El anuncio del presidente Luis Lacalle Pou de que, al concluir su mandato, renunciará a su escaño en el Senado para unirse al Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) sorprendió al ámbito político y captó la atención de especialistas, quienes calificaron, en diálogo con la diaria, la decisión como un “repliegue táctico” con miras a mediano y largo plazo.

Los expertos consultados consideraron que este movimiento “estratégico” le permitirá al mandatario mantener una presencia activa en la esfera política desde un espacio más discreto y flexible, al mismo tiempo que podrá acceder a mayores vínculos con la derecha internacional. También destacaron que esta decisión plantea interrogantes sobre el futuro de su liderazgo y su posible alineación con una agenda económica y política de derecha y ultraderecha en América Latina.

Cabe destacar que el CED, una institución que se define como una “usina de ideas enfocada en el desarrollo de políticas públicas”, mantiene alianzas estratégicas con think tanks de orientación neoliberal, como la Atlas Network y la Konrad Adenauer Stiftung.

Atlas Network es una organización estadounidense sin fines de lucro que promueve centros de investigación de libre mercado en todo el mundo. En los últimos años, se ha consolidado en la región y tiene como uno de sus pilares “la búsqueda de soluciones privadas a los problemas públicos”, según lo definió su ex CEO y presidente, Alejandro Chafuen, durante el Foro para la Libertad en Latinoamérica 2017, realizado en Buenos Aires, con la participación del entonces presidente argentino Mauricio Macri y el escritor peruano Mario Vargas Llosa.

Durante el actual gobierno en Uruguay, el CED organizó, junto a Atlas Network, uno de los eventos más destacados de think tanks del continente en marzo de 2023, en el Enjoy Punta del Este, con la vicepresidenta Beatriz Argimón como oradora inaugural.

la diaria intentó comunicarse con Hernán Bonilla, presidente del CED, quien indicó que podría atender la solicitud más adelante, ya que en ese momento se encontraba de vacaciones.

Repliegue táctico

El investigador y profesor universitario Christian Mirza, coautor junto con Linng Cardozo del libro 7 patologías de la derecha. De Maquiavelo a El Gato con Botas, expresó, en diálogo con la diaria, que desconoce la motivación “personalísima” de Luis Lacalle Pou para integrarse al CED.

No obstante, Mirza consideró que la estrategia del presidente representa un “repliegue táctico pensado a medio y largo plazo”. “Un lugar adecuado, quizás confortable, entre comillas; es una organización sin fines de lucro, de carácter privado, una usina de ideas. Ese ámbito es muy cómodo para Lacalle Pou, porque puede aparecer y replegarse cada vez que lo considere conveniente”, afirmó.

Asimismo, adoptar dicho rol le permitiría tener una mayor conexión con otros actores de la “derecha y ultraderecha europea y latinoamericana”. “Esto le facilita establecer lazos más estrechos y participar de la expansión de la derecha a nivel internacional y especialmente en América Latina. [...] El movimiento de Lacalle Pou es inteligente, ya que se aleja de las discusiones internas que deberá afrontar la coalición, que tiene dos opciones: o colapsa o se mantiene mediante criterios básicos, tendiendo a fusionarse en un partido único de derecha”, señaló.

Hay antecedentes de expresidentes que al dejar su mandato se incorporan a estas organizaciones: Iván Duque, el expresidente de Colombia, trabajó con Wilson Center, un think tank con sede en Washington, así como el fallecido expresidente chileno Sebastián Piñera y el exmandatario argentino Mauricio Macri coincidieron en distintos think tanks liberales de la región. Asimismo, en Argentina, el sector del presidente Javier Milei, La Libertad Avanza, tiene su propio think tank (Fundación Faro).

Sobre el CED

La diputada frenteamplista Lilián Galán dijo a la diaria que, junto a otros legisladores, investigó al CED tras observar que el gobierno mencionaba a esta institución privada en el presupuesto nacional 2020-2025. Galán destacó que el CED está conformado por “personas vinculadas al Partido Nacional [PN] y al Partido Colorado [PC]” y tiene una orientación “neoliberal”.

“Nos parecía muy raro que una institución privada de este tipo fuera quien asesorara al equipo económico del país para trabajar en el presupuesto nacional. Si hubiera sido en la época del Frente [Amplio], era escandaloso que cualquier institución privada asesorara al Ministerio de Economía y Finanzas. Nos llamó muchísimo la atención”, indicó.

