“Hoy estamos aquí, celebrando un nuevo Día de los Trabajadores y Trabajadoras. Estamos reivindicando una vez más el rol de nuestra clase en la construcción de una democracia más justa, solidaria, donde nadie quede por el camino, nadie, ni uno solo”, manifestó Elbia Pereira, secretaria general del PIT-CNT, en un nuevo acto del 1° de Mayo, Día de los Trabajadores. Luego de dos años en los que, por la pandemia, los actos no fueron desarrollados como antes, se volvió a la masividad presencial y, esta vez, con el estrado ubicado sobre Avenida del Libertador, casi Valparaíso, y no en la plaza Primero de Mayo Mártires de Chicago.
“Verlos de acá es medio difícil”, “porque llegan hasta el Palacio Legislativo; arriba y salud, compañeras y compañeros, los abrazo desde aquí luego de dos años sin poder abrazarlos”, dijo Pereira al iniciar su discurso luego de las declaraciones de Laura Boiani, integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, y de Juana Eglis Fernández, secretaria general de la Central de Trabajadores de Cuba.
Antes que nada, Pereira incentivó a un aplauso para los más de 7.200 uruguayos que fallecieron por la covid-19, y para el “eterno reconocimiento” de los trabajadores de salud pública y privada que “estuvieron en la primera línea de lucha”. También envió un “reconocimiento especial” a las “miles de compañeras que en su lucha feminista reclaman y exigen más lugares de participación genuina para las mujeres en los espacios de poder” y luchan por “la igualdad”.
Al respecto de la pandemia, dijo que durante la “crisis sanitaria” el movimiento sindical estuvo “a la altura de las circunstancias en su apoyo a quienes más lo necesitaban: estuvimos y estamos organizando y contribuyendo con las ollas populares y las organizaciones sociales”. También se logró, según Pereira, que Uruguay sea de los primeros países de Latinoamérica en retomar las clases escolares “de forma segura”, “sabiendo que en momentos de crisis social y económica las escuelas son faros de resguardo, de protección y cuidado”.
Aun así, la secretaria general de la central afirmó que la pandemia “dejó al descubierto desigualdades” que permitieron “que algunos se siguieran enriqueciendo y muchos cayeran en la pobreza extrema, golpeando sobre todo en los hogares más vulnerables que de un día para el otro quedaron sin trabajo”.
Por otro lado, habló de que actualmente hay una única certeza: “Aumentó todo y hay uruguayos y uruguayas pasándola mal”. Enumeró el “reforzamiento” de la pérdida del salario real, del poder de compra, a lo que se suma “la inflación y las medidas insuficientes del gobierno para evitar que quienes movemos la rueda de producción, crecimiento y desarrollo sigamos perdiendo”. En esa línea, solicitó que se creen nuevos puestos de trabajo, “porque es un derecho fundamental” y una “necesidad irrenunciable si pretendemos avanzar por el camino de la dignidad, la equidad y la justicia”.
Pereira reivindicó el “compromiso” de diálogo del PIT-CNT con el gobierno, para “construir los mejores acuerdos, por eso entendemos que el lugar para debatir estos elementos es el ámbito de la negociación colectiva”. Para Pereira, eso significa “construir democráticamente; no se puede negociar en un lugar donde se informa lo que ya se decidió”, dijo, para dar pie a las declaraciones sobre la “reforma de la educación pública” que, aseguró, se está asentando luego de la consolidación de la ley de urgente consideración (LUC).
Según Pereira, la “reforma” es “sin la participación de los profesionales de la educación, que día a día están en las aulas”. “Necesitamos de una vez por todas que exista la voluntad política para llamar a un diálogo nacional sobre la educación pública, y que quede fuera de un rédito electoral”, afirmó. La secretaria general de la central sindical y también de la Federación Uruguaya de Magisterio destacó la necesidad de “construir acuerdos a largo plazo” a través de un diálogo con “mucha paciencia, porque los cambios en educación no son de un día para otro y mucho menos impuestos”. Otra de las preocupaciones sobre el tema, que según Pereira “rechazamos como movimiento sindical”, es la “persecución y caza de brujas hacia los profesionales de la educación comprometidos con la educación pública uruguaya”.
Para finalizar, Pereira llamó a la “unidad” del movimiento sindical, con el fin de continuar “siendo constructores de esperanza y sueños colectivos, para tener memoria, verdad y justicia, y nunca más, esa justicia con la solidaridad y la defensa de nuestros derechos”.
