El ministro de Relaciones Exteriores, Mario Lubetkin, participó el viernes de la 67ª Reunión Ordinaria del Consejo de Mercado Común (CMC), instancia en la que estuvieron los cancilleres de los países del Mercosur. En la actividad, desarrollada en Foz de Iguazú, el jerarca uruguayo le agradeció a su par brasileño, Mauro Viera, por el trabajo realizado durante la presidencia pro témpore del bloque regional en “un contexto de incertidumbre política y comercial”.

Esta instancia fue la previa de lo que será este sábado la cumbre de jefes de Estado del Mercosur, de la que participará el presidente Yamandú Orsi. Allí el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, le entregará la presidencia pro tempore del bloque al mandatario de Paraguay, Santiago Peña. Fuentes del Mercosur informaron a la diaria que ya se trabaja de cara a la declaración que será emitida luego de esa instancia. Sobre la mesa están varios temas, algunos de ellos relativos a avances en la agenda comercial con algunos países. Sin embargo, como tema ineludible, se dará un mensaje en relación con el pedido de la Unión Europea (UE) de aplazar la firma del acuerdo con el Mercosur.

“Una gran desilusión” es la expresión que parece resumir el sentir de las autoridades diplomáticas reunidas en estas horas en Foz de Iguazú. Según se prevé, esta misma expresión será incluida en la declaración. Durante el CMC realizado el viernes, lo manifestado por Lubetkin a sus pares del Mercosur fue en línea con este planteo: “Nos gustaría expresar nuestra desilusión de no poder firmarlo en el día de mañana”.

Consultado por la diaria, el canciller volvió a afirmarse en el concepto de “desilusión”. Detalló que el bloque regional ahora entiende que todo está “en manos” del bloque europeo. En ese sentido, agregó que sólo se pondrá “una fecha” para la concreción del acuerdo cuando desde Bruselas manifiesten que están “en condiciones para firmar ya”.

Tras la Cumbre del Consejo Europeo desarrollada el jueves en Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, manifestó en rueda de prensa que la firma del acuerdo con el Mercosur se pospuso “hasta enero”.

“Hemos logrado un avance decisivo que allana el camino para la culminación satisfactoria del acuerdo con el Mercosur en enero. Necesitamos unas semanas más para resolver algunas cuestiones con los estados miembros, por lo que nos hemos puesto en contacto con nuestros socios del Mercosur y hemos acordado posponer ligeramente la firma”, aseguró la política alemana.

Visiones sobre la postergación

Además de los dichos de Lubetkin, también se hizo público el viernes el sentir del canciller argentino, Pablo Quirno, en la instancia del CMC. Según consignó la página oficial de la cancillería argentina, la autoridad señaló que su país “espera concretar la firma del Acuerdo Mercosur-Unión Europea a la mayor brevedad posible”. De acuerdo a lo que se expresa, el jerarca afirmó que “la postergación del acuerdo debe ser una oportunidad para que el Mercosur reflexione sobre sus prioridades en materia de relacionamiento externo y avance hacia esquemas de bilateralidad más ágiles, orientados a la obtención de resultados concretos”.

En Uruguay, el expresidente de la República Julio María Sanguinetti también se refirió el viernes en rueda de prensa al aplazamiento de la firma del tratado entre el Mercosur y la Unión Europea. Recordó que asistió “al inicio de esto”, cuando en diciembre de 1995 se aprobó en Madrid el Acuerdo Marco de Cooperación entre los dos bloques. Sobre la eventual instancia de enero, Sanguinetti expresó que el acuerdo “se puede concretar a costa de agregar más salvaguardas, más cuotas y más restricciones”. “Ojalá pueda ser, pero hoy lo veo con ese escepticismo, de que tampoco vamos a llegar al tratado que esperábamos”, consideró. Sobre la posición que debe tomar Uruguay, planteó que debe “acompañar la posición del Mercosur” porque “no tiene otra alternativa”.

Para Marcel Vaillant, profesor de Comercio Internacional del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar), por lo pronto, la posibilidad de acuerdo no cayó, pero “se puede romper todo” si el Mercosur elige hacer “algunas declaraciones altisonantes”.

“Si realmente se entiende que esto es muy importante para el Mercosur, lo prudente es ponerse en una posición de stand by”, comentó Vaillant a la diaria. “Porque si esperamos 25 años, esperar un mes más parece razonable”, agregó. “Hay que esperar, el Mercosur no tiene mucho más para hacer que esperar”, coincidió en diálogo con la diaria Marcos Soto, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica (UCU).

Más allá de eso, para Soto este aplazamiento “es una luz amarilla en el proceso de inserción internacional de bloque [regional]”, dado que había dejado claro que tenía “muchas apuestas” sobre el acuerdo. “No sólo por los beneficios potenciales que puede tener, sino también por todo lo que implica conformar la zona de libre comercio más grande del mundo”, indicó.

“Esta luz amarilla implica y exige que el Mercosur busque alternativas, alternativas en conjunto y alternativas de inserción para cada uno de sus integrantes de forma individual”, comentó el especialista.

¿Cuál es la importancia del acuerdo?

Durante el CMC, Lubetkin puntualizó que desde Uruguay se le asigna a la concreción de este acuerdo “una importancia prioritaria por su relevancia para la integración de dos grandes bloques con lazos históricos y culturales”. “Uruguay quedará a la espera de que el bloque europeo finalice sus trámites internos para que la presidencia pro tempore de Paraguay establezca los pasos concretos hacia la deseada firma”, concluyó al respecto.

Sanguinetti, sin embargo, manifestó que “a esta altura el tratado se ha ido desdibujando muchísimo”, dado que “está lleno de cuotas y de salvaguardias”. “Aun aprobado no es lo que nosotros imaginamos”, evaluó el exmandatario. Vaillant reconoció que en el escenario actual del eventual acuerdo es acotado el margen para entrar a la UE con productos agrícolas; sin embargo, apuntó a que “los países ganan no sólo cuando venden”, sino también “cuando compran”.

“Es básicamente más aperturista respecto del tema de la manufactura y eso es algo que el Mercosur necesita”, afirmó el docente de la Udelar. “Es en muchas direcciones algo positivo a pesar de que no va a resolver nuestros problemas de acceso al mercado, que solamente los vamos a poder empezar a menguar una vez que orientemos nuestra apertura hacia los mercados asiáticos que compran lo que nosotros vendemos”, detalló Vaillant.

“La UE era una buena excusa por el avance que tiene [el acuerdo] y por un conjunto de potenciales beneficios que pueden estar vinculados a los flujos de inversiones; también a la adecuación de un montón de normativas”, reconoció Soto. Sin embargo, remarcó que las aspiraciones de mercado de Uruguay “deberían exceder notoriamente” lo que pueda significar un acuerdo con el bloque europeo.

“Uruguay tiene que buscar asociarse vía la inserción internacional en otros mercados que son mucho más dinámicos que Europa, y quizás más complementarios; me refiero a muchos países asiáticos con niveles de crecimiento demasiado atractivos”, comentó el especialista de la UCU, coincidiendo con Vaillant. En el mismo sentido, ambos afirmaron que esta agenda puede verse reflejada en los avances con el Tratado Transpacífico.