“Esta coalición, que alguno trató de denostar y decía que era entre cuatro paredes, [...] es la coalición del pueblo, no de los políticos”, exclamó Luis Lacalle Pou en su cierre de campaña en Las Piedras el 20 de noviembre de 2019, cuando iba rumbo al balotaje ante el candidato frenteamplista, Daniel Martínez.

La historia ya es sabida: junto con cuatro socios ganó la segunda vuelta de manera ajustada y dejó atrás 15 años de administraciones progresistas. En estos dos años y medio, sin embargo, pasó mucha agua bajo el puente: una pandemia, leyes aprobadas, un proceso de referéndum, renuncias de líderes, dimisiones en el gobierno, cambios de ministros y del rumbo en algunas políticas.

Pero ¿qué relación mantiene Lacalle Pou con los actuales líderes de los partidos asociados al gobierno? ¿Qué puede pasar en 2023, que será el año preelectoral? ¿Se van a marcar perfiles? ¿Se resquebrajará la coalición gobernante? Para responder esas preguntas, la diaria consultó a los politólogos Daniel Buquet, Victoria Gadea, Adolfo Garcé, Diego Luján y Antonio Cardarello.

Con gripe pero con buena salud

Desde el inicio del gobierno, quien ha sido la voz más crítica dentro de la coalición ha sido Cabildo Abierto (CA), el partido liderado por el excomandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos, que mostró sus posturas en áreas sensibles, como la seguridad y la economía. Según Buquet, es el socio que “suele marcar más perfilismo”. A modo de análisis, consideró que forma parte de la coalición en tanto se resuelva lo que está dentro del acuerdo que firmaron, “Compromiso por el país”; de lo contrario, “conversamos”.

Por su parte, el expresidente y líder del sector colorado minoritario Batllistas, Julio María Sanguinetti, está “agarrado” a la coalición, pues no suele “marcar ni un matiz”, opinó Buquet. En cambio, Ciudadanos, sector que fue liderado por el excanciller que en medio de la gestión abandonó la política, Ernesto Talvi, está “en la posición contraria” porque “piensa en su futuro”. “Desde Ciudadanos es que aparecen declaraciones o matices o hasta el proyecto de eutanasia, que vendría a ser un proyecto equivalente del proyecto forestal que presentó CA”, aprobado con votos del Frente Amplio (FA) y luego vetado por Lacalle Pou.

En ese sentido, Buquet consideró que Ciudadanos es el sector que está más necesitado de promover a figuras, porque es un sector que nació detrás de una figura destacada como Talvi. “Si fuera Robert Silva, que capaz que es la figura con más potencial de los que quedan, lo tenés en un ente autónomo, entonces no puede hacer política”, explicó el politólogo, en alusión al artículo 77 de la Constitución, que inhibe en ese sentido a los presidentes de los entes autónomos, en este caso de la Administración Nacional de Educación Pública.

En tanto, Buquet indicó que se puede dar una situación ambigua, porque “irse de la coalición quiere decir renunciar a los cargos en los ministerios”: “Es el acto simbólico de la ruptura de la coalición”, agregó. En ese marco, rememoró la recordada frase de Tabaré Vázquez en el gobierno de Jorge Batlle, cuando los blancos decidieron irse de la coalición gobernante: “Se llevaron todos los cuadros y nos dejaron los clavos”, en alusión a los demás puestos que se habían repartido entre los nacionalistas, que finalmente no renunciaron.

Asimismo, Buquet vaticinó que cada vez va a ser más difícil que la coalición apruebe leyes en el Parlamento, y aseguró que el proyecto de reforma de seguridad social va a ser un “caso extremo” porque ya de por sí es difícil que logre consenso político. Y mucho más cuando se acerca el final del mandato.

“Es algo delicado, no es que tiene que existir un momento en que la coalición se declare disuelta, sino que va a pasar en la medida en que necesiten posicionarse cada vez más en términos electorales”, afirmó, y vaticinó que el primer sector que puede dar un paso al costado es Ciudadanos, y que quizás esto coincida con la renuncia de Silva a la presidencia de la ANEP un año antes de las elecciones internas. “Como timing no estaría mal”, expresó.

Por su parte, para la politóloga Gadea, actualmente se presencian algunos “desencuentros o alejamientos” por parte de algunos socios, en especial de CA, pero de todas formas la coalición todavía “goza de buena salud”. “Sigue siendo un instrumento de cooperación para cada uno de los partidos”, agregó.

Gadea sostuvo que en cuanto a marcar un perfil sobre el último año, es “algo esperable” en cualquier coalición o partido que pretenda ir por un electorado amplio. “La competencia intrabloque permite captar un espectro más amplio del electorado a través de la diversidad de su oferta”, sostuvo, y añadió que en ese sentido “marcar perfil no es sinónimo de quiebre”.

“Hay muchas experiencias de este tipo en Uruguay; el FA ha demostrado que es posible, desde el gobierno, plantear escenarios de competencia intrabloque para representar diversidad y no perder electorado”, analizó.

Gadea sostuvo que espera “espacios de competencia”, pero “si los jugadores son inteligentes no habrá ruptura definitiva”. Agregó que en caso de un balotaje todos los incentivos estarán en “cooperar” para conformar un eventual nuevo Ejecutivo multicolor.

Garcé, mientras tanto, recordó que, especialmente durante 2020 y el año pasado, el piso 11 de la Torre Ejecutiva –donde está el presidente– “captó demasiado la atención del público”, pero, pese a que no siempre los socios de la coalición tuvieron el protagonismo que hubieran preferido, “la coalición ha funcionado bien”.

Para el politólogo, a medida que fue pasando el tiempo se hicieron “más visibles” algunas diferencias de “criterio”. “Es perfectamente lógico que los ‘socios menores’ del Partido Nacional [PN] se esfuercen por mostrar diferencias. No me parece imprescindible que para competir entre sí deban romper la coalición”, consideró.

Por su lado, Cardarello dijo que en esta mitad del período Lacalle Pou no tensó “demasiado” la relación con sus socios, “con los que naturalmente [el PN] confluirá en 2024”. “Una manera podría ser mostrar el agotamiento de la agenda, el haber cumplido con los compromisos acordados entre todos en campaña y que la necesidad de diferenciarse es natural”, expresó, y ejemplificó que en el caso de CA “parece claro” que es una cuestión de timing, “escoger el momento adecuado”. “El Partido Colorado, sin oferta definida, tiene el 2023 para trabajar y definir en este sentido, pero está más pegado al gobierno, al igual que el Partido Independiente”, agregó.

Asimismo, Luján expresó que el tipo de liderazgo y el ejercicio del poder de Lacalle Pou “han configurado una forma de relacionamiento de carácter bilateral entre él y sus socios”. Recordó que no hay instancias plenarias de la coalición ni mecanismos formales de coordinación. Sin embargo, sostuvo que la coalición ha funcionado “razonablemente bien, con los límites que le imponen el número de socios y la heterogeneidad de preferencias ideológicas”.

“Es esperable que la coalición entre en un impasse en algún momento de 2023, aunque el nivel de profundidad de ese impasse dependerá en buena medida del tono con que los líderes de los partidos socios encaren la competencia electoral, hacia fuera y hacia dentro de sus partidos, y de cuál sea el nivel de popularidad o apoyo del gobierno en ese momento”, concluyó.