“Protección” y no “desamparo”
Estaba pautado que, luego del discurso de Pereira, comenzara el suyo Fernanda Aguirre, secretaria de Derechos Humanos y Políticas Sociales de la central obrera. Sin embargo, al estrado se subió la madre de Martina Colombo, una joven que falleció en su ámbito de trabajo a los 23 años. La madre dijo frente al micrófono que se trataba de una “multinacional eólica” y que “las condiciones laborales no eran las que correspondían”. “¡Le quitaron la vida por las condiciones laborales! ¿Quién me la devuelve?”, manifestó, y también señaló que el PIT-CNT y la Comisión de Género no la “atendió como correspondía”.
Posteriormente, Aguirre inició su discurso diciendo que “las multinacionales han venido siempre a saquear a nuestros pueblos y arrancar a los hijos del pueblo, su salud y su vida”. A su vez, afirmó que “supimos de lo que denuncia esta madre, no sólo ahora sino siempre, desde el terrorismo de Estado”, y que comprenden “el dolor de las madres”. La central sindical “se tiene que fortalecer para que estas cosas no pasen”, finalizó.
Luego de responder sobre la situación, Aguirre saludó a “todos los sindicatos que están en conflicto”. Además de puntualizar sobre la necesidad de las negociaciones colectivas y las pérdidas a las que se refirió Pereira, Aguirre se detuvo en que “la lucha por la impunidad que se está desarrollando como siempre en un escenario adverso” hoy lo hace en uno “peor, porque están queriendo reinstalar la teoría de los dos demonios”, y “acá no hubo dos demonios, hubo un terrorismo de Estado”.
En la misma línea, Aguirre recordó el proyecto de ley presentado por Cabildo Abierto, que con un artículo único propone la prisión domiciliaria para procesados y condenados mayores de 65 años que se encuentren privados de libertad en cárceles. De ser aprobado el proyecto, los encarcelados en la Unidad 8 de Domingo Arena, condenados por delitos de lesa humanidad, serían quienes gocen de la prisión domiciliaria. “Siguen teniendo la desvergüenza de amparar a quienes secuestraron a nuestra gente, no dicen la verdad y proponen en el seno de nuestra democracia leyes para liberar a los genocidas”, manifestó. Para Aguirre y para “juristas a nivel internacional”, “es una ley escandalosa y vergonzosa para nuestro país”. Deben estar privados de libertad en una “cárcel común” y “no en una cárcel vip”, resumió.
“No hay olvido ni reconciliación posible mientras la verdad siga secuestrada, y son 197 verdades que nos siguen faltando”, dijo en el escenario Laura Boiani. La integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos reafirmó la idea de que se busca “tender un manto de impunidad” y subrayó que “la responsabilidad fue y sigue siendo del Estado, quien debe comprometerse en la búsqueda”. Así es que anunció que el próximo 20 de mayo se realizará una nueva Marcha del Silencio, esta vez bajo la consigna “¿Dónde están? La verdad sigue siendo secuestrada, es responsabilidad del Estado”. “Nuestros desaparecidos son de todos, de esta clase obrera, del movimiento estudiantil, del pueblo, y por eso hoy decimos presente”, concluyó.
Aguirre, por otro lado, se refirió también a la seguridad social, y aseguró que desde el PIT-CNT no van a aceptar el aumento de la edad jubilatoria. “Vamos a pelear hasta eliminar las AFAP porque así lo decidió nuestro Congreso y lo vamos a cumplir”; “está demostrado que el sistema privado no sirve, es un modelo obsoleto, va contra nuestros principios, es un servicio de lucro”, dijo. “Ya hemos dicho que vamos a defender las empresas públicas y no vamos a dejar privatizarlas más”, resumió.
Para finalizar, Aguirre recalcó que, luego de la recolección de firmas para derogar los 135 artículos de la LUC y la posterior campaña por el referéndum, el “pueblo salió a la calle y aquellos desilusionados entendieron que es el camino pelear entre los de abajo, con el vecino y la vecina, en el sindicato, en el barrio, en la fábrica, en el restorán, en la cooperativa”, y entonces “vamos a poner toda la carne en el asador para que esa reforma de la seguridad social que quieren imponer de espalda al pueblo no se realice, y que si tocan algo sea para proteger al pueblo y no para desampararlo como lo hacen”.