Desde que se instaló el rumor, y luego fue confirmado por Netflix, la vuelta de Okupas a las pantallas es un tema recurrente. Mientras tanto, de costado, los actores que interpretaron a los villanos de la serie “vuelven” en una especie de spin-off independiente: llega El Docke, un producto fatto in casa inspirado en el espíritu de El Negro Pablo y de El Guacho, los enemigos de los pibes del Caserón del Orto.

“La idea nace de las ganas de hacer ficción y de filmar un poco de acción, de mostrar un poco el conurbano. Y de las ganas que me da la gente cuando me mandan cientos de mensajes diciéndome ‘¿cuándo sale la secuela?’, como si yo fuese quien pudiera hacerla”, cuenta el actor Sergio Podeley, quien interpreta a El Guacho en Okupas, y acá se despacha con su primera experiencia en dirección.

A 20 años del estreno de la icónica serie de Bruno Stagnaro, aquel imaginario de crisis económica se torna un espejo que devuelve una fragilidad similar. Por el momento, no habrá secuela de Okupas, pero aquí se recoge el guante de los barrios bajos, la tensión y la criminalidad. “El capítulo cero es el reencuentro de dos personajes míticos de la televisión argentina”, sugiere Podeley, en una ambigüedad que invita a la fantasía. Entonces, los personajes de El Docke, ¿son o no son aquellos que nos crisparon los nervios durante los primeros años 2000? El misterio no se cierra del todo.

En el episodio cero de El Docke, que se yergue en un violento ajuste de cuentas, la presencia inmarcesible de El Guacho (también conocido como El Mulo) y del mismísimo Negro Pablo (Dante Mastropierro) regala unos comebacks que estrujan el corazón. Y si no son ellos, se les parecen bastante. De hecho, hay varios guiños, como la musculosa azul, que usa el personaje de Podeley, la presencia de la frase “pedazo de ñandú” (Okupas fue, entre otras cosas, una máquina de instalar punchlines que se enquistaron en el uso folclórico) o, incluso, la geografía de Dock Sud, tierra de amenazas para Ricardo (Rodrigo de la Serna), protagonista de la serie original.

“La gente amó tanto Okupas que se quedaron con ganas de más”, sigue el director y protagonista. Así, enfundado en ese reclamo popular, Podeley escribió esta historia para “el mundo okupero”. De su boca: “Nos mandamos de una, sin pensarlo”.

Servicio al fan

Vamos de nuevo, ¿es una continuación de Okupas o no? “Esto no es Okupas, pero la historia podría llegar a narrar alguna continuidad de los personajes que fueron parte de esa serie: los malos, si es que hay buenos y malos”, explica.

Por caso, el primer episodio de El Docke, que tiene acción, tiros y sangre, costó 250.000 pesos argentinos (unos 1.700 dólares estadounidenses) y fue financiado de forma completamente independiente por el mismo Podeley y su socio Pali Anaya, quien también mete aparición actoral. Y este punto de partida –de resultado interesantísimo– es una especie de cebo: con él buscan hacer ruido y llegar a una buena cantidad de público para concretar un financiamiento colectivo.

“No es fácil hacer ficción, y menos de calidad. Imagínense la optimización de recursos: filmamos El Docke durante dos domingos, en unas cinco horas por día. En total, fueron unas diez horas de laburo. No tuvimos tiempo de practicar ni de ensayar absolutamente nada. Fue llegar al set, plantar las cámaras y empezar a laburar. Piensen en las coreografías de peleas: no hubo tiempo y no teníamos ni monitor para ver las imágenes. Terminé todo rayado por ponerles el cuerpo a todos los personajes para lograr lo que logramos”, cuenta Podeley.

A la sazón, El Docke, que en poquísimos días supera las 45.000 reproducciones en YouTube, apela a la nostalgia y entroniza gestitos de fanservice. “Este no es El Negro Pablo, es un personaje parecido. Sentí como que El Negro Pablo nunca murió. Como que estuvo herido y no murió: recibió un tiro por la espalda, nunca nadie vio que lo enterraran”, devela Dante Mastropierro en su regreso a la actuación. ¿Y si realmente es El Negro Pablo y lo que hizo fue cambiar de piel? “Con El Docke me hirvió de nuevo la sangre. Me sentí muy cómodo”, continúa la mitológica contrafigura de De La Serna.

Con respecto a la historia de El Docke poco se sabe: apenas se develan unos trepidantes primeros cinco minutos. “Van a poder ver conurbano, barrios, jergas, villa, vida, lugares oscuros, tranzas, policías corruptos, ladrones y narcos. Pueden esperar ver algo interesante: la vida a través de los ojos de distintos personajes, algunos buenos, otros malos, otros con dudas. Otros que saben adónde van. La vida misma, digamos”, dice Podeley. E invita: “¿De qué se trata El Docke? Descubrámoslo juntos”.

Por su parte, Okupas, emitida originalmente por Canal 7 de Buenos Aires y tras diversas repeticiones en Canal 9 y América, fue configurando su estampa de fábula moderna a partir de su ausencia: nunca estuvo disponible en VHS, ni en DVD, ni volvió a emitirse en televisión, ni mucho menos estuvo a la carta en las plataformas de contenido. Eso sí: el carácter de leyenda creció a partir de las infinitas reproducciones en YouTube exhibidas en pésima calidad. Por eso, esa ausencia fue también una marca de deseo: el planeta quería verla, pero no había cómo.

Entretanto, aún con la fecha por confirmarse, la reposición de Okupas es un hecho. ¿Cuándo? “Muy pronto”, asomó en un spot –con música de Santiago Motorizado, líder de la banda Él Mató a un Policía Motorizado– la plataforma de streaming de la N. “Hace rato que Okupas tendría que estar en Netflix. Digamos la verdad: hay tantas boludeces en Netflix, ¿y no va a estar Okupas? Un programa que fue mejor unitario y ganó tres Martín Fierro. A pesar de que han pasado 20 años, la gente lo sigue pidiendo y le sigue gustando. Okupas tiene que estar en Netflix y en muchos canales más”, agita Mastropierro.

Sin embargo, este regreso de Okupas al candelero no fue un pretexto directo para Podeley y los suyos. Lo explica: “Lo de El Docke no lo hago porque Okupas va a salir en Netflix. Lo hago porque lo escribí hace dos años y sentí que era el momento, y justo tenía a mi lado gente que me ayudó a hacerlo. ¿Por qué lo hice? Porque tenía ganas de contar un cuento, de filmar, de divertirme con lo primero que dirijo”.

Todavía sin presupuesto, pero agitando su campaña de financiamiento vía Mercado Pago, CBU o Cafecito, la fecha de estreno del próximo episodio de El Docke es incierta. “Vamos a ver cómo se va dando todo”, se esperanza Podeley. “Si nos dan la oportunidad, me parece que va a explotar. Tanto Pode como los otros actores y yo vamos a poner lo mejor para que salga bien. Y para que le agrade al público, que es lo más importante”, concluye Mastropierro.

El Docke. En YouTube.