Poco más de un año después del estallido social que conmovió al país, la mayoría de los chilenos decidieron este domingo mediante un plebiscito que quieren tener una nueva constitución que remplace a la que está vigente actualmente, aprobada en el año 1980, en pleno apogeo de la dictadura que comandaba Augusto Pinochet.
“¿Quiere usted una nueva constitución?”, fue una de las dos preguntas que se les planteó a los ciudadanos chilenos, de los que aproximadamente 78% respondieron afirmativamente.
La otra pregunta que se realizó en el plebiscito era qué tipo de órgano debía redactar la nueva carta magna, si una convención mixta constitucional conformada por 86 integrantes del actual Parlamento y 86 personas elegidas para la tarea o una convención constitucional integrada por 155 personas electas directamente por voto popular para desempeñar tal función.
Esta última opción fue la ganadora, con alrededor de 79% de los votos. Por lo tanto, según lo estipulado, la elección de los integrantes del órgano constituyente se realizará en abril del año que viene, simultáneamente con las elecciones municipales y de gobernadores regionales.
La nueva constitución –que debe redactarse en un máximo de un año– se ratificará en un nuevo plebiscito, por lo que esta no estará vigente hasta 2022. La tarea de los integrantes de la convención constituyente –que será conformada en forma paritaria– será ardua, ya que deberán elaborar una nueva carta magna desde cero. Obviamente, el texto tendrá algunos artículos que serán iguales o muy similares a los de la actual constitución, pero habrá vastos temas que serán modificados, lo cual hace ver que el proceso será extremadamente complejo, más allá de la idea predominante de dejar atrás la actual carta magna, uno de los lastres con los que carga el país luego de su retorno a la democracia, en 1990.
La iniciativa de tener una nueva constitución, además de tener un amplio y variado apoyo dentro de las organizaciones sociales y sindicales chilenas, fue acompañada por todos los partidos políticos de la oposición y también por algunos sectores de partidos que conforman la coalición oficialista que lidera el presidente Sebastián Piñera, con la excepción de la Unión Demócrata Independiente (UDI).
Este sector político derechista nacido en 1983 bajo el influjo de notorios adeptos a la dictadura de Pinochet tuvo entre sus principales referentes al abogado Jaime Guzmán, quien fue asesinado en Santiago en 1991 en un atentado realizado por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Guzmán, además de ser uno de los autores, es considerado el padre intelectual de la Constitución de 1980, y por ello la defensa del texto por él ideado fue una de las banderas simbólicas que sostuvo la UDI durante las semanas de campañas previas al plebiscito.
Luego de conocerse los resultados de la consulta popular, el presidente Piñera realizó un discurso desde el Palacio de la Moneda, acompañado por todo su gabinete ministerial.
“Hoy hemos demostrado nuevamente la naturaleza democrática pacífica y participativa de los chilenos. Este es un triunfo de todos los chilenos que amamos la democracia y la paz, y que nos debe llenar de una nueva constitución que recoja los valores y principios de nuestra sociedad: las tradiciones democráticas y republicanas, y las aspiraciones de todos nuestros ciudadanos”, expresó el mandatario, de acuerdo a lo que consignaron medios chilenos.
“Este plebiscito es el comienzo de un camino que todos deberemos recorrer para acordar una nueva constitución para Chile. Hasta ahora la Constitución nos ha dividido, a partir de hoy todos debemos colaborar para que la nueva construcción sea el gran marco de unidad, estabilidad y futuro”, agregó Piñera.
Mientras tanto, en muchas ciudades del país se celebraban los resultados del plebiscito y en la capital, Santiago, el epicentro de los festejos fue la Plaza Italia, lugar que también fue el principal foco de las protestas sociales del año pasado.