Señora X (SX): La cosa en general viene muy bien, Carlos, cada vez más sectores están ensobrando la papeleta de “Vivir sin miedo”. No sólo blancos, sino también colorados.

Carlos Moreira (CM): Yo creo que la reforma sale.

SX: Seguramente, pero tampoco podemos descansarnos. Hay que redoblar esfuerzos. Capaz que vos podés insistirles a dirigentes de otros sectores de tu departamento para que ensobren las papeletas.

CM: Pah, está complicado.

SX: ¿En serio?

CM: Y sí... Fijate que no los puedo andar molestando por cualquier cosa.

SX: Claro... Entiendo... Pero esto es importante...

CM: Yo sé, yo sé, pero ya les pedí muchos favores. Tampoco quiero exprimirlos. Igual, se me ocurre una solución.

SX: Ajá.

CM: ¿Por qué no venís hoy de noche a mi despacho?

SX: Pero ¿de qué me estás hablando, Carlos?

CM: Me tenés caliente, entendés. Yo quiero vivir sin miedo, pero también quiero vivir sin esta calentura que tengo encima.

SX: Desubicado, enfermo, me das asco.

CM: Dale, venite, mirá que acá no hay inseguridad. Si venís, es seguro que te doy.

* * *

Señora Y (SY): Buenas tardes, señor intendente. Le comentaba a su secretaria que estoy haciendo una maestría en Historia Nacional sobre el tema de la influencia del saravismo en las estructuras políticas partidarias del litoral.

CM: Ah, qué interesante.

SY: Mi hipótesis es que la influencia del saravismo es más marcada en los departamentos del litoral que en el resto del país.

CM: Puede ser, puede ser. No sé si hay un departamento de mayor impronta saravista que Colonia.

SY: El título de mi trabajo es “La introducción del saravismo en el litoral”.

CM: Y digo yo, hablando de introducciones, ¿no querés venir de noche a mi despacho?

SY: No le entiendo.

CM: Tengo mucho para introducir yo.

SY: Pero ¿qué me está diciendo?

CM: Dale, venite que quiero hacerte el amor.

SY: ¿Cómo puede ser que un intendente sea tan indigno?

CM: La dignidad es para arriba, mi amor, abajo del escritorio sólo hay lugar para el regocijo.

SY: Inmundo.

CM: Vení que me pongo el poncho de Aparicio y te revoluciono el interior, bombonazo.

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Señora Z (SZ): Buenas tardes, señor Moreira. Le hablamos de la empresa de cable XXXX. Estamos ofreciendo una promoción del paquete premium de deportes más películas.

CM: Ah, interesante.

SZ: Si contrata el paquete ahora le ofrecemos un 50% de descuento los tres primeros meses.

CM: Ajá. Bueno, la cosa es así: yo ya tengo un paquete.

SZ: Comprendo. ¿El de deportes más películas?

CM: No, es otro tipo de paquete. ¿Por qué no viene a mi despacho hoy de noche y lo conversamos?

SZ: Este... Bueno, yo soy promotora, pero le puedo mandar a algún compañero. No sé si de noche.

CM: ¿Compañera puede ser? Por el tema del paquete.

SZ: Perdón, me parece que no nos estamos entendiendo.

CM: Claramente no nos estamos entendiendo, querida. ¿Por qué no venís hoy de noche y te explico?

SZ: Qué asqueroso, por Dios. No lo puedo creer.

CM: ¿Por qué no venís hoy de noche y vemos si te lo puedo hacer creer?

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Señora H (SH): Buenos días, intendente. Le hablo de la Unión Trans de Colonia. Queremos saber si hay alguna posibilidad de que la Intendencia de Colonia nos dé un apoyo para una actividad que vamos a hacer sobre teorías queer, diversidad y mandatos heteropatriarcales.

CM: Pah, la veo brava.

SH: Le aclaro que solamente estamos pidiendo que nos presten algún salón municipal.

CM: Es que hay muchas cosas, muchas actividades. Escuchame una cosa, mi amor, ¿por qué no venís a mi despacho y lo hablamos?

SH: Este... Sí, seguro. Podemos ir con algunes compañeres del grupo.

CM: ¿Unos qué?

SH: Compañeres.

CM: ¿Pero son hombres o son mujeres?

SH: Somos trans.

CM: Ah, me gusta, me gusta. Una buena festichola.

SH: ¿Cómo festichola? ¿No le da vergüenza?

CM: No, cómo me va a dar vergüenza. Yo soy muy tolerante, mi amor. Dale, vénganse hoy de noche que yo los apoyo. Perdón, les apoyo.