Son contados los establecimientos en la costa que pueden sostener el servicio fuera de la temporada de verano. Hace 14 años que el Il Tano Cucina, de Punta del Diablo, es una fija en ese sentido: primero se afianzó el restaurante, después agregaron las cabañas. Previsores, colocaron estufa a leña en cada una y en el salón.
La especialidad de la casa son las pastas caseras, de elaboración propia, con énfasis en los productos locales, sea la pesca artesanal que les acerca Manuel, cada día desde el pueblo, o los frutos nativos. “Según lo que él saca es lo que vendemos en el local”, cuenta Ximena Zinola. “De cara a Semana Santa, como es la zafra de los camarones, en la carta tenemos unos ravioles rellenos de camarón y zucchini, en salsa de crema y camarón, que ya son un clásico”. Suele ser el plato más pedido por estos días, si bien de pesca trabajan también con pescadilla, corvina, lenguado y anchoa. En esa zona sale mucho el cazón, que utilizan para rellenos, ya que prefieren carnes más sabrosas como principales.
Del mar hay más todavía: llegan en zafra las almejas de Palmares de La Coronilla, y cuando hay sirí disponible hacen croquetas resguardadas por chutney de butiá. Esta es época de arazá, otro fruto que suele aparecer en las salsas.
La carta contempla, sin embargo, gustos más carnívoros, y para esos hay bondiola, por ejemplo, y milanesa, aunque tratan de limitar la oferta de fritos que tanto abunda en Rocha.
Este año, atendiendo la demanda, estrenaron un sector de panes y laminados, que con su aroma aceleraban el despertar de los huéspedes de la temporada alta, pero que por ahora se discontinúa el resto de las estaciones.
Foto: Difusión
Crecimiento y mudanza
Los tres primeros años estuvieron en el Paseo del Rivero, un complejo comercial más cercano al centro del balneario. El emprendimiento era en ese momento llevado adelante por Luciano Raimondo, quien vivió 15 años en Italia, junto a Stefano, un amigo y socio italiano, y juntos pasaban la mitad del año trabajando en cada país. Cuando se cansaron de sostener ese ritmo, Raimondo asumió Il Tano y ahora lo gestiona junto con Ximena Zinola.
Compraron un terreno de 1.500 metros cuadrados y levantaron de cero el nuevo sitio. El alojamiento llegó, prácticamente, a pedido de los clientes y amigos. Cuando se decidieron a agregar ese servicio, construyeron dos cabañas monoambiente, y actualmente tienen seis, en un predio que incluye piscina y hamacas.
Los propietarios están detrás de cada detalle. “El restaurante oficia un poco como el living de nuestra casa. Mucha gente resalta la calidez del lugar”, admite Zinola, ya que sus hijos y sus perros, unos cane corso, o mastines italianos, deambulan parsimoniosamente por las instalaciones (pero se mantienen alejados si el visitante lo indica).
Cuenta Zinola que en los comienzos las recetas tenían una impronta mediterránea, pero que fueron adaptándolas al gusto y capricho local: “Se utilizaban menos salsas para la pasta, pero al uruguayo le gusta rellena y con bastante salsa. Antes servíamos, como se hace en Italia, los mariscos y la pesca entera, y al uruguayo le resulta engorroso porque no sabe despinar. Ahora la pesca artesanal ya viene fileteada y el camarón lo compramos entero, pero cuando lo hacemos a la provenzal ya lo descabezamos, le sacamos la cola y servimos la pulpa”.
No es extraño que en el comedor rochense se mezclen varios idiomas. “A veces preguntan cómo es Punta del Diablo en invierno. Por la proximidad con la frontera, es el balneario con mayor movimiento, por la cercanía de Brasil, así que viene mucho gaúcho”, explica Zinola.
Foto: Difusión
El verano que pasó los sorprendió para bien, dice, en parte porque no esperaban demasiado. “Éramos un poco pesimistas; pensamos que iba a estar tranquilo, pero el uruguayo sigue eligiendo Punta del Diablo, y dentro de Rocha es el que más personas trae durante todo el año. Así que tuvimos bastante público uruguayo, tuvimos algún que otro argentino, a pesar de su situación económica, el brasileño –que viene mucho en Carnaval y en Reveillon (fin de año y primeros días de enero)– esta vez se notó un poco menos. Se recibe también mucho público europeo, principalmente en diciembre y en marzo. Aunque todavía no lo tenemos en tanta cantidad como antes de la pandemia, el europeo se ve y se escucha”.
Il Tano Cucina, en Calle 5 y Calle 20, Punta del Diablo, @iltanocucina/ www.iltanocucina.com. Después de Semana de Turismo, durante la temporada baja, abre todos los días por la noche y los sábados y domingos al mediodía.
Laura Rosano (archivo, febrero de 2016).
Foto: Sandro Pereyra
Semana del Fruto Nativo
En Semana de Turismo, el balneario Aguas Dulces propone recolectar y probar frutos nativos, y rodea esta actividad con charlas, teatro y música. Mañana comienza la cuarta edición de esta Semana del Fruto Nativo y arranca a las 9.00 en el Predio de la Terraza con un show cooking a cargo de la chef Laura Rosano, productora y divulgadora de estos frutos en clases, talleres y recetarios. A las 11.00 cocineros locales prepararán un menú de ocho pasos por un ticket de $ 200. Habrá música en vivo y se montará una feria artesanal.
Durante toda la semana los locales gastronómicos ofrecerán distintas elaboraciones con esta materia prima.
La grilla de actividades continúa el lunes a las 18.00 en la biblioteca con una charla de Rosano sobre frutos nativos y hongos. El martes, en la Eco Plaza, de 18.30 a 20.30 habrá espectáculos para toda la familia, de humor y canciones, y luz negra.
El miércoles 5 a las 17.00 se inaugurará el Eco Parque Oceánico Aguas Dulces y a las 20.00 se presentará Gastronomía regional uruguaya, de Juan Antonio Varese, en La Taberna del Capitán Moreau. El jueves volverá Guitarras Dulces al Parque Jorge Bornes, y el viernes se encenderá el escenario Cachimba y Faroles desde las 17.00, entre otros, con 4 Pesos de Propina y el desfile de la comparsa La Kachimba. El cierre será el sábado 8 en el Paseo de los Artesanos, donde al atardecer actuarán DJ Perazzoli y DJ Maxi.
Roscas tradicionales
El Centro de Industriales Panaderos del Uruguay (CIPU) invita, como cada año, a acercarse a las panaderías de barrio para buscar la tradicional rosca de Pascuas: “Un producto con tanto significado simbólico como sabor tradicional. A lo largo de la historia fue evolucionando hacia la rosca que conocemos hoy en día. Se utilizó para agradecer a la tierra por su generosidad y riqueza de alimentos, también en espera de fertilidad y buenas cosechas. Para los cristianos la forma del anillo representa la continuidad, la unión y el renacer eterno”.
Para consultar dónde está la panadería más cercana, el CIPU ofrece un mapa en su web: cipu.org.uy, pero también subió el paso a paso de la receta de rosca en ladiaria.com.uy/Un2.