El jueves, el presidente Yamandú Orsi volvió de su viaje a Centroamérica y dio una conferencia de prensa en la que abordó distintos asuntos actuales, como el de la crisis arancelaria desatada por Estados Unidos y el pedido de la Udelar de cerrar la oficina de la ANII en Jerusalén, en contra de la decisión del canciller Lubetkin.

En la ocasión, además, Orsi reivindicó los tiempos y el ritmo con que comenzó su gobierno, que han causado cierta inquietud entre quienes esperaban acciones inmediatas. “No vine a anunciar, yo vine a gobernar”, dijo, y una encuesta de Cifra parece respaldar su encare de la tarea.

En todo caso, en la semana hubo novedades respecto de la desactivación de dos de las “bombas” que plantó el gobierno anterior (uso la terminología del senador oficialista Daniel Caggiani): el Ejecutivo presentó un plan de reforma de la desfinanciada Caja de Profesionales y encontró receptividad en el consorcio encargado del Plan Neptuno para renegociar el proyecto.

Por otra parte, el oficialismo también consiguió avances en el Parlamento, y lo significativo es que lo hizo con el apoyo del Partido Colorado: por un lado, consiguió aprobar la venia para que asuma el secretario de Inteligencia designado por Orsi y, por otro, encaminó un proyecto para eliminar el clientelismo en los gobiernos departamentales.

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