Un budín marmolado de café, cacao y almendras es el especial de estación, de la semana que termina, en Ventanín. Las peras estaban cocidas en almíbar de café con especias, a fuego lento, hasta que quedaban suaves y perfumadas. Las capas de cacao nigeriano y almendras iban intercaladas. Con sutilezas como esta, esta cafetería se eleva al rango de portal dulce en las inmediaciones de la plaza Seregni.
Mauge Nin empezó con una amiga, hace tres años, un emprendimiento gastronómico que operaba desde Instagram: The Vegan Place. El año pasado, su hermano Nacho le preguntó si no se animaba a poner un local. En octubre alquilaron un lugar, en los bajos de un edificio, donde antes funcionó un almacén, mudaron la producción y empezaron a despachar los encargos de las redes, que consisten principalmente en tortas y masitas, pedidos personalizados que mantienen. Otra veta del negocio es producir para otras cafeterías que no tienen una opción propia para clientes veganos.
Así que tuvieron que venir una pastelera y una barista para agrandar el equipo. En mayo, tras las reformas, abrieron Ventanín, una ventana al público. Allí tienen, sobre todo, dulces y algún tentempié salado de cafetería: alfajores (de coco, de caramelo salado), espejitos, galletitas rellenas, rolls de canela, escones y medialunas rellenos, cheesecake y la carrot, que fue un éxito desde el comienzo.
Foto: Martín Varela Umpiérrez
“Cuando empezamos con esta idea nos quedó esa disyuntiva: si mantenernos como The Vegan Place o abrir con otro nombre”, cuentan. El nicho vegano ya los conoce, pero querían que el resto del público se animara a probar los productos. Ventanín, como su predecesor, trabaja sin derivados animales, es decir, no usan leche, huevos ni manteca (el aceite de coco sale al rescate muchas veces).
Tuvieron que acondicionarlo para que fuera una cocina, pero además tuvieron que hacerle una modificación importante en la ventana para que tuviera un mecanismo que permitiera interactuar con el afuera. Esa dinámica con la calle tiene algo de kiosco y de foodtruck. Igualmente, si alguien quiere no solamente detenerse por algo rico, sino quedarse un rato, hay un par de mesitas como opción. “Ese formato híbrido, más al paso, pero teniendo esa transparencia de que el que quiera conocernos también pueda ver el proceso, cómo trabajamos”, dice Nacho. “Por suerte, gente del barrio se ha ido arrimando y nos ha dicho que faltaba una propuesta de ese estilo”, agrega. Les gusta la imagen soñada, de la gente pasando y diciendo: “Me voy a llevar un café y algo rico para tomar en la plaza”. Aparte, le tienen ganas a la plaza como espacio para un futuro evento. “Para los primeros días de agosto queremos hacer un eventito para el día de la Pachamama”, adelantan.
Sus preparaciones incorporan frutos nativos (la pastafrola de guayaba es un fuerte) y juegan con la estacionalidad de las frutas, incorporan semillas, decoran mucho con flores.
Foto: Martín Varela Umpiérrez
Ahora, además, están intentando tener opciones sin gluten, así que están probando harinas.
“Tenemos un recorrido de pastelería. Pero obviamente queríamos incluir los salados. A la hora de tomar un cafecito, poder tener un poco y un poco. Entonces ahí sumamos los escones, los sándwiches y los laminados, que se los compramos a un proyecto amigo que hace laminados veganos, Bulevardo”.
“Nos interesa bastante elegir bien con quién nos aliamos”, sostienen los hermanos, que incluso para la gestión de residuos buscaron algo que se alineara con sus valores y llamaron a Compost Ciudadano: “Después abona las plantitas florales que podemos usar para decorar las tortas. A veces se genera un ciclo dentro del mismo proyecto”. En esa línea, trabajan con Revaso para reducir el impacto ambiental. Del mismo modo, tiene descuentos para quienes elijan llevar un táper para sus compras.
Por el lado de las bebidas, sirven café de Forajida en diferentes versiones, chai latte, golden milk, “cacao caliente”, y una infusión, de té negro y lavanda. Hacia la primavera esperan sumar kombucha y jugos naturales. Para esa fecha, “cuando venga el tiempo lindo”, agregarán antojos salados, como un sándwich de hongos.
La calle Haedo les generaba un poco de incertidumbre al principio, ya que “es un local pensado para la pasada”. Pero “cuando más lo disfrutamos es cuando pasa alguien, mira lo que hacemos, se tienta y para. Capaz que no estaba en sus planes, pero se termina tentando con el mostrador; es la idea tener todo ahí en exhibición. Es un escaparate”. No falta el que pasa y tantea el pestillo pensando en entrar, cuentan. Están acostumbrando a la gente a que el servicio es por la ventana. “Algo que nos gustaba era que vos puedas ver el mostrador y enseguida atrás vernos a nosotras bañando alfajores y terminando alguna torta. Creo que eso tiene también su encanto. Estamos en un muy buen punto porque es un lugar céntrico, pero que no es 18 de Julio, entonces si vas a tomar algo ahí, también tenés cierta privacidad, pero pasa gente. Estamos cerca de Tres Cruces, a una cuadra de la Seregni...”.
