Desde sus comienzos discográficos, en 2000, los duraznenses Graffolitas, juntos desde 1993, confirmaron su capacidad para unir pop y punk en canciones como “Tiempo al perdedor” y la incorrecta “Refresca tu vida”, inspirada en el célebre jingle del polvo azucarado Jugolín. Entre Los Tontos, La Polla Records y Sex Pistols, su propuesta estética cayó en el momento justo y funcionó como banda de sonido ideal para los días de escasez de la crisis económica y social de 2002.

Al año siguiente la suerte volvió a jugar de su lado. Fueron locales y precursores de los festivales Pilsen Rock de Carmelo Vidalín y uno de los preferidos entre el público multitudinario y nacional. Su historia siguió con invitaciones de La Vela Puerca, conciertos en el Teatro de Verano y otros tres discos de buena factura: PobreSA (2004), Mutuatatú (2007) y El lenguaje de las flores (2011). La fidelidad de un público para nada despreciable venía acompañada de un bajo perfil compartido con la banda y sus canciones plagadas de miserias.

Aunque nunca anunciaron una separación, estuvieron 11 años sin tocar hasta que en 2023 se unieron al Durazno Rock. Un poco después, festejaron sus 30 años con una actuación en la Sala del Museo.

Por esos días el cantante Claudio Cope Piquinela ya se había mudado a Barcelona y el bajista Gonzalo Pombo viajaba desde Rosario, Argentina. El encuentro con el baterista Roberto Tito Colina y los guitarristas Nicolás Bessonart y Robert Chavo Chavat en Montevideo surtió algún tipo de efecto: de ahí salió la grabación y composición del sorpresivo Epístolas para un destinatario ausente (2025), cuyas canciones estrenarán este sábado en la Sala del Museo.

El comienzo del álbum trae un sonido más estilizado, algo glamoroso y de guitarras brillantísimas, a tono con las herramientas de producción de esta época.

La poesía también incluye novedades: la canción es la misma, pero las heridas de la edad no se esconden y pronuncian la influencia española de artistas como Loquillo y Barricada, en los textos y las cadencias de los arreglos de guitarras.

“Nueva convención mundial” y “En tu viaje” proponen melodías memorables y ruteras. En “Escalada”, también canta Sebastián Teysera y en “Intestina” prueban con una balada existencialista y con reproches al tiempo perdido, con gran pluma y sonido de violines.

“Jinetes” retoma el pulso punk, pero sólo en el espíritu, más cerca de Los Buitres que nunca. “Colgada de un renglón” los ubica por fin en su lugar más tradicional, con un cuento en tercera persona que es la mejor canción del disco.

En “El mercado de los corazones”, la oscuridad de “sueños hechos pedazos” sigue cayendo pesadamente y apenas si disminuye su intensidad en los recuerdos que alumbran los estribillos.

Sobre el final, “Viejo lobo” recuerda a Vieja Historia y en “En mi tormenta” la banda declara, a pesar de la derrota, “quiero seguir creyendo”.

Graffolitas presentan Epístolas para un destinatario ausente. Sábado a las 20.00 en la Sala del Museo del Carnaval. Entradas a $ 850 en Redtickets.