Los avances en la restauración de la fachada y la terraza principal del Museo Blanes, con base en un premio otorgado por la Embajada de Estados Unidos, junto a la inauguración de su nueva cafetería, un viejo anhelo del centro cultural ubicado en el Prado, serán presentados en sociedad el próximo jueves a las 14.00, adelanta Cristina Bausero, directora del museo.
Ella fue quien propuso incorporar “una caja acristalada que dialogue con el edificio historicista”, desde que ganó el concurso para el cargo, diez años atrás. En el ínterin, incluso, le comentó la idea a su colega Enrique Aguerre, del Museo Nacional de Artes Visuales, donde lograron concretar un espacio similar en 2017.
“Este año se tomó la determinación de hacerla. Habíamos comprado dos contenedores, porque lo que hicimos fue tunearlos. Ahora la parte ejecutiva del proyecto la llevó a cabo el arquitecto Fernando Faget”, señala. “Es necesario, en un museo con determinadas dimensiones, tener la posibilidad del descanso del visitante, un momento de relax”, afirma.
Mientras esperan que llegue el equipamiento, están llamando a licitación entre los distintos Cedel, emprendimientos vinculados a la Intendencia de Montevideo, para que brinden el servicio gastronómico. Bausero planteó que el espacio se sumara a la nueva “cultura del café”, en el entendido de que convoca a un público joven: “Traer gente joven a un museo está bueno siempre. De repente les llegás por ese lugar y después visitan el museo”, indica.
Desde el origen del proyecto, Bausero creyó importante que se tratara de una caja acristalada por fuera de la construcción, que permitiera observar el edificio y el parque. “El Museo Blanes, por su carácter de villa palladiana, es perfectamente simétrico y no tiene ningún rincón donde uno podría instalar la cafetería. Hubo una antes de que yo viniera, en el claustro, pero es muy incómodo. Además, el claustro es muy grande, es muy frío o muy caluroso, y lo usamos para muchísimas exposiciones, porque las salas que tenemos son restringidas. Entonces, no me parecía bueno instalar ahí una cafetería, porque no tendríamos manera de resolverlo sin hacer una gran obra, que por supuesto no es lo que estaba pensado”. En cambio, en los jardines la cafetería, que tendrá mesas dentro y fuera, en un deck, y algunas sobre el césped, permitirá disfrutar del entorno y apreciar el valor histórico del edificio.
Además, están evaluando fijar un horario más extenso que el del museo, especialmente porque en esa área acaban de colocar una plazoleta nueva para niños y agregaron bancos, completando así un paseo para todas las edades.