La asunción de Luiz Inácio Lula da Silva como nuevo presidente de Brasil este domingo 1° de enero generó expectativas en todo el arco político de Uruguay, que pese al feriado siguió de reojo la ceremonia. Tanto en el oficialismo como en la oposición se tomó a bien que el presidente Luis Lacalle Pou viajara a saludar a su par brasileño con los expresidentes Julio María Sanguinetti y José Mujica, de signos partidarios distintos, y se entendió que este gesto puede ser beneficioso para entablar relaciones.

En diálogo con Subrayado, Lacalle Pou manifestó que hubo “una buena presencia” de Uruguay en la asunción, lo que “habla de nuestras mejores tradiciones”. Apuntó que tanto “hacia adentro” como “hacia afuera” estar juntos “habla bien del país que todos queremos, sin perjuicio de las diferencias”, y por tanto valoró el gesto de Sanguinetti y Mujica de acceder a acompañarlo.

Por su parte, en diálogo con el mismo informativo, Sanguinetti señaló que es “muy importante para Uruguay” tener “la presencia de los tres presidentes”, que “no pasó desapercibida” incluso para el propio Lula, que les hizo una mención por la atípica situación. “No es usual que ocurra esto en un mundo en que hoy las cosas están tan crispadas que los presidentes no entregan el mando”, añadió en alusión al expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, quien no se hizo presente en la ceremonia para el traspaso de la banda presidencial.

Mujica, en tanto, dijo sentirse “locatario” en Brasil, “por lo menos para una barra grande”, y aseguró que con Lula son “viejos amigos”. “Pero lo que vale acá es la imagen de Uruguay”, señaló, y agregó en referencia a los otros partidos políticos: “Allá nos sopapearemos y nos daremos con un fierro, como corresponde, pero componemos un nosotros”.

El gesto y las expectativas

El diputado del Partido Nacional (PN) Juan Martín Rodríguez, integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales de la cámara baja, manifestó a la diaria que tanto Lacalle Pou como Mujica y Sanguinetti “han representado una simbología muy importante para nuestro país”. “En momentos de crispación, de diferencias, este tipo de hechos vale la pena destacarlos”, dijo. “Soy hijo de un país donde los presidentes de la República asumen su gobierno, gobiernan, terminan y entregan la banda, y lamentablemente en Brasil no se dio ese episodio, como tampoco se dio hace unos años en Argentina, cuando Cristina Fernández le tuvo que entregar el mando a Mauricio Macri”, agregó.

De parte de Cabildo Abierto (CA), el senador suplente de Guido Manini Ríos, Marcos Methol, coordinador político del partido además de asesor en relaciones internacionales, destacó al hablar con la diaria “el gesto que tuvo el presidente Lacalle de invitar a los expresidentes Sanguinetti y Mujica, y también la disposición de ambos de participar en la ceremonia de asunción”. Según interpretó, se trata de “una muestra de unidad nacional y de republicanismo que proyecta muy bien a nuestro país a nivel regional e internacional”.

En Uruguay también hay expectativas por saber qué tipo de gobierno será el de Lula, que tuvo que negociar con diversos actores políticos y sociales no sólo de izquierda para ganar las elecciones y conformar un gabinete que le ayude a conseguir apoyos en el Parlamento. El diputado del Partido Colorado (PC) Felipe Schipani manifestó a la diaria que “es un tercer mandato de Lula que, a la luz de todas las señales que ha dado desde la campaña electoral, viene en una línea muy moderada”.

“Ya no es sólo un gobierno del PT [Partido de los Trabajadores], sino que ha conformado una coalición en la que hay distintos partidos, distintas corrientes. Hay partidos de centro derecha. Todo indica, y la conformación del gabinete también lo deja en claro, que va a ser un gobierno racional, que no va a haber radicalismos, que va a ser una izquierda moderada dentro del continente”, apuntó.

Incluso dentro del Frente Amplio (FA), si bien hay ilusión con la vuelta de la izquierda al gobierno de Brasil, también hay expectativa por saber qué tipo de políticas aplicará Lula en un marco de acuerdos con otros actores. El senador del Frente Amplio José Carlos Mahía, integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales de la cámara alta, señaló en diálogo con la diaria que “para el Mercosur y la región” Lula representa “un liderazgo que va a renovar esperanzas en materia de integración y de tener una América Latina con paradigmas progresistas que hoy no tenemos”.