Foto: Martín Varela Umpiérrez
Cada cual puede armar su cajita de cartón con lo que observa, en una libre composición de antojos. El tetris también se puede completar en un táper, si el cliente lleva.
“El nombre refleja la importancia de la ventana y también tiene el guiño al final de nuestro apellido”, recalcan Nacho y Mauge. En el detrás de escena se involucró gran parte de la familia. El hermano más grande, Mauricio, es arquitecto y fue el que los ayudó a rediseñar esos 32 metros cuadrados. En el otro extremo, Feli, que es el hermano más chico, se encarga de las redes sociales, junto con Paco, un amigo con el que trabaja y hace las fotos. Los otros dos, Juan y Cata, se acercaron a pintar. “Y nuestros viejos, obviamente, apoyando en todo sentido; cuando hicimos el cumpleaños fueron los que estuvieron en la bacha, barriendo, armando cajas, haciendo compras”. Ese sostén fue fundamental.
Mauge es la única vegana del clan, pero ya los ganó por el estómago. “Yo sé que en mi familia, si alguien ofrece algo vegano, nadie duda porque ya saben que se pueden lograr sabores igual de increíbles. En ese sentido están curados de espanto y siempre disfrutan de lo que hago, y desde ahí siempre me dieron tremendo apoyo”, enfatiza.
Fuera del círculo inmediato, también buscaron derribar prejuicios. Por eso para el local adoptaron un nombre más neutro, “para poder seguir expandiendo”, dice Nacho, la cabeza administrativa.
Diseñadora industrial, formada en la FADU, Mauge aprendió pastelería por su cuenta. “Siempre fui mucho de lo dulce, y cuando decidí cambiar mi alimentación estaba muy delgada y empecé a descubrir que no tenía por qué renunciar a prácticamente nada de las cosas dulces que me gustaban”. Se inspiró en lo que hacían colegas como en España Toni Rodríguez y en Argentina Chula Gálvez. Desde las recetas veganas hasta la estética botánica, “fui rescatando puchitos de todos lados”, dice, “siempre desde la curiosidad”.
Ventanín, en Eduardo Víctor Haedo 2053, de miércoles a sábado de 8.30 a 12.00 y de 16.30 a 20.00.
Hongos y vinos
Este sábado a las 21.00, Mushroom Bar aterriza en Ciudad Vieja y toma el espacio de Paraná (Paraná 733) para una cena de cuatro pasos a base de plantas, hongos y fermentos.
Abrirá la noche un aperitivo de gin Patrimonio y luego sigue la cocina de Ivy Torres y de la anfitriona, Mónica Bonilla, con materia prima de Bosqueterra. El menú estará maridado con los vinos de Bodega Garzón y aguas saborizadas, en tanto la música queda a cargo de Juma Silegui. Para asegurarse lugar: 095 959 391.
Malafama de cumple
Cervecería Malafama (Maldonado 1970) festeja siete años este sábado desde las 20.00 junto a Suena Candombe, Lobo Núñez y Mono Serra.
La entrada es libre, pero se puede reservar mesa por la web cervezamalafama.com.
Cocina armenia
Un taller para aprender, cocinar y conectar con las raíces armenias propone Lo de Derbo para los viernes 16 y 23 de agosto de 14.30 a 17.30. Algunos de los platos tradicionales que transmitirá: lehmeyun, boerek y harsí mad. Será en Casa Arapey (Arapey 1442); para reservar: 094 406 461 o 091 662 680.
Pulpón rebajado
El 14 de julio fue el Día del Carnicero, fecha que conmemora la primera vez que estos trabajadores se unieron en Uruguay y cerraron los establecimientos para lograr que les dieran un mayor porcentaje de utilidad. Para conmemorar ese día, las carnicerías nucleadas en la Unión de Vendedores de Carne y la Asociación de Distribuidores e Importadores de Carne del Uruguay lanzaron una promoción en el precio del pulpón, que estará vigente hasta el 31 de julio. El precio quedó fijado en 389 pesos el kilo en todo el país, es decir, un 40% menos.
El precio de las promociones periódicas, así como el listado de las carnicerías y distintas sugerencias de recetas, se encuentran disponibles en uvc.com.uy.
Atentos, baristas
El lunes 28 de julio a las 17.00 en El Palacio del Café (Uruguay 1188) da inicio por segundo año el ciclo gratuito de talleres El café es el centro. El taller consta de una introducción al mundo del café, su historia, su origen y su botánica, una experiencia con diferentes métodos de extracción (prensa francesa, aeropress y origami) y degustación de cafés de diferentes regiones tostados en Uruguay.
Entrada libre con cupos limitados. Para reservar: paseocentro.com.uy/cafe-es-el-centro-julio-25.