Estados Unidos financiará la implementación en el puerto de Montevideo del Programa de Control de Contenedores de la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Mundial de Aduanas, un proyecto que busca mejorar la detección de cargamentos de drogas sin enlentecer el comercio.

Uruguay había manifestado su interés en participar en este programa durante la segunda presidencia de Tabaré Vázquez, pero el plan no se había implementado por falta de financiación internacional, dijo a la diaria Bob van den Berghe, experto en aplicación de leyes del Programa de Control de Contenedores.

El programa está presente en 17 países de América Latina y el Caribe. En todos los casos su presencia es financiada con dinero aportado por un país desarrollado.

“Habíamos recibido una carta de interés de las autoridades de Uruguay para ser parte de nuestro programa, pero nos faltaba un donante. Nuestro programa depende de que existan fondos. El interés de las autoridades de Uruguay todavía está, y eso es muy bueno. Y tenemos ahora el interés muy fuerte de un donante –que es Estados Unidos– para apoyar la implementación en el puerto de Montevideo”, agregó Van den Berghe, en comunicación telefónica desde Viena. El programa funciona en la sede de la Agencia de la ONU contra el Crimen, en la capital austríaca.

El funcionario dijo que Estados Unidos manifestó su interés en financiar el programa en Montevideo hace unos dos meses: “Tuvimos algunas reuniones con las autoridades de Uruguay y estamos avanzando. Una vez que tengamos los fondos en nuestras cuentas, podemos arrancar”.

Van den Berghe –responsable de la implementación técnica global del programa– señaló que las negociaciones se vienen canalizando por medio de la oficina de asuntos multilaterales de la cancillería uruguaya. El último contacto ocurrió “hace una o dos semanas”.

Fuentes de la cancillería confirmaron que ya hubo varios contactos en Viena y que se espera para agosto la llegada de un instructor del programa, que evaluará las fortalezas y debilidades de los controles del puerto de Montevideo.

La embajada de Estados Unidos no quiso hacer comentarios, dijo uno de sus funcionarios.

Mejorar la puntería

Cada año se mueven 750 millones de contenedores en el mundo y no es posible revisarlos todos. Por eso es importante saber detectar cuáles contenedores son sospechosos.

Eso falló en el puerto de Montevideo en el caso del contenedor que llegó recientemente a Barcelona con una tonelada de cocaína. Fuentes vinculadas al caso señalaron que el contenedor reunía varias condiciones que indicaban que debía ser abierto y revisado. Sin embargo, eso no se hizo (ver recuadro).

El Programa de Control de Contenedores financia técnicos especializados que viajan a los países participantes y enseñan a los funcionarios locales a reconocer indicios sospechosos en documentos comerciales, a detectar manipulaciones de sellos y precintos, a descubrir espacios ocultos en los contenedores, entre otros signos que permiten intuir la existencia de un cargamento ilegal.

“Nosotros apoyamos a cada país participante en dos aspectos”, dijo Van den Berghe. “Por un lado, está el tema de la seguridad, el evitar que se carguen drogas. Pero también tenemos el objetivo de facilitar el comercio, evitar que haya aduaneros o policías que hagan inspecciones sin razón. Porque eso retrasa la cadena de comercio. El objetivo es hacer menos inspecciones y obtener mejores resultados”. El funcionario manifestó que en el puerto brasileño de Santos, tras la implementación del programa, las incautaciones de droga aumentaron 30%.

La pandemia no parece haber disminuido el tráfico de cocaína hacia Europa y América del Norte. Por el contrario, la cantidad de droga decomisada por el programa en lo que va de 2021 no tiene precedentes: “Nuestras unidades en los 17 países en los que estamos incautaron 81 toneladas de cocaína en los primeros seis meses del año”, afirmó Van den Berghe. “Es un récord impresionante. Es muchísimo. No sé dónde vamos a llegar”.

En todo 2020 se habían incautado 105 toneladas de cocaína. En 2018, 53. Los expertos del programa, en menor medida, también han detectado embarques ilegales de armas y municiones, precursores químicos, fauna, flora y maderas protegidas.

