En 2017, la multipremiada Nicole Kidman se comprometió a trabajar con una directora mujer cada 18 meses. Ha superado largamente su meta, ya que lo ha hecho, sea como productora o como actriz, 19 veces en los últimos ocho años. La razón de su decisión es clara: minimizar la doble moral a la que se enfrentan las directoras y reducir la brecha de género en la industria cinematográfica, ya que, en su opinión, la cineastas mujeres se ven presionadas a ser “perfectas” y son duramente criticadas si no ofrecen una película exitosa.

El estreno en cine más reciente de Kidman fue Babygirl, de Halina Reijn, y entre sus últimos trabajos en plataformas se destacan las brillantes miniseries Expatriadas, de Lulu Wang, y La pareja perfecta, de Susanne Bier.

Ahora la artista australiana vuelve a la pantalla grande con Holland, un impredecible y extravagante thriller de la directora Mimi Cave (Fresh, 2022). Interpreta a Nancy Vandergroot, una profesora con una vida aparentemente idílica junto a su esposo Fred (Matthew Macfadyen, el Tom Wambsgans de Succession) y su hijo Harry (Jude Hill) en el pintoresco y calmo pueblo de Holland, Michigan. Seguramente el papel le haya resultado familiar a Kidman, que se puso en la piel de una mujer cuya vida de ensueño se desmorona: la icónica Celeste Wright de Big Little Lies. Nancy, el personaje que encarna ahora, es ingenua, paranoica, maternal y protectora, pero a la vez excéntrica, oscura y no muy analítica. De personalidad compleja, es una mujer a punto de estallar, un rol que vuelve a poner a prueba la versatilidad actoral de Kidman.

Nancy empieza a sospechar que su esposo la engaña, por lo que se adentra en inesperados ambientes para enterarse de su vida oculta. Se sumerge así en un espiral de conspiraciones y dudas que se complican aún más porque su compañero de trabajo, el profesor Dave Delgado (Gael García Bernal), es su amigo y confidente pero también tiene otras intenciones.

¿Hasta qué punto conocemos a la persona con la que vivimos? Con gran capacidad narrativa y habilidad, Holland pasa sutilmente de drama familiar a thriller. Con una eléctrica estética noventosa, una atmósfera surrealista llena de tulipanes, que evocan el espíritu de Países Bajos, y un ritmo de suspenso sostenido que sugiere la tensa calma precedente a una revelación, vemos la evolución de Nancy en un papel perfecto para Kidman. Ella es el alma de la historia como una comprimida mujer en medio de una sociedad de apariencias perfectas que, en un vuelco abrupto, se sale de los bordes y descubre algo tórrido con la adrenalina y euforia de alguien que quiere vivir y saber más. Si al inicio la vemos desconectada del mundo que la rodea, a medida que la trama avanza, Nancy va mutando hacia una mujer sofocada que necesita liberación, desesperada por emoción y por conocer realmente con quién ha compartido su vida.

Hay una gran dosis de absurdo y burla a las vidas ideales y maquetadas que resultan pantallas de mundos sórdidos (“algunas cosas sólo son perfectas por fuera”, reza la descripción). Mitad comedia romántica y mitad terror, la película deja dos gratas sensaciones: que el cine está regresando a un lugar de tranquilidad necesario (The Brutalist y Aún estoy aquí son buenos ejemplos) y que no hay papel que Nicole Kidman no haga bien.

Holland. 108 minutos. En Prime Video.