Schelotto, uno de los tres candidatos frenteamplistas a la Intendencia de Montevideo en las elecciones del 11 de mayo, conversó con la diaria sobre los aspectos negativos y positivos que ha tenido la campaña y sobre el nivel de la discusión pública.

¿Qué aspectos valorás negativamente y cuáles positivamente de lo que fue esta campaña departamental para Montevideo?

Empiezo por lo positivo. Creo que hay una proactividad y receptividad de la sociedad montevideana con respecto a las diferentes candidaturas. Montevideo tiene un tejido social muy denso: colectivos, organizaciones barriales de muy diversa configuración. Y todos ellos están atentos y preparados para interactuar con la propuesta política. Para aportar. Creo que hay una avidez de dialogar, de intercambiar, y a mí me ha servido mucho como escucha activa. Después, en lo partidario estrictamente, estoy encontrando que el FA está muy activo desde los primeros días de febrero. Prácticamente todos los días tengo una, dos, tres -y los fines de semana de ocho a diez- actividades de coordinadoras, de comités, de grupos de comités, barriadas. El FA está muy movilizado.

Después, sobre lo no tan positivo, creo que todavía la ciudadanía en general está bastante quieta, y yo diría que no está demasiado pendiente ni informada de qué se va a votar el 11. Otro elemento es que en las notas con los medios de comunicación, salvo algunas en las que pude colocar temas que me interesaban, las demás vienen muy estructuradas, pero en un sentido limitante. Es recurrente: empiezan con limpieza, siguen con tránsito. Le llaman movilidad, pero están preocupados por el tránsito, y poca cosa más. Y como que dan ya por sentado que esos son los temas. Es como que está admitido socialmente. Yo creo que hay algo de eso también, o sea, no es que lo inventen los comunicadores.

Son los principales temas de preocupación de la ciudadanía también, según las encuestas.

Claro, no digo que no sean temas reales, pero me parece que hubo una lectura muy mecánica del monitor de opinión ciudadana que hace Equipos para la intendencia, que matrizó a fines de diciembre y principios de enero que estos son los temas. Lo compró el FA también. Lo compró la CR, lo compraron los medios de comunicación, y entonces si no salís con esos temas, no hay tutía. El tema de la limpieza tiene, obviamente, una relevancia importante, pero en gran medida es causa y en gran medida es síntoma. El esparcimiento de basura en la calle, la clasificación informal, es síntoma de un problema de desigualdad y pobreza. También, por otro lado, es un síntoma de la ajenidad de la población... porque no es sólo un problema de los clasificadores informales ni de los que viven en situación de calle. Es el tipo que deja la poda, el tipo que deja el calefón, el sillón o el escombro alrededor del contenedor. Hay un malestar social que se expresa en una ajenidad con respecto a lo público, a lo colectivo. Entonces, vos podrás recoger tres veces por semana, todos los días, tres veces por día, pero los temas de fondo van a estar ahí.

¿Pero no considerás que existe una situación complicada también por la gestión?

Sí, claro. Por eso te digo que el tema de la limpieza es causa y es síntoma. También hay un problema de gestión, y eso sí es causa. Hay un modelo que está perimido, el modelo del contenedor metálico genérico las 24 horas del día en la calle ya fue. En eso creo que no hay dos interpretaciones. El FA lo dice y lo dice la CR, y no hay dos modelos.

¿Te parece que el FA lo está diciendo con más fuerza ahora en esta campaña?

Sí, porque hay una convicción de que ya llegó a un límite y que no vamos a poder insistir con el sistema actual, que tuvo su vida útil durante 20 años.

¿Hay algunos otros ejes de discusión que tuvo esta campaña que te parecen interesantes para mencionar?

Yo soy un poco crítico, no estoy muy conforme con cómo se está discutiendo en esta campaña. Se está discutiendo poco. No ha habido espacio para confrontar propuestas, son todos discursos paralelos. Lo que sí puedo decir es que yo estoy muy contento porque he tenido espacio en todos los medios. Eso sí.

¿Qué elementos te parece que van a pesar más a la hora de votar el 11?

Hay una combinación de cosas. La gente que no es del FA está manejando argumentos que revelan que no conocen al votante frenteamplista, esa argumentación de que son guampudos, esa cosa medio terraja. Yo creo que el voto del FA tiene algo de camiseta, por supuesto, de identidad, pero también es un voto inteligente, es un voto consciente. Tiendo a pensar que la candidatura de Lema se está desinflando, por múltiples cosas. Yo creo que él mismo está desmotivado, que no tiene sustancia. Iba a ser de alguna manera como el fiscal de la nación, iba a ser el tipo que iba a golpear a la intendencia en todas sus falencias, en todos sus errores, y creo que por ahí creció, llegó a un tope y no subió. Ahora incluso pienso que puede estar bajando y que le puede estar pegando también el tema de su suplente [Pablo Donnángelo]), que es un abogado de la gente de Conexión Ganadera. Y me da la impresión de que la coalición como tal no acordó cosas comunes. La candidatura de Cáceres, que podía ser muy interesante, no está despegando porque tampoco tiene un espacio que le hayan otorgado. Entonces creo que el proyecto de la coalición no es creíble para la gente. Primero inventaron a [Pedro] Bordaberry, después inventaron a [Edgardo] Novick, después a Laura Raffo, que parecía que iba a ser como el gran proyecto alternativo al del FA y ella misma lo desmanteló, y ahora inventaron a Lema. Cada elección aparece una oferta distinta que no termina de cuajar.

Lema está convocando a votantes frenteamplistas a acompañarlo, por un tema de gestión y no partidario, ¿te parece que ese discurso puede prender en Montevideo?

No, no. Me parece tan raro eso. Hay una parte del electorado frenteamplista que contesta que está desconforme con la gestión, pero que igual va a votar al FA. Es un voto ideológico y en el mejor sentido. Lo que estoy haciendo yo y lo que me queda para hacer es tratar de entusiasmar, porque creo que lo peor que puede pasar es que ese voto frenteamplista sea un voto por el mal menor. O por lo que hay. Eso me parece que sería terrible. Hay que intentar en la medida de lo posible transmitir de que vamos por cosas mejores que las que tenemos. No me gusta el argumento de que “tan mal no hacemos las cosas, por algo nos votan”. Mmm. Eso puede funcionar en esta elección y en la que viene se nos agotó el crédito.