Noviembre de 2019. Latin Grammys, Estados Unidos. “Todavía no caigo. Ya venir y ver Las Vegas, no lo puedo creer; es igual al GTA San Andreas. El juego ese tiene todas estas cosas; yo lo jugaba siempre y no lo puedo creer”. Quien habla es Paulo Londra, enfundado en una honestidad brutal.
“Estoy muy contento de venir acá, ya aluciné”, siguió, visiblemente afectado, el músico cordobés. De nuevo: su flash era el parecido de la ciudad de los premios –en los que estaba nominado a mejor artista nuevo y perdió con la española Rosalía– con el ambiente del videojuego de Rockstar Games, en lugar del hecho en sí. Pero ese es el argentino Paulo Londra, así se yergue una de las apariciones más estruendosas y alucinantes de la música en español de los últimos tiempos.
Solamente para ponerlo en términos cuantificables, siguiendo al gran patrón de internet (oh, los números), según las métricas arrojadas por la plataforma Spotify Argentina Paulo Londra es el sexto artista más escuchado de la década 2010-2019, detrás de Ozuna, Bad Bunny, J Balvin, Daddy Yankee y Maluma, en ese orden. Y es el artista con la segunda canción más escuchada: “Adán y Eva” está apenas por debajo de “Me rehúso”, de Danny Ocean, y ¡por encima de la mismísima “Despacito”, de Luis Fonsi y Daddy Yankee!
Así las cosas, en un glosario urbano-trapero-centennial y urgente, el concepto de “estar pegado” refiere directamente a gozar de la mejor de las saludes en la industria musical, de codearse con los más grandes artistas, de romper los números de views y de explotar la capacidad en todas sus presentaciones. O bien, por caso, ese mismo glosario podía partir con el rostro buenazo de este joven nacido en Córdoba, en la región centro de Argentina, en el año 1998.
En suma, a sus 21 primaveras este fanático de Eminem logró en poco tiempo de ruedo lo que otros artistas no logran en su vida entera: gozar del aval de sus antecesores, conquistar al gran público y liderar el mercado del futuro.
El príncipe del trap
No polemiza, no habla de más, no juega al rapero mafioso, no ostenta, no lo persiguen los cobradores de impuestos por sus ingresos, no fuma porro en sus redes sociales. De hecho, en su Instagram Paulo Londra posa feliz con un busto de un personaje de Cartoon Network, rebota una pelota de básquetbol o manda saludos a sus fanáticos. Y en sus temas llora por amor (“¿No ves que me estoy muriendo porque un ratito me regales tu atención?”, canta en “Nena maldición) o juega al romance inconcluso (“El frío y las penas siempre fueron costumbre para mí, ¡qué mal por mí!”, sacude en “Tal vez”).
De estampa afable y andar cansino, Londra no entroniza el modo de vida gangsteril ni representa una “amenaza”, como Duki, YSY A y Neo Pistea; de hecho, ese tridente (que conforma el supergrupo Modo Diablo) posiblemente sea su antítesis estética y discursiva. Londra es un artefacto apto para todo público. Londra gusta a mamás, papás, chicos y chicas. Su sencillez, entonces, a contrapelo de la lógica trapera, lo acerca a grandes y chicos: tiene el aval de toda la familia.
“Sacaste un buen tema, Duki, eso lo juro, el mío viene llegando, lento pero seguro”, le enchastraba Londra a Duki en un momento que puede definirse como uno de los posibles big bangs de la cultura joven contemporánea. En marzo de 2017, en la pretemporada de El Quinto Escalón, la competencia de freestyle en plazas más importante del mundo, el destino enfrentó a los dos talentos que, en ese momento, se despachaban como raperos e incipientes cantantes.
Para ese entonces Duki, hoy referente del trap argentino, había sacado un tema (“No vendo trap”), ya había superado el millón de reproducciones en Youtube y se emplazaba como el gran favorito de la competencia. En tanto, curtido de batallar en la Plaza de la Intendencia, en su Córdoba natal, Londra ya tenía en la calle “Relax”, su primera canción, que le valió el apodo de El Príncipe del Trap. Y, además, aquí lo más trascendente: guardaba entre manos “Condenado para el millón”, tema que salió apenas un tiempo después de aquel cruce y que hoy cosecha unas 212 millones de reproducciones. Y, desde ahí, casi chamánicamente se estira una premonición que todavía lo persigue: “Cualquier tema que yo hago, condenado para el millón”. Se quedó corto Londra.
Y, a partir de ese instante, el ascenso meteórico de Paulo hacia las grandes ligas de la música en español. Las colaboraciones con Piso 21 en “Te amo” y con Becky en “Cuando te besé” (¡con video horizontal y vertical, para ver en PC y teléfonos móviles!) resultaron un trampolín: la magia de internet lo constituyó como una artista de alcance mundial. Y, por caso, su carrera comenzó a gozar de beneficios asignados para los grandes de verdad, como el insólito team up que hizo junto al DJ norteamericano Steve Aoki en el Lollapalooza 2019 o su participación en “Nothing on You”, tema del disco No. 6 Collaborations Projects, del canadiense Ed Sheeran.
A propósito, su primer trabajo discográfico, Homerun, comandado por el colombiano Ovy On The Drums, uno de los secretos mejor guardados de la producción musical, trepó al puesto número uno de todos los rankings y obtuvo la friolera suma de nueve millones de reproducciones en apenas 48 horas. En Homerun, Londra demuestra su flow, puentea con el rap, desmantela las bases graves, devela algunos featurings que son garantía de éxito (de Lenny Tavárez a De La Ghetto), comprime su tono acústico y, una vez más, se regocija por el amor que no fue. De yapa, la portada con un niño Londra, de gorrita hacia atrás, mascullando vaya a saber qué cosa.
Para setiembre de 2018, en medio de la gira #LeonesConFlow, Londra defendió su trabajo en un colmado teatro Gran Rex de Buenos Aires. Un año después, en setiembre de 2019, ya con Homerun en la calle, brindó un show para 10.000 personas en el teatro Orfeo de Córdoba. Un mes más tarde, el cantante cordobés se lució con el show más contundente de su carrera: unas 25.000 personas lo aclamaron en el Hipódromo Argentino de Palermo. Hoy lo esperan Montevideo y su presentación en el Antel Arena.
“Uf, somos una banda”, se sorprendía el rapero en una de sus presentaciones. Y en su canal de Youtube esa “banda” le sigue el cuento: son 14,4 millones de suscriptores y 3.562.473.761 de reproducciones. Y sigue contando, contando y contando.
Paulo Londra estará hoy a las 20.00 en el Antel Arena. Entradas desde $ 980 a $ 3.800 en Tickantel.