Galán indicó que el CED mantiene “alianzas estratégicas” con la Fundación Konrad Adenauer, Atlas Network y otras organizaciones. Además, mencionó que el Consejo Académico Internacional del CED incluye profesionales vinculados a la Sociedad Mont Pelerin, fundada por el economista Friedrich Hayek, considerado uno de los padres del neoliberalismo. “Esta sociedad asesoró a gobiernos como los de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, así como a la dictadura de Augusto Pinochet en Chile. Nos llama la atención la red internacional de la que forma parte esta institución a la que el presidente dedicará sus próximos años”, añadió.

Por su parte, el doctor en Ciencia Política, docente e investigador Camilo López señaló, en diálogo con la diaria, que el CED ha influido en las políticas públicas uruguayas, ya que sus informes fueron considerados en las discusiones sobre el presupuesto nacional.

“El CED recibe apoyos, entre otros actores, de Atlas Network, una red fuertemente liberal que ha servido para expandir ideas liberales y, diría también, agendas liberales conservadoras, en algunos casos muy importantes, en distintas regiones del mundo, y es parte de una red internacional de centros de estudio, en la que, por ejemplo, estaba el Ceres [Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social], de donde sale [el excanciller Ernesto] Talvi”, agregó.

En su página web, el CED, fundado hace ocho años, se describe como una “organización sin fines de lucro que investiga y analiza temas políticos y económicos de Uruguay”. Desde su creación, ha desarrollado más de 30 investigaciones, 130 actividades y 300 exposiciones. El Consejo Académico Nacional del CED está integrado por figuras como el politólogo Adolfo Garcé, el director del diario El País, Martín Aguirre, el subsecretario de Relaciones Exteriores, Nicolás Albertoni, la economista María Dolores Benavente y la decana de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica y CEO de ATMA, Isabelle Chaquiriand.

Los think tanks en Uruguay

Por otro lado, López destacó que Uruguay tiene una forma de hacer políticas públicas “muy abierta”, en la que diversos actores sociales y económicos participan activamente en el debate, y el conocimiento experto se utiliza frecuentemente como herramienta en la “disputa política”.

“En nuestro país esta idea de think tanks como cosas aisladas de la política, como cuestiones técnicas, no es un elemento consolidado, no es una característica del sistema uruguayo. Es más, los think tanks surgen y desaparecen en ciclos vinculados a la elaboración programática, particularmente de los partidos fundacionales, el PN, el PC [...] Esto muestra que la política uruguaya tiene una impronta más política que técnica, si bien el uso de lo técnico es incorporado para la disputa política”, indicó.

Comparó esta situación con la de países como Chile, donde los think tanks funcionan como un “banco de suplentes”, formando a políticos y facilitando una “puerta giratoria” entre el sistema político partidario y estas instituciones. “El CED es un think tank de perfil liberal con una agenda política claramente definida, al igual que existen otros de distinto signo político en Uruguay. A menudo, estos think tanks de corte liberal presentan sus propuestas como pragmáticas, aunque en realidad están profundamente influenciadas por un contenido ideológico”, concluyó.

CED y su vinculación internacional

En referencia a la vinculación internacional de CED con otras organizaciones, Mirza sostuvo que son “redes de soporte de la ultraderecha que están desplegadas en todo el planeta”. Según Mirza, estas redes buscan imponer su “hegemonía a nivel global” mediante la articulación entre empresarios, medios de comunicación, académicos y políticos. “Esto ocurre desde hace años, pero ahora es mucho más visible, ostensible y sin tapujos”, afirmó.

En la misma línea, Galán explicó que al investigar Atlas Network notó que esta organización recibe financiamiento de diversas fuentes, incluyendo empresas farmacéuticas como Pfizer y el gobierno estadounidense.

Como “aliados estratégicos” de CED figuran en su página web la Fundación Internacional para la Libertad, Fraser Institute, Atlas Network, Konrad Adenauer Stiftung, Property Rights Alliance, Instituto Atlántico de Gobierno.

Atlas Network reportó en 2023 haber apoyado a 246 beneficiarios en 85 países, capacitado a 661 personas y contado con 1.500 asistentes en sus eventos. Según una nota publicada en El Salto Diario el 9 junio de 2024, detrás de Atlas Network están multimillonarios y fundaciones de derecha, como la Fundación Koch, la Heritage Foundation y Templeton, además de grandes corporaciones de los sectores petrolero, tabacalero y farmacéutico.

“La difusión del negacionismo climático y la instalación en el debate público de una agenda contra las políticas verdes son dos objetivos centrales de esta organización”, agrega la nota.

