El debate entre derechos de autoría y acceso libre a la cultura tiene raíces largas y nunca fue saldado. Las dos posturas conviven en disentimiento y hay quienes defienden ambos derechos, aunque se choquen.
Este año, la empresa Tenfield, que subía las actuaciones completas del Concurso Oficial de Carnaval a su canal de Youtube con acceso libre, decidió restringir el contenido a los miembros del canal, es decir, gente que paga una cuota mensual.
La empresa posee los derechos de transmisión del concurso, por los que los conjuntos cobran sus derechos de imagen, aunque año a año denuncian que las condiciones y los montos no son adecuados.
Días después de que se conociera la resolución de Tenfield, apareció en la plataforma de mensajería Telegram un canal llamado “Carnaval actuaciones completas 2022”, que nació como una iniciativa individual y se transformó en una comunidad de 5.600 personas, apoyadas en que la plataforma de origen ruso tiene políticas flexibles de derechos de autoría.
Para la segunda rueda se creó otro canal, que al cierre de esta nota tiene 6.884 personas suscritas que acceden a los contenidos del Concurso Oficial de Carnaval.
Federico González, encargado de la difusión del canal, relató a la diaria que la idea surgió tras las decisiones de Tenfield y porque “dado el contexto político que estamos viviendo, en el que pareciera que en los medios suena una sola campana, queríamos hacer llegar los espectáculos y los mensajes de los conjuntos del carnaval a la máxima cantidad de personas posible”.
La persona que inició el canal, que “por obvias razones se mantiene en el anonimato”, se suscribió al canal de Youtube de Tenfield y descargaba los espectáculos para compartirlos con un grupo de amigos. El círculo comenzó a crecer, “el proyecto ya es de la comunidad, hay aproximadamente diez suscriptores que se ofrecieron a colaborar y que cuando pueden van subiendo material”.
En el grupo inicial había diez personas, pero “en cuanto se tomó la decisión de difundir, con un simple tuit en menos de 24 horas ya se habían sumado 3.000 personas”, contó González.
Por el momento “no hemos recibido repercusión negativa”. Al contrario, dijo González, les llegaron “muchos agradecimientos de gente que no tiene cable o que no se puede dar el lujo de pagar la suscripción. Mucha gente del exterior. La verdad que eso es lo que nos motivaba para seguir compartiendo las actuaciones”.
El fenómeno se volvió tan viral que la murga Cayó la Cabra y la revista Tabú lo mencionaron en sus actuaciones en el Teatro de Verano. “Nos causó mucha gracia y nos quedamos tranquilos de que estábamos llegando a mucha gente”, recordó González.
Consultado sobre la política de Tenfield de restringir los contenidos, González aseguró que le parece “que desde varios sectores se está olvidando que el carnaval es una fiesta popular y que debería ser de alguna forma u otra accesible a todos los uruguayos”. Puso como ejemplo el desfile inaugural de carnaval, que le generó “mucha pena ver casi vacío. Esto se debió al precio antipopular que fijó la Intendencia”.
Además, “me genera mucho ruido que los que más invierten y arriesgan, que son los generadores del dinero en este negocio, los conjuntos, son los que se llevan la parte más chiquita de la torta”, opinó.
González entiende que la decisión de Tenfield “no tiene el fin de recaudar, ya que Youtube permite monetizar los videos sin necesidad de privatizar el contenido”. Considera que “no todo el mundo cuenta con las posibilidades económicas de asistir a un escenario o de pagar cable, y la única posibilidad que tenía era verlo por Youtube en diferido”, por eso el canal de Telegram de Carnaval sigue creciendo.
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