Se prevé que hoy termine la cumbre del G20 en Hamburgo, pero ayer tuvieron lugar algunos de los momentos con que más se especulaba. Primero, la reunión entre el mandatario estadounidense, Donald Trump, y su par, el ruso Vladimir Putin. Si bien habían cruzado halagos y amenazas, nunca habían estado cara a cara.

Ninguno de ellos habló al final del encuentro, que duró mas de dos horas, pero sí lo hicieron integrantes de sus gobiernos, aunque dieron información distinta sobre lo ocurrido en la reunión. Todos coincidieron, en cambio, en que ambos mandatarios generaron un muy buen vínculo. Por ejemplo, el secretario de Estado de Trump, Rex Tillerson, aseguró que el presidente presionó a Putin para saber si intentó interferir en las elecciones que ganó en noviembre de 2016, algo que Putin rechazó rotundamente. El canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo por el contrario que Trump le restó importancia a ese tema ante la presunta ausencia de pruebas y reiteró que Rusia no interviene en la política interna de los demás países.

El encuentro terminó con dos anuncios que afectan la geopolítica internacional, especialmente la del Medio Oriente y la de Europa: una tregua parcial en Siria y un nuevo canal de diálogo en Ucrania.

En el caso de Siria, se trata de una tregua en el suroeste del país que entrará en vigor al mediodía de mañana. Según Lavrov, tanto Estados Unidos como Rusia se asegurarán de que “todas las partes” involucradas en el conflicto respeten este acuerdo. El canciller agregó que la intención de la tregua es generar una “zona de distensión” que permita avanzar hacia un “acuerdo político”.

En cuanto a Ucrania, ambos presidentes decidieron abrir un “canal bilateral” de diálogo para abordar la situación en ese país y relanzar la implementación de los Acuerdos de Minsk, de 2014, que viene siendo más lenta de lo esperado.