Microdosis es como dio en llamar La Teja Pride al espectáculo en formato compacto que presentarán este sábado. Leonard Mattioli, uno de los líderes del grupo, cuenta que en esta versión son exactamente los mismos músicos (siete) que en el formato eléctrico, pero pasados por cable de línea, es decir, sin amplificadores y sin batería clásica, pero con batería electrónica. El nombre del show empezó como una broma entre los músicos. “Porque es mucho más sencillo enchufar todo por línea. Tocamos todos, pero usamos muy poco espacio físico porque vamos con máquinas más chicas o instrumentos más pequeños; es todo mucho más digital”, cuenta.

La otra cara de este formato es lo que Mattioli llama “banda banda”, con el que grabaron el último disco, La forma del viento, editado en 2022, en el que hay un sonido orgánico, de banda.

Microdosis, en cambio, lo diseñaron para tocar en lugares pequeños, como el boliche El Hormiguero, donde se van a presentar el sábado. Mattioli señala que es un sótano de piedra y que les encanta cómo suena. Además, es un bar cooperativo: “No es sólo una postura estética, hay una actitud realista también: no hay muchos lugares para tocar, y este lugar existe. El Hormiguero nos copa y nos copa que sea un bar cooperativo”, acota.

El disco nuevo tiene un pulso rítmico inevitable que lleva al baile (para comprobarlo, basta escuchar el ritmo funky y de textura daftpunkiana del estribillo hipnótico de la canción “Corre”), y eso no se pierde con este formato de show, dado que las canciones son tocadas exactamente igual, sólo que en clave “menos es más”. dice Mattioli. “El guitarrista, en vez de tener 4.000 pedales, tiene uno solo, y así todo”, es decir, “es menos, pero no es minimalismo”.

Como el baile es importante, este sábado El Hormiguero no tendrá sillas: las volaron para que todo el mundo esté parado, “con los parlantes que exploten”. El músico subraya que ese es otro punto clave, porque actualmente “es mucho más fácil conseguir salas en donde hay asientos, y tiene que ver con cómo se financian las cosas, porque la gente sentada consume mucho más”. “Pero también entra menos gente y la experiencia es otra. Esta experiencia es inmersiva: estás ahí, hay pocas luces y muchas veces no nos vas a poder ver porque va a haber gente bailando adelante tuyo, y es para eso”, acota.

Mattioli también reflexiona sobre el circuito de toques y señala que hay “como un retroceso” si se compara con la situación de antes de la pandemia, porque “los lugares se habían desarrollado bastante, había acceso a tremendos equipos, y ahora hay que remar mucho de vuelta, reconstruir un montón de cosas que ya no están”. “Y hay gente, que era parte del ecosistema de la música, que se dedicó a otra cosa porque esto se murió, no la parte artística sino la parte protoindustrial que hay detrás; entonces, hay un montón de cosas que se empiezan a hacer de nuevo y hay unas curvas de aprendizaje que hay que hacerlas de vuelta, porque la gente que sabía un montón ahora se dedica a otra cosa”, subraya.

Si bien el disco nuevo todavía está fresco, y por eso lo siguen tocando, la banda también está interpretando versiones diferentes en vivo, no sólo de temas del flamante álbum sino también de material anterior. Así las cosas, tienen la idea de grabar esas versiones –cuatro o cinco– que han ido saliendo en los ensayos, muy diferentes a las originales registradas en estudio, como para publicar un EP, quizás. Mattioli cuenta que, en algún momento, en los ensayos, mientras tocaban esas canciones, pensaron: “Bo, esto es aburrido”, y probaron otra forma de tocarlas, construyendo una base “totalmente distinta, en la que incluso los estribillos hubo que adaptarlos” porque las letras quedaron, pero las melodías no. “Es la misma letra en una canción nueva”, finaliza.

La Teja Pride, sábado a las 21.00 en El Hormiguero (San Salvador y Minas). Reservas por Whatsapp al 091 488 057.


Christian Castro en el Antel Arena

El cantante mexicano se presentará el domingo a las 21.00 en el Antel Arena, en el marco de su Hits Tour, en el que –como su nombre lo indica– repasará todos sus clásicos y más. Las entradas se consiguen por Tickantel y van desde $ 1.400 a $ 5.800.

Mariana Lucía y Ana Paula Yáñez

El repertorio musical de Mariana Lucía se entrelazará a la poesía de la artista emergente Ana Paula Yáñez, que publicó su primer libro en 2022. Será este sábado a las 21.00 en la sala Zitarrosa, en el marco del ciclo Marea, de mujeres y disidencias de la música y el audiovisual que organiza esa sala y que este año va por su tercera edición. Según se publicita, “las canciones dialogan con poemas y pequeños relatos de tal forma que cada nota y cada letra se potencian en su relación, dejando a flor de piel la sensibilidad de estas dos mujeres que, desde los afectos y a partir de ellos, producen un decir-hacer artístico y singular sobre la vida, inmersas en los pequeños-grandes gestos que la y las componen”. Las entradas se venden por Tickantel a $ 400.

Canciones de otoño en sala Camacuá

Este sábado y domingo desde las 20.30 se realizará la novena edición del festival Canciones de Otoño en la sala Camacuá (Camacuá y Juan Carlos Gómez). En la fecha del sábado se presentarán Hankeliana, Bonet y Boni, y mañana, Seba Codoni junto a Mica Mendizábal. La mayoría son músicos emergentes y prolíficos, y aunque tienen estilos distintos, podrían ser agrupados en el formato de “cantautores”. Las entradas se consiguen por Redtickets a $ 350. Hay 2x1 para suscriptores de la diaria.

Julen y la Gente Sola

La banda promete tocar su disco homónimo, Julen y la gente sola (2014), “en orden y como nunca antes”, este sábado a las 21.00 en La Trastienda (Fernández Crespo y Paysandú). También tocarán adelantos de su próximo disco. Las entradas se consiguen por Abitab y valen $ 700 y $ 800.