Las denominadas “pruebas de rienda” consisten en un tipo de competencia en la que una persona y su caballo ponen a prueba la habilidad y adiestramiento que presenta el animal. Según el reglamento de esta actividad, se debe “demostrar la docilidad, tranquilidad y compenetración con el jinete, sin exageración y movimientos aparatosos”. Entre las características que presenta este deporte, la persona y el caballo deben lograr atravesar barriles o estacas utilizando diferentes técnicas. Esta actividad es una de las más tradicionales que se realizan en fiestas criollas o hípicas del interior del país, así como en eventos como los de la Rural del Prado o el parque Roosevelt, entre otros. Es desarrollada tanto por personas adultas como por menores de edad, que deben poner a prueba sus conocimientos y destrezas ante el jurado.
En las últimas semanas, un evento criollo que se desarrolló en la localidad de Mariscala, departamento de Lavalleja, desencadenó una serie de molestias en padres y organizaciones sociales porque niños menores de 11 años no pudieron participar en el concurso. Al momento de hacer los trámites para llevar a cabo este festival, la Sociedad Nativista le comunicó al Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) las actividades que se desarrollarían. Puesto en conocimiento, este exigió que en las pruebas de riendas sólo participaran niños mayores de 11 años con el permiso del INAU de Lavalleja y que el caballo de vuelta de honor, que siempre ha estado a cargo de niños, lo llevaran personas mayores de 18 años. Según la secretaria de la Nativista de Mariscala, María Inzaurralde, el INAU departamental no otorga permisos para menores de 11 años porque “es considerado un deporte de riesgo y además no permite que menores de edad entren al ruedo durante las criollas”.
La Sociedad Nativista de Mariscala conversó con el INAU al respecto para ver la posibilidad de revertir esta situación, pero el Instituto le comunicó que escapaba de sus manos y que debían cumplir con la normativa. Según Francisco de la Peña, alcalde de Mariscala, en años anteriores, el INAU otorgaba permisos especiales para menores de edad y no era un problema que ellos participaran. En cuanto a esto, Inzaurralde explicó que muchos padres solicitaban los permisos al INAU de Maldonado, el cual requiere la asistencia de los padres con la documentación correspondiente del niño.
Si bien esto era así, existe un reglamento de diciembre de 2004 que impide que menores de 11 años participen de estas pruebas de rienda. Según el presidente del INAU, Pablo Abdala, este reglamento se ha venido cumpliendo a lo largo de todas las administraciones. A raíz de lo ocurrido en Mariscala, Abdala comentó que ha recibido varios planteos de intendencias y organizaciones sociales que están en desacuerdo con dicha normativa. El jueves, el INAU se reunió con el directivo para conversar sobre el tema y allí se decidió iniciar la creación de una comisión asesora integrada por siete miembros. La resolución expresa que estará compuesta por cuatro representantes del INAU designados por la Dirección General (que actuará como coordinadora), la Subdirección General de Gestión Territorial, la Inspección de Trabajo Infantil y Adolescente y el Departamento de Espectáculos Públicos; un representante del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y un representante de la Comisión de Asuntos Ecuestres del Ministerio de Educación y Cultura (MEC); además de un representante designado de la Asociación Rural, Federación Rural, Comisión de Fomento Rural, Asociación de Cultivadores de Arroz, Cooperativas Agrarias Federadas y Asociación Nacional de Productores de Leche.
Según comentó Abdala, el fin de esta comisión es que en un plazo de 60 días pueda hacerle recomendaciones al directorio para revisar la reglamentación vigente y los procedimientos para acceder a los permisos. Asimismo, dijo que hay que “analizar las características particulares que la ruralidad tiene en cuanto a las actividades sociales y a la participación de los niños en ellas, poniendo el foco en la protección especial de niños y adolescentes, que es nuestra misión”.
“Los directores departamentales pueden aplicar el reglamento directamente y el directorio del INAU es el que puede establecer excepciones a la reglamentación, que requieren un período previo de análisis”, sostuvo Abdala. Sumado a esto, el jerarca incentivó a que los interesados tramiten las autorizaciones con un tiempo prudencial para que el INAU pueda procesar una decisión correcta.
Algunas excepciones
La alcaldía de Mariscala estuvo en comunicación con Abdala para intentar cambiar esta realidad, y, a propósito, De la Peña expresó que tiene “la fe y la confianza en que lo van a modificar [el reglamento]”. Además, afirmó que “no podemos dejar de lado nuestro arraigo, tradición y la vida del interior del país”. Aun así, Abdala sostuvo que no está en condiciones de decir que este deporte no es de riesgo para menores de 11 años y, por lo tanto, no es una decisión que deba tomarse rápidamente. Además de esto, el presidente del INAU dijo que los planteos que acompañan este tema no han sido expuestos con suficiente anticipación y vienen siendo públicos a medida que se realizan los eventos.
En 2019 surgió Rienderos del Uruguay, una organización que nuclea a todas las personas que desempeñan este deporte y que lleva a cabo campeonatos de pruebas de rienda a lo largo y ancho del país. Su director, Jorge Márquez, considera que la primera problemática a tener en cuenta es la presencia de una ambulancia cuando se desarrolla la actividad. Rienderos cuenta con esto y además con el servicio de un veterinario que revisa al animal. También asegura que lo fundamental es garantizar la seguridad del menor y que le guste, porque en su experiencia varios niños corren por presión de los padres.
Márquez, quien también forma parte de la Comisión de Asuntos Ecuestres del MEC, le planteó a Abdala la idea de que los permisos puedan ser otorgados en línea y por un año; además, sugirió que la edad para participar en pruebas de rienda baje a ocho años. A pesar de que el reglamento es para todo el país, Márquez comentó que Rienderos del Uruguay tiene el suyo y que allí especifica que niños a partir de ocho años pueden participar de los concursos de riendas. Cuando menores de 11 años desean competir, Márquez sostuvo que “se habla con los padres para que hagan un permiso especial en el INAU y normalmente nos los dan puntualmente para ese evento”. “Estamos aprobando excepciones, pues estrictamente no debiera admitirse la participación de un menor, pero se analizan las condiciones particulares y se otorga esa excepción con un previo informe técnico”, explicó Abdala.
Entre los distintos planteos de las personas que promueven esta actividad, aseguran que no es un riesgo para los niños y lo relacionan con los menores que hoy en día van a la escuela a caballo. Márquez explicó que son cosas diferentes porque los caballos deportivos son más enérgicos y veloces; en cambio, un equino de andar es más dócil y tranquilo. “Una prueba en cinco barriles tiene un promedio de 22 segundos y una prueba en tres tanques, 19 segundos, por lo tanto, [el caballo] desarrolla mucha velocidad”, expresó Márquez.
La normativa vigente
El artículo 36 de la Ley 17.823 de 2004 establece que en el hipismo “sólo se autoriza la participación exclusivamente para niños y adolescentes a partir de los 11 años y solamente en las modalidades de RAID hípico y prueba de riendas, no se autoriza la participación como jockey en domas o toda otra modalidad de extremo riesgo”.
Por otro lado, el artículo 38 de la misma ley asegura que “la responsabilidad por cualquier derivación que pueda ocurrir por la participación de niños y adolescentes en espectáculos públicos deportivos, será de quienes ejerzan la Patria Potestad del mismo y en forma conjunta y subsidiaria de la entidad organizadora”.
En la página oficial del INAU está estipulado que para las pruebas de rienda “el trámite es gratuito y a sola firma de la madre, el padre o tutores responsables con la presentación del Carné de Salud de niño, niña o adolescente”.