Como ya es habitual, el Programa de Fortalecimiento de las Artes municipal, junto a la Sociedad Uruguaya de Actores y la Federación Uruguaya de Teatreros Independientes, organizó una nueva edición del Festival Montevideo de las Artes, que se ha consolidado como uno de los eventos más importantes del verano montevideano.

Esta vez serán más de 60 funciones de 24 espectáculos nacionales los que se realizarán durante enero y el primer fin de semana de febrero en cuatro sedes: el Centro Cultural Florencio Sánchez, en el Cerro (que cuenta con el traslado en un ómnibus que sale desde la sala Verdi, ubicada en Soriano 914, una hora antes de cada espectáculo), el Centro Cultural Terminal Goes (Goes), la sala Verdi (Centro) y el Espacio de Arte Contemporáneo (Cordón norte). Y, como en cada edición, las funciones serán a las 20.30, con entrada gratuita por orden de llegada.

Entre las obras seleccionadas (el programa completo está disponible en ladiaria.com.uy/U0V) se podrá volver a ver El tipo que vino a la función, de Raquel Diana, dirigida por Marcelino Duffau (hoy en el Centro Cultural Florencio Sánchez). Se trata de “un acto de venganza” contra Alem Castro, un conocido represor y jefe de inteligencia que controlaba y censuraba instituciones culturales (son recordadas sus amenazantes y temidas visitas al teatro Circular) durante la última dictadura. En esta pieza Diana decidió homenajear a los trabajadores de la cultura, y no se propuso reivindicar una verdad, sino construir un relato a partir de la experiencia, resignificando la censura y sus quiebres. Así, en El tipo que vino a la función se cruzan tres generaciones para llevar a escena uno de los episodios menos conocidos de la historia cultural, visibilizando un proceso sistemático que se llevaba a cabo a lo largo de ensayos y funciones.

Sala de profesores

Sala de profesores

Foto: Difusión

Otras de las puestas que volverán a escena serán Sopa, de Ausonia Conde, una propuesta para adultos de la compañía de títeres Cachiporra (hoy en la sala Verdi) que aborda el tema de la concentración de poder a partir de distintas técnicas del arte titiritero: títeres de guante, vara, manipulación directa y teatro de sombras; y Sala de profesores, de Carla Larrobla y Lucía García (mañana y el lunes en la sala Verdi), quienes se propusieron homenajear al actor Héctor Manini, que falleció en 2017, llamando así al liceo en el que transcurre esta obra, que se propone explorar los espacios de formación y convivencia. En este centro educativo, los profesores quedan encerrados como consecuencia de una ocupación estudiantil, y no tienen otra opción que cumplir la consigna que les plantean.

A lo largo de la semana, y también en la sala Verdi, se presentará La pérdida. Un plan franco, de Cecilia Sánchez (martes y miércoles), que después de 20 años como actriz (en obras que marcaron la historia del teatro reciente, como Mi muñequita o Gatomaquia) escribió y dirigió su ópera prima –que fue premio Florencio revelación en 2019–, en la que el protagonista se propone secuestrar a la médica que no colaboró con hacerle la autopsia a la persona que él más quería, y, con la ayuda de un amigo, pone en marcha un plan delirante; y Neso (jueves y viernes), una puesta que surgió a partir de un proceso de investigación de la artista plástica Beatriz Martínez, escrita y dirigida por Marcel Sawchik.