El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció en conferencia de prensa que “en las grandes ciudades” de su país va a continuar “la cuarentena en los mismos términos que hasta hoy” hasta el 26 de abril. Sólo se permitirán algunas nuevas actividades, como las de talleres mecánicos y gomerías, que son necesarios para mantener las ambulancias y otros vehículos utilizados pese a las restricciones.

Argentina entrará en una etapa de “cuarentena administrada”, en la que se evaluará qué áreas del interior pueden ser “liberadas” por sus características y porque no presentan casos. Para atender esas diferentes situaciones, se pedirá a “cada gobernador que traiga una propuesta de liberar una zona” y un “protocolo de cómo administrarlo”, dijo el presidente.

Antes de dar la conferencia, Fernández se reunió en la Quinta de Olivos con ministros, otros funcionarios y médicos que integran el Comité de Expertos que lo asesora acerca de la pandemia, que incluye a la embajadora de la Organización Mundial de la Salud, Mirta Roses, informó La Nación.

Fernández presentó una serie de gráficas y señaló que, según las proyecciones que se hacían al comienzo de la epidemia en Argentina, para el 10 de abril los casos de covid-19 serían unos 45.000, y que gracias a las medidas de aislamiento social obligatorio los contagios se mantenían ayer en 2.000. Según esas proyecciones, además, “tendríamos ocupadas 85% de las camas de terapia intensiva, contra poco más del 1% que tenemos ocupadas ahora”, dijo.

“Si seguimos con esta cuarentena lograremos que la curva de contagios sea más lenta aún. En la medida que ganamos tiempo, conseguimos aumentar nuestra capacidad de atender a los que se enfermen”, dijo Fernández. “Les cuento todo esto para que sepamos que lo que estamos haciendo tiene sentido. Ganamos muchas vidas humanas. Es un logro de todos los argentinos y argentinas. Tanto esfuerzo no es en vano”, dijo, después de comparar la situación de su país con las de Chile y Brasil, y algunos de los países más afectados por la epidemia: España, Italia y Estados Unidos.

“Nadie sabe cuándo va a terminar este martirio”, dijo Fernández, y agregó: “La única posibilidad que tenemos es hacer lo que estamos haciendo”.