En el artículo “Esfera de influencia: Cómo los libertarians estadounidenses están reinventando la política de América Latina”, que fue publicado por la diaria el 13 de diciembre del 2017, se señala que los think tanks asociados a Atlas Network reciben un financiamiento del Departamento de Estado y de la Fundación Nacional para la Democracia, un brazo esencial del “poder blando” estadounidense.

El 24 de marzo de 2023 tuvo lugar el Latin America Liberty Forum de Atlas Network, en Enjoy Punta del Este, coorganizado por el CED, según informó Caras y Caretas. Participaron del encuentro el expresidente de México Felipe Calderón y el líder de la oposición venezolana, Leopoldo López, y el encuentro fue inaugurado por la vicepresidenta Beatriz Argimón. Entre las actividades de difusión, Aguirre, director del diario El País e integrante del Consejo Académico del CED, realizó para Atlas Network una entrevista con Lacalle Pou.

¿Vínculos con Milei?

En la nota citada anteriormente de El Salto Diario, se señala que Atlas Network patrocina dos de los grandes think tanks que han respaldado la candidatura del actual presidente argentino: la Fundación Atlas, con oficinas en Buenos Aires, y la Fundación Libertad, con sede en Rosario. Además, el consejo académico internacional del CED incluye a Alberto Benegas Lynch, considerado por muchos medios como el “máximo exponente del liberalismo argentino”, a quien Milei ha calificado en varias ocasiones como un “prócer”.

Consultado sobre los vínculos de esta organización con el libertarismo en Argentina, Mirza aseguró que es una interrogante que le preocupa. “Un periodista me preguntó una vez sobre la relación de la derecha uruguaya con las derechas latinoamericanas. En ese momento, respondí que en Uruguay existía una derecha más moderada, más civilizada, en comparación con la derecha argentina o brasileña. Lo que me preocupa ahora es que nuestra derecha, que aún conserva algo de civilidad, se esté articulando cada vez más con estos polos que tienden hacia la ultraderecha”, afirmó.

Aunque Mirza reconoce que, por el momento, existen “distancias significativas” entre la derecha uruguaya y la argentina, manifestó su inquietud de que el presidente Lacalle Pou se aproxime a esos sectores. “Lacalle tenía otras opciones, otros institutos que no estaban tan comprometidos con estas corrientes tan reaccionarias”, añadió.

El experto reflexionó sobre la situación política en América Latina, señalando que la ultraderecha liberal no sólo busca operar en Uruguay, sino que tiene la ambición de extender su influencia a toda la región. “Mientras tanto, desde el lado de la izquierda latinoamericana, salvo los liderazgos particulares de figuras como [Luiz Inácio] Lula da Silva y Gustavo Petro, no hay una articulación sostenida. Ellos cuentan con el aparato hegemónico de su lado: los medios de comunicación, el poder económico y el cultural”, apuntó.

Mirza también observó que el ataque a las universidades públicas en Uruguay y Argentina no es casual, sino que forma parte de lo que él considera una “batalla cultural” impulsada por la ultraderecha. A su juicio, la izquierda latinoamericana no está preparada para hacer frente a esta contienda.

Impacto en la democracia

Por otro lado, Galán manifestó su inquietud respecto de la decisión del presidente de integrarse al CED, dado que Atlas Network está vinculada al Instituto Mises, una organización que desempeñó un rol clave en el impeachment contra la expresidenta brasileña Dilma Rousseff. “Atlas Network tiene un gran financiamiento y su objetivo es dirigir la opinión pública utilizando especialistas en marketing y psicología aplicada, con la intención de influir en la ciudadanía y guiarla hacia líderes que implementen políticas neoliberales afines a esta institución internacional”, señaló.

Galán indicó que, si bien no es sorprendente que esta derecha se asocie con instituciones de este tipo, el verdadero problema radica en que dicha coordinación implica injerencia en los gobiernos, buscando asegurar que distintas administraciones apliquen sus políticas neoliberales, respaldadas por el poder económico. “Este tipo de injerencia es sumamente grave para la democracia en América

Latina”, reflexionó. “El hecho de que el presidente de la República, que ha salido electo senador, decida que no va a estar en ese lugar que le dio la gente, sino que va a dedicarse al CED, que forma parte de Atlas Network, quiere decir que va a ser un líder de derecha con un pensamiento no acorde con el Estado de bienestar, sino en función del mercado como financiador y como director de las políticas públicas en los distintos países. Es probable que se vaya a formar en esas teorías económicas, políticas, sociales como un líder para una próxima reelección”, concluyó.