Gerardo Amarilla es el subsecretario del Ministerio de Ambiente (MA), que semanas atrás cumplió su primer año de gestión. Es abogado especialista en derecho ambiental por la Universidad Internacional de Andalucía; en períodos anteriores también se desempeñó como edil y diputado por el Partido Nacional. Mientras ocupó su banca en el Parlamento formó parte de un grupo de legisladores evangelistas que se opusieron a la Ley Integral para Personas Trans, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y la Ley de Matrimonio Igualitario.
“En el Ministerio de Ambiente, en la Cámara de Diputados o en mi casa llevo todos mis valores conmigo. Es la visión que tengo de la vida y el mundo, de lo que fue antes de que yo naciera y de lo que va a ser después de que muera. No lo puedo separar de lo que hago porque es parte de mi ser”, apuntó el mandatario al ser consultado sobre cómo vincula su religión con su cargo en el gabinete. También se preguntó: “¿Hay alguien que puede dejar su creencia, su fe o razonamiento como si pudiera separar lo que cree de lo que hace?”.
A lo largo de su carrera política mezcló la política, la religión y el ambiente. Sin embargo, desde su punto de vista, “hay excesos de cercenamiento de la fe de las personas, está mal visto y hasta hay una expresión de desaliento hegemónico”.
“El ministerio es hijo de una pandemia”
El MA tiene 0,04% del Presupuesto Nacional. Amarilla señaló que tienen “el desafío grande de tener un alto impacto en las políticas públicas con un bajo presupuesto”. Se le preguntó sobre el presupuesto ideal y manifestó que con “50% más” de la cifra actual daría “bien” para “trabajar y desempeñar” sus funciones. También remarcó que una de las debilidades del MA son “los recursos para fortalecer el equipo técnico”. Opina que deben “reforzarlos” y “renovarlos”. “Ha pasado también que los técnicos se ven tentados por la actividad privada y perdemos capacidades de años”, declaró.
El ministro de Ambiente, Adrián Peña, anunció en junio que le iba a solicitar al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) la exoneración del IVA para el compost en la Rendición de Cuentas, pero finalmente en el proyecto de ley no se hizo mención al respecto. En Uruguay 50% de los residuos son orgánicos; sin embargo, se está compostando menos de 10%. El subsecretario planteó que lo hablaron con el MEF. “Es un tema que evidentemente tenemos que trabajar, me parece que la idea es buena, comparto la posición del ministro”, sumó.
Adelantó que están trabajando en la exoneración de impuestos para los residuos que se generan en zonas francas. “Hoy cuando los residuos salen de una zona franca y van al vertedero, no tienen impuestos, pero si van a reciclaje, se los toma como materia prima y tienen que tener impuestos de importación”, explicó.
Entre “producir más” y evitar “un impacto negativo”
“La frontera agrícola, al ampliarse, generó grandes impactos en la calidad de aguas superficiales del país; también, aunque han sido menores, por la tecnología de los suelos”, advirtió Amarilla. Destacó que hay “tensiones” entre “los que quieren producir más, intensamente, para sacar más rédito” y los que entienden “que está bien que se trabaje, produzca, pero que no haya un impacto negativo al agua que ponga en riesgo la sostenibilidad de la producción”. Según el subsecretario, hay productores que “se dan cuenta” y otros que no. Pero aseguró que las “tensiones” se “van resolviendo” en forma “civilizada y con diálogo”. “También con un Ministerio de Ganadería que entiende que el plus que tiene nuestro país en materia productiva no es la cantidad, es la calidad, que está siendo equiparada con muchos países de la región”, sumó.
Se consultó al jerarca sobre si pensaba que la visión ambiental es fuerte dentro del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y respondió: “El componente ambiental está más fuerte que antes, no sé en qué grado”.
Áreas privadas protegidas
“En el tema de las áreas protegidas, lo que hemos encontrado es que en el imaginario de la gente son lugares paradisíacos e idílicos. Hay lugares que lo son, pero tienen muchas dificultades y problemas”, resaltó Amarilla. Los “problemas” que planteó están relacionados con el “servicio”, para “acceder” y “disfrutarlo, conocerlo, cuidarlo”. El MA va a plantear crear áreas protegidas privadas, en las que “los propietarios saben el plan de manejo, generalmente son consensuados y se trabaja junto con ellos”. “Tenemos que abrir la cabeza y que también integren el Sistema Nacional de Áreas Protegidas”, apuntó.
En Uruguay hay 17 áreas protegidas y, según el subsecretario, “más que ampliarlas en su cantidad”, hay que “mejorarlas”. En Paso Centurión y Sierra de Ríos (Cerro Largo), Quebrada de los Cuervos (Treinta y Tres), Cabo Polonio (Rocha) y la Localidad Rupestre de Chamangá (Flores) el Estado tiene “conflictos” o juicios. “Tenemos dificultades que se han generado en los períodos anteriores con los propietarios de los predios. Los juicios son por planes de manejo del ministerio o ampliaciones de zonas”, expresó.
También se está evaluando la creación de una nueva área protegida en la Isla de Lobos (Maldonado), que abarcaría un bajo de mejillones y una zona de corredores profundos conexos a la isla. La propuesta fue presentada por la Organización para la Conservación de Cetáceos.
Camino a la COP26
La próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático será dentro de dos meses en Glasgow, Escocia. Allí se examinará si se cumplió con los objetivos que establece la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y se discutirán los nuevos avances científicos y políticas públicas. Uruguay es uno de los países que adhirieron a la convención. Amarilla resaltó que “ha habido un trabajo bastante serio” y se están preparando informes para las contribuciones.
“Queremos hacer más que compromisos pomposos y exagerados, queremos que sean serios y firmes”, planteó. Afirmó que “proponer cosas por proponer y después no llegar a cumplirlas no es de nuestra idiosincrasia nacional; hay países que prometen cualquier cosa y sabemos de entrada que no van a llegar”.