¿Quién no ha sentido curiosidad por la sombra de las cosas y, sobre todo, por la propia sombra? Cotidiana, inseparable y cambiante, es motivo de juego y de asombro en la niñez. En La luz en la sombra (¡Más Pimienta!, 2020) vuelven a trabajar juntas Susana Aliano Casales y la ilustradora portuguesa Ana Seixas (El secreto del paraguas rojo) para abordar esa experiencia tan pequeña como universal.
Este nuevo título dialoga con el que inauguró la colaboración entre ambas autoras: una niña solitaria y libre que se apropia de las calles que transita, una estética similar, la actividad de caminar que coloca al personaje en un estado de ensimismamiento que la lleva a reflexionar: ella camina y piensa, piensa y camina, y uno la imagina feliz en ese tránsito medio sin rumbo, dueña de su ciudad y de sus ideas.
Como se explicita desde el título, La luz en la sombra, el libro discurre en un ir y venir entre la sombra y su contraparte luminosa y se instala en el descubrimiento de que son cara de una misma moneda, cuya existencia está mutuamente implicada. Ese juego físico y espacial con su propia sombra y la de los objetos coloca a la niña protagonista en la situación gozosa del descubrimiento, de la sorpresa al elaborar sus propias ideas al respecto, del deleite con sus conclusiones, de honda belleza.
Al contrario de la ciudad en la que se movía, con idéntica libertad, la niña protagonista de El secreto del paraguas rojo, una ciudad llena de gente y de acción, La luz en la sombra transcurre en una ciudad pequeña en la que están ella y su gato, una ilusoria ciudad vacía sólo para ella, que puede habitar y recorrer a placer. El mundo parece ofrecerse, en ese aquí y ahora de la narración, como escenario para que ella observe, juegue, piense, descubra. Parece, pues, un universo ideal para la infancia.
Los textos son breves, precisos, y construyen un momento especial en la experiencia vital de la protagonista: ese sabor particular que todos podemos recordar en nuestra propia experiencia al caer en la cuenta, de golpe, de una verdad evidente. En ese sentido, todo lector, más grande o más pequeño, se sentirá identificado con la protagonista. Con su juego, con su mirada, con su curiosidad.
Un elemento tan presente como cargado de significado, en particular del negativo, vinculado con la oscuridad, la sombra es también la eterna compañera, la que no se nos separa, la contracara de la luz. Y esa percepción, tanto en su costado físico, sensorial, como en el metafórico, las autoras la manejan con sensibilidad en el diálogo entre texto e ilustración, en el color y las imágenes textuales, en el hallazgo que es, antes que nada, hallazgo lingüístico. Porque en ese paso a paso en el que transcurre la reflexión de la niña los hitos son enunciados; es la puesta en palabras de lo que va construyendo en su juego y su pensamiento lo que le permite concluir a partir de lo que ve. Desde “‘La sombra es parte de mí’, pienso” hasta “La sombra y el sol se alimentan entre sí” y “‘Detrás de la sombra hay algo que brilla’, repito. ¡Qué idea tan hermosa!” hay una elaboración que pone en evidencia tanto la mirada infantil como la mirada poética, que tienden a ser muy parecidas.
La luz en la sombra, de Susana Aliano Casales y Ana Seixas. ¡Más Pimienta!, 2020. 24 páginas. $390.
¡Ya diciembre!
Y con diciembre, las fiestas y la Navidad. Para esta actividad falta un poquito todavía, pero como los cupos son limitados, conviene ir agendando temprano. En El Árbol Lejano (Luis de la Torre 1026) proponen Un cuento de Navidad para el lunes 21 de 15.00 a 18.00. En la actividad, dirigida a niños y niñas de seis a 12 años, se invitará a contar cuentos navideños de distintas partes del mundo, a conocer otras culturas para celebrar las fiestas y a inventar sus propias historias. Por más información: [email protected] o en las redes sociales de El Árbol Lejano.