En cuanto a la integración, dijo tener “muchas expectativas” en que haya habido “aprendizajes” del “anterior ciclo progresista en el Mercosur y en América Latina”. “Tuvimos muchos más acuerdos políticos generales que económicos y sociales, y nos faltó concretar un poco más, pero creo que eso fue un aprendizaje y lo difícil va a ser el contexto internacional e interno que tiene el propio Lula, con un Congreso que va a estar duro”.

Otro senador del FA en la Comisión de Asuntos Internacionales es Daniel Caggiani, quien dijo a la diaria que “la izquierda uruguaya en particular” tiene una “expectativa importante” en el asunto “porque Lula es por tercera vez presidente en Brasil en un contexto bastante adverso, diferente del que le tocó afrontar en su primera y su segunda presidencia”. En este sentido, apuntó a la “propuesta diferente” con la que llega, porque “no va a ser un gobierno del PT y sus aliados, sino más bien un gobierno de reconstrucción nacional, que sobre todo va a tratar de tener una base amplia desde el punto de vista político y parlamentario que le permita formar un gobierno que recupere la estabilidad política y también económica”.

Visitas y acuerdos

En su diálogo con Subrayado, Lacalle Pou dijo que invitó a Lula a que visite Montevideo este mes. Precisamente, entre los partidos locales se interpreta que con la asunción de Lula se abre un abanico de posibilidades para estrechar lazos y comerciar. Rodríguez, del PN, manifestó que en el gobierno de Lula han surgido “voces” que hicieron crecer las “expectativas” a Uruguay de que habrá un “camino de poder conversar y avanzar seriamente en los propósitos de nuestro país”, que en la búsqueda de negociar acuerdos bilaterales por fuera del Mercosur encontró reparos de todos sus socios: Argentina, Brasil y Paraguay. En este sentido, precisó que el encuentro con Lula en enero “seguramente sea la oportunidad” de hablar “frontalmente” y “trazar cada uno sus objetivos”.

Para Methol, de CA, en tanto, “es muy importante la posición que tome Brasil respecto de su liderazgo en el bloque”, y consideró que “la prioridad que existe hoy en día” para Uruguay no debe ser tanto negociar por fuera, sino “que el Mercosur pueda cumplir con sus objetivos”, como “perfeccionar la zona de libre comercio, ir hacia una mayor unión aduanera, generar una integración más profunda a nivel de ciudadanía y de infraestructuras, y poder lograr una agenda externa común, que se concretaría a través de una serie de acuerdos como, por ejemplo, el de la Unión Europea, que está pendiente hace mucho tiempo”.

Por su parte, Schipani, del PC, deseó que “puedan darse buenos vínculos” y pidió que Uruguay plantee “las mismas cosas que venía planteando en el seno del Mercosur, procurando abrir mercados, insertarse en el mundo”. Señaló sus “expectativas” de que “haya buen entendimiento entre ambos países” y que “Brasil, de alguna manera, acepte la estrategia que ha marcado Uruguay para insertarse en el mundo”.

Consultado sobre este asunto, Mahía, del FA, dijo que “el presidente uruguayo se cortó solo” en el Mercosur y, por lo tanto, con respecto al bloque regional “es mucho más problemática la actitud del gobierno uruguayo que lo que pueda pasar con Lula”. “La estrategia internacional de Lacalle Pou es errática, aislacionista y muy poco eficiente, por eso tengo la sensación de que se va a partir de cero”, sostuvo.

En el mismo sentido, Caggiani apuntó que “si Uruguay tiene una postura un poco más inteligente que la que ha tenido hasta ahora puede ser interesante rearticular una agenda externa del bloque regional”. El senador del FA estimó que es importante que el Mercosur “tenga una proyección y un dinamismo diferente del que ha tenido en los últimos años”, durante los cuales sufrió “una especie de muerte cerebral”. “Es un bloque que produce alimentos y que tiene un conjunto importante de reservas energéticas y, en un mundo en el que hay una nueva geopolítica sobre estos dos elementos, sin dudas el Mercosur tiene que reposicionarse con una agenda concertada a nivel internacional”, concluyó.