Después de una jornada de protestas contra el aumento de los precios de los combustibles, que terminó con cientos de detenidos, el presidente Lenín Moreno decretó el jueves el estado de excepción en Ecuador. Según dijeron fuentes del gobierno a los medios de ese país, unas 350 personas fueron detenidas en las manifestaciones, en las que hubo represión policial y saqueos.

El ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, dijo que el jueves ocurrieron “291 eventos” de choques entre policías y civiles, y que en la mañana de ayer hubo algo menos de 100, según informó el diario El Comercio de Quito.

Entre los detenidos figura Jorge Calderón, el presidente de la Federación Nacional de Cooperativas de Transporte en Taxis, y el gobierno aportará pruebas para que sea procesado por interrupción de un servicio público. También fue detenido el coordinador del movimiento político y social indigenista Pachakutik, Marlon Santi. Su arresto ocurrió durante la madrugada de ayer, cuando las autoridades despejaron una ruta en la provincia de Pastaza, en la región amazónica del país.

De acuerdo con lo ordenado por el Ejecutivo ecuatoriano en el marco del estado de excepción, todas las actividades masivas fueron suspendidas o aplazadas por razones de seguridad. El gobierno informó que fueron desplegados 24.000 militares en todo el país. En Quito, ayer, ómnibus y camionetas militares salieron a prestar un servicio de transporte gratuito a la población para paliar la huelga masiva lanzada por las gremiales del ramo.

Foto: Rodrigo Buendía, AFP

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La situación en Ecuador comenzó a tensarse luego de que el martes el gobierno anunciara la liberación del precio de los combustibles, tras eliminar el subsidio que regía en este rubro desde hacía décadas. Paralelamente, y en el marco del acuerdo que el gobierno de Moreno hizo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) –que prestará a Ecuador 4.200 millones de dólares–, el Ejecutivo también anunció el envío al Parlamento de proyectos de reformas laborales y tributarias.

El gobierno afirmó que las decisiones adoptadas tienen como objetivo reducir el gran déficit fiscal del país, al tiempo que los transportistas argumentan que un aumento de los combustibles implicará elevar los costos de sus servicios y de los productos que trasladan.

La situación de tensión estalló el jueves con grandes protestas populares, que incluyeron cortes de calles y rutas en varias regiones del país. Asimismo, el paro por tiempo indeterminado de los transportistas contribuyó a alterar las actividades en las ciudades.

“Diálogo sí, siempre hay diálogo, pero no en base a hechos consumados. El paro es un hecho consumado; el agredir a la gente es un hecho delictivo y debe tener la sanción respectiva”, dijo en conferencia de prensa el presidente ecuatoriano. “No se me pida que cambie de opinión con respecto a la eliminación de un subsidio que es nocivo para la economía ecuatoriana”, pidió Moreno, y dijo que en los últimos años se destinaron aproximadamente 60.000 millones de dólares para subsidiar al transporte.

“No queremos desestabilizar el país, pero lamentablemente en este momento lo que se está tratando es de sobrevivir”, dijo el presidente de la Federación Nacional de Transportistas Pesados, Luis Vizcaíno. “Si se logra bajar un poco las tarifas del combustible creo que puede haber una salida para que el Ecuador vuelva a la paz”, comentó el dirigente, citado por France 24. El gobernante agregó en rueda de prensa que Venezuela es el único país en el continente que tiene ese subsidio, pero dijo que ese “no es el mejor ejemplo a seguir” y que esa ayuda estatal “ha beneficiado durante décadas, principalmente, a los que no lo necesitaban y a los que viven del contrabando”, según consignó la agencia EFE. Para tratar de compensar a quienes afecte la medida, Moreno dijo que aumentará el número de personas con bajos ingresos que se acogen a beneficios estatales para el transporte.

Foto: Rodrigo Buendía, AFP

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A partir de ahora, según el gobierno, más de un millón de familias estarán cubiertas por este apoyo de 15 dólares mensuales. El presidente dijo que “eliminar ese subsidio a los combustibles fósiles” se acompasa, además, con la “agenda mundial de lucha contra el cambio climático”.

En la noche del jueves, en Guayaquil, Moreno afirmó que los focos de violencia pretendían desestabilizar a su gobierno, y advirtió que las personas que violen la ley deberán ser detenidas. “A esos golpistas de siempre les vamos a decir ‘no’, el Ecuador les está diciendo ‘no’, así que es mejor que se acojan a las consecuencias”, afirmó el gobernante, que asumió la presidencia en mayo de 2017.

Su predecesor, Rafael Correa, dijo ayer, entrevistado por Radio 10 de Argentina, que lo que está pasando en su país “desgarra el alma”. Además, según consignó Página 12, Correa, que había apoyado la candidatura de Moreno (que era su aliado y había sido su vicepresidente), dijo que el actual gobernante “está muerto de miedo por su traición a la revolución ciudadana y al pueblo ecuatoriano”, porque “nadie votó por el FMI ni por el aumento de los combustibles”.