Van den Berghe dijo que los puertos “calientes” del tráfico son todos los de Colombia, además de Guayaquil, El Callao, Ciudad de Panamá y Santos. La semana pasada un cargamento de siete toneladas de cocaína fue descubierto en Guayaquil poco antes de zarpar hacia Europa.

El experto desconoce la situación de Montevideo. Destaca que desde los casos que tomaron pública notoriedad en 2019 no habían vuelto a conocerse embarques de droga provenientes de la capital uruguaya. “Pero los traficantes siempre buscan nuevos puertos y nuevas rutas, y Montevideo lamentablemente también es usado por organizaciones criminales”, señaló.

El 25 de julio de 2019 se informó que un avión que había despegado de Uruguay había aterrizado en Francia con 600 kilos de cocaína. Una semana después se anunció que 4.600 kilos de la misma droga habían sido confiscados en Hamburgo dentro de un contenedor despachado en Montevideo. El director de Aduanas de entonces renunció al día siguiente y la cadena alemana Deutsche Welle llamó a Uruguay “nueva bisagra del narcotráfico global”.

Tras estos casos, las autoridades y operadores portuarios reformaron y reforzaron los protocolos de control de las exportaciones.

Gigantesco y tentacular

“Participar en el programa sirve”, dijo a la diaria Laurent Laniel, investigador del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías. “El contenedor ya se ha vuelto el principal vector del tráfico de cocaína desde América”.

Laniel agregó que, además del entrenamiento que reciben los funcionarios locales, participar en el programa permite que los puertos intercambien información muy útil.

Para el experto francés que trabaja desde Lisboa, Montevideo “es uno de los puertos de los que sale droga, pero no es el mayor. Por lejos no es el principal”.

Desde su punto de vista, es poco probable que Uruguay se transforme en un centro de exportación de drogas. “Es un país pequeño, tiene un solo gran puerto. En otros países, como Colombia, hay dos o tres grandes puertos y una experiencia de muchos años. Brasil tiene cuatro o cinco grandes terminales y un territorio enorme donde es mucho más fácil esconder cualquier cosa”.

Los datos de Amberes, una de las mayores terminales portuarias del viejo continente y la que más droga decomisa cada año, no muestran una explosión del narcotráfico desde Montevideo. “En Amberes, en todo 2020 y en 2021 hasta mayo, no se decomisó ningún cargamento de Uruguay”, sostuvo Laniel.

Según datos del Observatorio, los decomisos de cocaína en la Unión Europea crecen cada año. En 2019 fueron 213 toneladas y las cifras preliminares marcan un incremento en 2020.

El contenedor debió ser abierto, pero no lo fue

La Dirección Nacional de Aduanas ordenó una investigación de urgencia para saber por qué el contenedor que zarpó desde Montevideo a Barcelona con una tonelada de cocaína no fue abierto, a pesar de que varios indicios indicaban que eso era lo que debía hacerse.

El contenedor pasó por el escáner del puerto de Montevideo, que no detectó la droga. Sin embargo, las fuentes dijeron que la imagen tomada por el aparato mostraba una mancha dentro de la caldera. Conociendo la mala calidad del aparato, considerado obsoleto, los protocolos de seguridad indicaban que se debía abrir el contenedor para saber qué eran esas manchas.

Eso se reforzaba por otros elementos, también importantes. El cargamento tenía como responsable a una empresa que nunca antes había exportado a España. Y la exportación eran dos calderas usadas. “Son dos elementos muy extraños, poco habituales, que debieron tomarse en cuenta. Junto a la imagen difusa del escáner, todo indicaba que el contenedor debía ser abierto”, dijo la fuente.

El caso está en Fiscalía, pero se espera que en las próximas horas la investigación de urgencia establezca responsabilidades dentro de la Dirección de Aduanas, dijo la fuente.

Al mismo tiempo, fuentes de la cancillería informaron que el tema de los controles portuarios será abordado el 8 de julio en una reunión entre todos los actores estatales relevantes implicados en esta materia: la Junta Nacional de Drogas, los ministerios del Interior y de Relaciones Exteriores, la Dirección de Aduanas, la Armada, la Fuerza Aérea y la Oficina Nacional de Inteligencia.