen”, contó a la diaria una de las asistentes. Dijo que, a pesar de que su tía tenía 68 años, era muy activa: “Cocinaba tortas para vender, hacía zumba. Se dio la primera dosis de Sinovac, no sabemos si cuando se la dio ya estaba contagiada o si se contagió antes de que pasaran los 15 días. Nunca pensamos que esto iba a suceder. Se enteró el 7 de abril de que tenía coronavirus y el 23 de madrugada llamaron a las hijas para avisarles que ya no había nada que hacer”, relató. Dijo que el mismo día de la muerte de la señora, su otra tía fue intubada y ahora está mostrando signos de recuperación, pero aún no sabe que su hermana falleció por el virus, “por ahora la está peleando”. Otro de los motivos por los que decidió participar fue porque “está muriendo gente por una enfermedad evitable y hay cosas que no se están haciendo bien”. Piensa que Presidencia está transmitiendo mal el mensaje. “Si todos pudiéramos reducir la movilidad evitaríamos muertes, a mí capaz que me da y no me pasa nada, pero hay personas que se pueden morir porque yo los contagié, más allá de que el gobierno puede invertir económicamente y que hay gente a la que no le importa, el mensaje que se tiene que transmitir es claro: tenemos que tratar de cuidarnos para cuidar al otro”.

Las personas que transitan la covid-19 lo hacen casi en soledad y los celulares son uno de los pocos medios que tienen para contactarse con sus familias, es ese el momento en el que el personal de la salud cobra un papel relevante. Una enfermera retirada llamada Luján también fue ayer a colocar flores en memoria de los fallecidos: “Estamos llorando a nuestros muertos también, porque los compañeros que están en la primera línea están perdiendo la vida”, dijo, y aseguró que el estrés y el agotamiento también los está afectando. “A nadie le importa, no quiero que esto tenga una connotación política, pero no tenemos un capitán que nos guíe, el barco se está hundiendo y el capitán es el que primero se salva”, dijo. Para la exenfermera debería haber una reducción de la movilidad, y aseguró que el gobierno les “tomó el pelo a los científicos. Ahora ya no tienen al GACH [Grupo Asesor Científico Honorario], que son los que saben. La soberbia le está ganando a la vida”, opinó. También piensa que la propuesta de trabajar cuatro días y librar dos sería una buena manera de reducir el agotamiento del personal, porque un trabajador puede desempeñarse en varias instituciones, “tanto en enfermería como los auxiliares de servicio tienen multitrabajo”, dos y hasta tres empleos, porque “no nos alcanza la plata para mantener a nuestras familias”. Otra de las medidas que Luján cree necesaria es que se declare el coronavirus como enfermedad laboral. Luján recordó a un trabajador de 42 años que murió el domingo y dejó a una hija de 19 meses, y contó que la pareja del hombre salió de cuidados intensivos “porque Dios quiso que saliera, si no quedaba huérfana la niña”. Comentó que, a pesar de estar jubilada, se ofreció para formar parte del plan de vacunación o incluso ir a un hospital o sanatorio de forma honoraria, pero no obtuvo respuesta: “Nadie me dio bolilla, cuidamos a las personas, pero no nos cuidan a nosotros”.

Por su parte, Jane no fue por el dolor causado por la pérdida de un familiar o un colega; aunque dijo que sí tiene conocidos que murieron, ella fue a colocar flores porque siente responsabilidad social. Comentó que debería haber una renta para que las personas “que dependen del peso que hacen día a día” se puedan quedar en sus casas. “Hay que ver también la posibilidad que tiene cada persona de poder aislarse. Creo que es momento de un parate”.

El reclamo de Fucvam

Mientras algunas personas colocaban flores en la cantera de la plaza Independencia que queda frente a Torre Ejecutiva en recuerdo de los fallecidos por el coronavirus, integrantes de Fucvam protestaban contra el gobierno por préstamos no entregados. Eran un par de cientos de personas, hicieron filas, llevaban tapabocas y algunas cargaron con palas de construcción que usaban para hacer ruido y agitar, cada tanto, al resto. Gustavo González, secretario general de Fucvam, dijo a la diaria que son 21 las cooperativas que “ya tienen todo hecho desde hace un año y medio y aún no han escriturado”. Aseguró que la intervención urbana de ayer fue “el inicio de una serie de movilizaciones” e invitó a la gente a participar, “siempre con la madurez que el movimiento tiene”.