Jóvenes de de 13 a 29 años pueden presentar hasta el 30 de noviembre sus proyectos innovadores al concurso Tus Ideas Valen en más de diez categorías y concursar para ganar apoyo logístico y de gestión con el fin de que su iniciativa se convierta en realidad. Desde 2005 este certamen de innovación ha premiado casi 200 proyectos y busca este año “llegar a los 800.000 jóvenes que están en la edad del concurso y tienen potencialmente la capacidad de crear cosas innovadoras”, comentó a la diaria el coordinador del certamen, César Barretto. Desde la organización ofrecen un lugar donde incubar la idea, además de asesoramiento para realizarla.
Derechos humanos, deporte, salud y recreación son las nuevas categorías que se estrenan este año en la 13ª edición del concurso, y se les suman a las ya conocidas: ciencia, tecnología, economía, agropecuaria, medioambiente, comunicación, sociedad, urbanismo y diseño. El concurso cuenta con el destaque de la categoría innovación en educación media, en la que pueden participar no sólo los jóvenes, sino también los docentes con sus proyectos de aula, y con ese fin hay una segunda categoría para mayores de 29 años: “Nos interesa visibilizar a los profesores que hacen cosas innovadoras en la enseñanza media, y muchas veces no son reconocidos como merecen”, comentó Barretto. Esta es, por ahora, la única categoría que recibe un premio económico, que consiste en 100.000 pesos en insumos donados por República AFAP.
La amplitud de categorías responde a que desde la organización de la sociedad civil que organiza el concurso “se intenta cambiar cierta tendencia que hay en Uruguay a pensar que la innovación es sinónimo de tecnología, cuando en realidad es mucho más que eso, incluso es más amplio que el emprendedurismo; innovación es resolver cualquier tipo de cosa de manera creativa”, puntualizó el coordinador.
Además, el certamen se propone ser un capitalizador para “los alumnos de alta capacidad”, que, según Barretto, “no tienen un lugar centralizado”. Sostuvo que “no existen políticas en el sistema educativo para trabajar con estos chiquilines, que tienen altas capacidades”. “Hubo alguna experiencia de formación para que los docentes pudieran reconocer algunas características, pero muchas veces pasan por chicos molestos, porque no pueden quedarse quietos en la clase”, añadió. Para Barretto, “Uruguay no puede darse el lujo de perder chicos así. Creemos que podemos ayudar a encontrarlos, porque para alguien con alta capacidad, un concurso de innovación puede ser interesante”.
Según el coordinador, todas las ideas que se postulan son atractivas. Dice haber visto muchas cosas a lo largo de estos años. Sin embargo, hay algunas que recuerda porque generaron “un efecto bola de nieve, por el que las buenas ideas van creciendo y se contagian”. Por ejemplo, citó un proyecto del liceo 71, que llevó a cabo una investigación sobre las aguas del arroyo Miguelete. “Se logró obtener un microscopio óptico de alta calidad, y su cámara fotográfica, además de un espectrofotómetro que sirve para analizar muestras y para otros experimentos; hoy en día, es la única institución con estos equipos”, explicó Barretto, quien a su vez destacó un proyecto de la Escuela Agraria de Montes que fue premiado el año pasado. “Hemos logrado gestionar las posibilidades de apoyos en el Senado para hacer donaciones que también hagan avanzar el proyecto”, señaló.
Asimismo, con el pasar de los años, el protagonismo estuvo muchas veces en el interior del país: “Departamentos como Colonia están continuamente presentando proyectos. Hay una cultura de hacerlos, muy relacionada con las UTU y las tecnicaturas que tienen esa modalidad de funcionar [mediante proyectos] durante todo el año”, remarcó. Generar una cultura de impronta creativa es el objetivo principal y el motor de aquellos que dedican su tiempo de forma voluntaria a llevar adelante el concurso: “Hemos visto que el éxito de una idea está en que se la alimente constantemente, como si fuera un bebé, necesita cuidado y apoyo. Eso ofrecemos, porque hemos visto estudiantes con muy buenas ideas que se abruman ante la gestión de su proyecto o se aburren tras los primeros pasos de burocracia; apuntamos a que entiendan que la innovación no sólo viene de afuera, sino que también la tenemos acá en Uruguay”.