“Agarramos el lugar en plena pandemia. Era un poco arriesgado porque estaba todo convulsionado”, relata Sebastián Wolman, de El Recreo, el boliche que lleva adelante junto a Alejandro Zavala y Fernando Estévez en la inconfundible esquina de Parque Rodó donde estuvo Kalima.
Estuvieron seis meses buscando dónde instalarse y hace un año lo concretaron. “Nos alucinó arquitectónicamente y está muy bien ubicado, porque no queríamos irnos a Pocitos o a Punta Carretas, que es donde la lógica dice que hay que apuntar. Son un público y un concepto totalmente distintos. Somos claramente un bar de izquierda”, declara para quien no haya notado las banderas de la diversidad y de los desaparecidos presentes en el local. Y además, le pusieron un nombre combativo: “Es terrible todo lo que se generó con lo de ‘Se acabó el recreo’ y lo que implicaba por quien lo dijo. El Recreo es una respuesta a eso”, confirma.
Pero el cocinero asegura que más allá de la militancia –juntaron firmas por el Sí a la derogación de la LUC–, eso es algo que trasunta el servicio: “Estamos más pendientes de la comodidad que de la venta, y de darle espacio a determinadas charlas, que capaz que otros bares no tienen. Pero tratamos a todos igual, una vez que entran”.
En vías de obtener habilitaciones, esperan continuar con el espíritu cultural de Kalima sumando presentaciones. Entretanto, abren de lunes a lunes y con un horario exigente, aunque el clima va cambiando de acuerdo a la luz que entra por los ventanales y la claraboya, apoyados en tres cartas diferenciadas: el menú ejecutivo de los mediodías entre semana, atractivo usualmente para funcionarios o estudiantes de facultades cercanas; el de la noche, siempre más distendido, principalmente con pizzas de masa madre; y el de fin de semana, cuando prenden el fuego. “Acá en el barrio son muchos apartamentos y estaba bueno que tuvieran una parrilla en la vuelta”.
Aparte del clásico asado, tienen cortes de cerdo, ya que es un producto que reciben fresco, semanalmente, para proveer el sector de almacén. Trabajan artesanalmente hasta lograr jamón crudo, bondiola, salame, longaniza, bresaola, que es uno de los distintivos de sus tablas, y también insumos de picada para comprar y llevar. “Los vecinos están contentos porque esta esquina originalmente fue un almacén y bar. Decían ‘qué van a poner ahora’, había una gran incertidumbre. Se suma a esto que el domingo pasado la nieta del propietario de la casa vino y me contó cómo lo tenía aquel gallego, como los de antes, que además vivía acá”, cuenta Wolman.
En una vitrina, junto a la barra se pueden ver conservas como cebollines en vinagre, escabeche de mejillones ($ 250), chutneys y mermeladas de estación, o pedir por fiambres y embutidos artesanales (salame y longaniza cuestan $ 600 el kilo, el jamón crudo, alrededor de $ 1.000), aceitunas marinadas o pizzas, pastas (en cajas de 20 unidades), hamburguesas de garbanzos y milanesas crudas y congeladas. Tienen cerveza artesanal. No tienen delivery pero piensan implementar repartos por el barrio.
La propuesta del mediodía siempre tiene una sugerencia vegetariana. El principal, que llega con entrada, cuesta $ 340, y $ 450 el menú ejecutivo (que agrega bebida, postre o café). Las picadas se sirven de noche: la criolla cuesta $ 650 y se calcula para tres; la vegetariana, a $ 640, tiene papas con cheddar vegano, empanadas de humita y falafel.
Entre las guarniciones, el falafel es muy aceptado, el público sabe que siempre figura un puré casero, y cada vez que reaparecen, los boniatos rellenos son un éxito. Es que el equilibrio de los platos diurnos fue diseñado junto a una nutricionista, complementando la afición más carnívora y de fabricante de embutidos que tiene Wolman con una mirada vegetariana y vegana para el bar (hasta se jugaron a preparar un cheddar vegetal). Las pastas son caseras y si llevan tomates secos, fueron deshidratados por ellos. Así pasa con casi todo, por eso la oferta va variando. Hace poco fueron un éxito los frascos de higos y ahora una amiga de la casa que tiene árboles en Melilla les ofreció manzanas, un producto que por estos días abunda en El Recreo.
El Recreo (Durazno 1952), de domingos a martes de 10.00 a 1.00 y miércoles a sábados hasta las 2.00. Para reservar mesa: 099 700 100.
Comida callejera en el shopping
Este fin de semana, hoy y mañana entre las 11.00 y las 22.00, se podrá probar una variedad de platos típicos del mundo en la segunda edición del Street Food Festival, el regreso de esta feria gastronómica en el estacionamiento al aire libre de Punta Carretas Shopping (José Ellauri y Solano García). ¿Qué habrá? Por un lado, montarán un sector de mercado y, por otro, los puestos con comida que transportará a sitios como Armenia, Corea del Sur, Polonia, Grecia, India, Italia, México, Perú, República Checa, Vietnam, Venezuela, Argentina y Brasil; es decir, por ejemplo, shawarma, trdelník clásico, salchichas artesanales, raclettes, queijos, hamburguesas, chivitos, bagels, trigonas, spring rolls, además de preparaciones para restricciones dietéticas, como vegetarianas y sin gluten.
El ingreso al evento, organizado junto a Garage Gourmet, es gratuito y apto para mascotas. Aparte del ecléctico menú, prometen coctelería y tragos de autor y propuestas artísticas de amplio “paladar sonoro”.
Piriápolis entre fuegos
Entre fuegos es un festival que se realizará hoy, a partir de las 17.30, en la playa La Rinconada (Rambla de los Argentinos 1050, Piriápolis, Maldonado). Durante la actividad, al atardecer, se encenderán fogones en la arena y en ese escenario, cocineros de los restaurantes de Piriápolis, a los que se unirán chefs de Punta del Este, prepararán platos con productos locales.
La propuesta incluirá charlas sobre el consumo de especies autóctonas, buenas prácticas de captura y consumo de pescado. Es que aparte de promover al balneario como un destino de todo el año, el evento se realiza en el marco del Pacto Oceánico del Este, un proyecto de la Corporación Gastronómica de Punta del Este, y Cordero Esteño, ya que Piriápolis adhirió a ese programa que busca revalorizar la gastronomía de la zona por medio de la pesca artesanal, respetando el hábitat. Al mismo tiempo, el sello Cordero Esteño distingue un producto con un sabor particular al tratarse de animales alimentados en pasturas naturales. Además, esta marca cuenta con un corte especial para Maldonado.
Con un ticket de $ 400 se accederá a una cena que incluye pesca, cordero, vegetales al fuego y una copa de vino de las bodegas Cerro del Toro o Garzón o una botella de agua. Estarán a la venta en Aprotur (Asociación de Promoción Turística de Piriápolis, Rambla y Armenia) y es posible adquirirlos con anticipación comunicándose al 4432 5055.
Carrera y parrilla solidaria
La carrera 10 K de la fundación Peluffo Giguens será este domingo. La competencia comenzará a las 9.30 en el parque Grauert de Carrasco y el punto de llegada fue ubicado en Kibón. Podrán participar tanto atletas federados como libres y equipos de running. La inscripción tiene un costo de $ 600 y se puede abonar en locales de Redpagos y en Redtickets. Mañana también se realizará la cuarta edición de la Parrilla solidaria, en el sitio de largada y en la meta, a la que se plegó la plataforma PedidosYa.