El problema es justamente que el individuo en tanto que tal no existe, y tomarlo a él como la unidad componente indivisible de la sociedad es problemático y reduccionista.
Hay que tener en cuenta las redes internacionales que están actuando con muchísima intensidad en América Latina, promoviendo los enfoques neoliberales.
Seguir pensando en una reforma en contra de la opinión de los representantes sociales no solamente es una barbaridad política, sino que claramente violenta una de las columnas constitutivas de la OIT.
Se debería tener en cuenta que el Frente Amplio se denominó así, fundamental y básicamente, porque unificó a toda la izquierda. A toda la izquierda que compartió los documentos fundadores.
La política exterior de este gobierno ha sido errática y poco congruente, pretendiendo ejercer una forma de soberanía que en lo internacional no es imaginable en un complejo mundo lleno de intereses contrapuestos.
Sin la consulta y participación de diversas organizaciones que trabajan diariamente en la temática de la discapacidad, ese sistema nunca logrará ser efectivo y siempre alguna mirada le estará faltando.
Como sociedad, no podemos darnos el lujo de perder un bien tan valioso e imprescindible como el agua y debemos incluir en los balances los impactos positivos y negativos de las actividades que se desarrollan.
Desde esta perspectiva, no serían las mujeres en los movimientos feministas las grandes impulsoras de los cambios, sino otros varones, que utilizan fondos billonarios para implementar políticas de bienestar social.