El ministro de Gobierno boliviano, Arturo Murillo, amenazó públicamente a la Delegación Argentina en Solidaridad con el Pueblo de Bolivia, que llegó en la noche del jueves a ese país y es liderado por el militante social Juan Grabois. En una clara alusión a dicha delegación, Murillo dijo que había “extranjeros que están llegando al país a tratar de incendiarlo”, y les advirtió: “Anden con cuidado, los estamos mirando, los estamos siguiendo”.
Según informó el diario Página12, Murillo amenazó con detener, en caso de acciones “sediciosas” o “terroristas”, a quienes integran este colectivo. Además de Grabois, forman parte de la delegación Roberto Carlés y Pablo Pimentel, entre otros referentes de organizaciones sociales y militantes por los derechos humanos, en caso de que intenten realizar acciones sediciosas o terroristas.
“En el primer paso en falso que den tratando de hacer terrorismo o sedición se van a ver con los policías. La Policía está atenta y tiene orden de no permitir que se dañe a nuestro país, nosotros tenemos que cuidar a 11 millones de bolivianos”, dijo el funcionario del gobierno que encabeza la presidenta de facto, Jeanine Áñez, de acuerdo con el diario El Deber.
En la noche del jueves, cuando el grupo llegó al aeropuerto Viru Viru, en Santa Cruz de la Sierra, los integrantes de la delegación fueron perseguidos e insultados por militantes de grupos de derecha presentes en la terminal aérea. Algunos de los referentes de la delegación argentina fueron detenidos e interrogados por la Policía, situación por la cual tuvo que mediar el cónsul argentino en esa ciudad.
El objetivo de la delegación es recoger testimonios de familiares de víctimas, de instituciones civiles y de la iglesia católica para elaborar un informe sobre la situación de los derechos humanos en Bolivia, que luego presentarán ante organismos internacionales. Desde que Evo Morales fue obligado a renunciar a la presidencia, el 10 de noviembre, 35 personas murieron en el país como consecuencia de acciones de las fuerzas de seguridad del Estado y centenares resultaron heridas.
“El Mercosur tiene una carta democrática frente a la cual vamos a exponer las violaciones a los derechos humanos en Bolivia, que son sistemáticas: hay muertos, heridos y desaparecidos. Necesitamos que los órganos internacionales no respondan a intereses políticos, sino a la defensa de la democracia”, dijo Grabois luego de la tumultuosa llegada del grupo. Según afirmó el dirigente social argentino –que además es abogado y tiene una estrecha relación con el papa Francisco–, el trabajo de la delegación no debería “ser objeto de molestia de nadie si realmente no tienen nada que ocultar, como dicen”. Además, hizo responsable al gobierno que preside Áñez por la seguridad de los integrantes de la comitiva.