Está claro que no vivimos en el peor de los mundos posibles (podrían existir monstruos gigantes asesinos; podría no existir el flan con dulce de leche). También está claro que en muchos aspectos la humanidad está mejor que nunca. Pero hay aspectos de nuestro presente que preocupan bastante, y no solamente porque ahora la tecnología nos permite saber lo que está ocurriendo en todas partes.

Netflix acaba de estrenar el documental Compra ahora: la conspiración consumista (Buy Now! The Shopping Conspiracy), que en 84 minutos busca dejar al descubierto los trucos que utilizan las empresas para mantener a los consumidores... bueno, consumiendo. De paso, nos muestra cómo todo esto nos lleva camino a ser ese mundo repleto de basura que nos mostraba la película Wall-E. Si hasta muestran escenas para que quede claro.

Hay un par de cosas que conviene aclarar antes de ponerse a ver esta obra descrita (por Netflix) como “subversiva”. Ni lo es ni conocemos una “conspiración” en el sentido más secreto de la palabra. Sí servirá para recordarnos cómo todo el tiempo las grandes empresas (como Netflix) buscan manipularnos de las formas más obvias, pero sutiles, pero obvias. No está mal que nos lo recuerden cada tanto.

La historia corre en forma muy ágil, con una estética que recuerda mucho (¿demasiado?) a los universos de Black Mirror. Una inteligencia artificial juega a estar del lado de las grandes corporaciones y busca atraer su atención prometiendo cinco reglas infalibles para tener a la gente comiendo de la mano, y un regalo especial si se quedan mirando hasta el cierre (lo del regalo será bastante obvio si vienen prestando atención).

Esas cinco reglas se convierten en cinco ejes temáticos que ordenan la historia: venda más, desperdicie más, mienta más, esconda más y controle más. De la mano de esas directivas nos adentraremos en el capitalismo salvaje con sus colecciones de ropa que pasan de moda a los 17 minutos de haberlas comprado y, por eso mismo, el período de decisión de compra tiene que ser menor a 17 minutos. De ahí que existan sitios que te permiten comprar con un solo clic. Ya habrá tiempo para arrepentirse y tirar todo lo comprado.

Por supuesto que al tirar lo comprado, sumado a los excedentes que tiran las corporaciones (porque es económicamente más rentable que seguir ocupando espacio o tratar de liquidarlo) nuestro mundo se convierte cada vez más en un basurero. Ahí no hay cifras que desmientan nuestra actualidad. A esto le sumamos otro concepto que conocemos bastante, pero que el documental presenta como primicia: la obsolescencia programada.

¿Qué significa eso? Que los productos están pensados para que duren menos y sean sustituidos por otros. Hace dos o tres días pasé por una farmacia y vi un cartel que decía “Los cepillos de dientes pierden el 97% de su efectividad a los tres meses”, y en medio del pasillo de un centro comercial dije en voz alta (soy de esas personas) “¡Entonces hagan cepillos mejores!”. Pero contra una sociedad de miles de accionistas anónimos que buscan ganancias a cortísimo plazo aun a sacrificio del largo plazo (de las empresas y del planeta), es una batalla perdida.

Las computadoras se rompen, a los auriculares esos chiquitos inalámbricos no se les puede cambiar la batería (igual, seguro que los perdés antes) y pasado mañana sale el último iPhone, que hace que el penúltimo parezca bosta fresca. Haceme el favor de tirar eso a la basura.

Hay otro montón de mentiras y engaños, ninguno muy sorprendente, pero a esa altura uno está enganchado por las declaraciones de born-again ejecutivos que renunciaron a sus trabajos y ahora que tienen suficiente dinero para no volver a trabajar por el resto de sus vidas, intentan hacer algo por el planeta. Qué conveniente.

Todo muy lindo, pero si quieren una verdadera conspiración, noten que dos de las empresas que quedan peor paradas en el documental son Amazon y Apple, propietarias de Prime Video y Apple TV+, respectivamente. Que, ¡oh, casualidad!, son dos de las principales competidoras de Netflix en esto de las plataformas de películas y series. Voy a decirlo en voz alta la próxima vez que vaya al shopping.

Compra ahora: la conspiración consumista, 84 minutos. En Netflix.