El senador por el Partido Nacional (PN) Sebastián da Silva envió varios mensajes a Un Solo Uruguay (USU) durante una entrevista con la diaria. Sostuvo que muchos de los integrantes del movimiento tienen una “adoración teórica” con el presidente argentino Javier Milei que no se aplica a la realidad y les recordó que los gobiernos que más “desregularon al país” fueron los del PN.

“La ley ómnibus de Milei, sacando el capítulo de las privatizaciones, el 65-70% son aspectos que en Uruguay es común y corriente absolutamente. Entonces lo que hay con Milei es una adoración teórica. [...] Los gobiernos que más desregularon en la historia de Uruguay son los blancos. [...] Yo soy el ala más liberal del Partido Nacional, conceptualmente, no libertaria del leoncito. ¿Por qué? Porque se aplican los trajes a medida”, afirmó.

Da Silva, quien asistió al encuentro que hizo USU hace unos días en Mal Abrigo y afirma que sigue perteneciendo al movimiento, dijo que es un conjunto de personas “muy respetables” que “generan opinión” pero que no tienen “capacidad de movilización”.

¿Cómo definiría el rol del movimiento?

Fue un movimiento autoconvocado, del cual fui partícipe desde fines de 2017. Fue una gesta que se fue agrandando hasta aquel maravilloso 23 de enero. Fue el único movimiento popular que enfrentó la era frenteamplista, que los descolocó por la adhesión popular, fue el campo que se levantó y eso después trajo, a los años siguientes, un resultado electoral en donde el campo cautivado por [José] Mujica mostró su desencanto.

Al día de hoy, ha pasado mucho, han tenido una pérdida grande con el fallecimiento de Marcelo Nougué y después los problemas propios de esta era del gobierno de Lacalle Pou, pandemia, la mar en coche, más una focalización al interior y a aquello que le llamamos las siete mochilas a la producción, que es indudable de este gobierno, hizo que aquello que fue en 2018 al día de hoy sea un conjunto de personas muy respetables, que naturalmente generan opinión, pero no capacidad de movilización.

¿Se está desintegrando el grupo?

Han tenido pérdidas irreparables, como el fallecimiento de Nougué, que era el cerebro; han tenido éxitos, como fue la elección del director por los empresarios en el BPS. Es un movimiento que hoy... yo no conozco mucho la interna, pero los fundadores de aquella epopeya no estaban en el acto [de hace unos días].

Yo lo sigo respetando, sigo formando parte. Muchas de las críticas las comparto y otras, las que son más anarco-derechistas, no las comparto.

¿Cuál es su opinión sobre la decisión de algunos de los exintegrantes del movimiento de organizar un partido político?

Yo la celebro, porque hay que mirar a la elección como un cruce de caminos, donde podemos seguir con el mejor Uruguay o dar un paso atrás y que vuelva el peor Frente Amplio [FA]. La verdad que no imaginamos quién puede llegar a ser el ministro de Ganadería por parte del FA.

Entonces, cualquier movimiento que nos ayude a los que estamos de este lado yo lo veo bien, es complementario, es bueno, nos saca de la zona de confort.

Algunos integrantes de USU han dicho que el actual gobierno no tiene diferencias con el del FA. ¿Cuál es su opinión sobre este tipo de afirmaciones?

No hay una sola localidad en el interior del país que no tenga una acción tangible de este gobierno, una antena, un CAIF [Centro de Atención a la Infancia y a la Familia], una ambulancia, una ruta, una escuela nueva, una policlínica o un destacamento policial. Es una diferencia sustantiva con el FA. Con el tipo de cambio, es un debate a nivel histórico y nacional, en el que Uruguay tiene que llegar a un consenso permanente, porque se beneficia la zona metropolitana y se perjudica a los agentes productores. Es un debate que cruza a todos. Desde [Luis] Mosca, primer ministro de Economía de [Julio María] Sanguinetti, [Ricardo] Zerbino, [Ignacio] de Posadas, [Danilo] Astori, [Daniel] Olesker, [Mario] Bergara, [Fernando] Lorenzo y hoy Azucena Arbeleche. Todos, más o menos, no terminan de poner arriba de la mesa ese consenso de un tipo de cambio exportador. Es algo que la academia económica todavía no termina de asimilar.

Otro de los puntos que mencionan en común algunos integrantes de USU es la necesidad de impulsar reformas como las que está impulsando Javier Milei en Argentina. ¿Qué opina al respecto?

La ley ómnibus de Milei, sacando el capítulo de las privatizaciones, el 65-70% en Uruguay es común y corriente absolutamente. Entonces lo que hay con Milei es una adoración teórica, cuando en realidad, en la práctica, en este país se puede alquilar en dólares o en pesos, se puede hacer todo tipo de contrato y trabajo, se puede usar empresas unipersonales. Hay muchas de las acciones del kirchnerismo que Milei las está arreglando desde el punto de vista liberal o promercado, que acá es común y corriente.

Los gobiernos que más desregularon en la historia de Uruguay son los blancos. Este, sobre todo el gobierno de Lacalle padre, que tiene que ver con el mundo rural, desreguló los arrendamientos rurales, algo que fue un antes y un después en lo que después se vio la expansión, el incremento de producción del agro, la llegada de arrendatarios agrícolas o arroceros, etcétera. Yo soy el ala más liberal del Partido Nacional, conceptualmente, no libertaria del leoncito. ¿Por qué? Porque se aplican los trajes a medida.

Hay un aspecto en el que acá todavía no hay consenso, que es en los monopolios estatales, sobre todo el de Ancap. Yo estoy del lado de la desmonopolización. El presidente Lacalle Pou también: mandó en la ley de urgencia una ley ómnibus, igual a la de Javier Milei, en plena pandemia, la sacamos y la defendimos en un referéndum. Son leyes similares conceptualmente. El resto es una lucha donde el Estado siempre tiene que ser una ayuda y no un yunque al que trabaja y al que invierte. Muchas veces en este país hay regulaciones obsoletas y absurdas que terminan siendo un yunque. En el mundo rural pasa. Y eso lo ven y coincido con USU.